Rector Cuéllar: Logramos lo que buscábamos
Imagen: cpsc
El rector de la universidad cruceña es objetivo, pues acaso se logre incremento de recursos incluso a fines de 2024
Imagen: cpsc
La radicalidad cruceña empezó a caer cuando se acordó que el resultado del Censo esté en octubre de 2024.
El punto sobre la i
El viernes, día 21 del paro cívico cruceño indefinido, cerca de la medianoche, finalmente el presidente Luis Arce anunció la fecha del Censo de Población y Vivienda: el 23 de marzo de 2024. A punto seguido, aseguró que “con base en los resultados preliminares, se hará la distribución de recursos en septiembre de 2024, un mes antes de lo que habíamos inicialmente propuesto”. Ese mismo viernes por la mañana, el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), Vicente Cuéllar, reconocía: “En el fondo, se ha conseguido lo que nosotros buscamos. Lo más importante es que los resultados van a permitir reconfigurar la nueva representación parlamentaria. Se ha mencionado que el Censo va a ser en marzo de 2024, los resultados serán entregados en agosto o septiembre y los recursos se estarían distribuyendo en septiembre u octubre”.
Es cierto, el verdadero principio del derrumbe de la radicalidad cruceña ocurrió en el Encuentro Plurinacional por el Censo con Consenso, el viernes 28 de octubre, cuando por unanimidad, con la representación cruceña incluida (precisamente Cuéllar presente), se acordó que los resultados del Censo deberían estar en septiembreoctubre de 2024, para que puedan ser usados en el cálculo del presupuesto del siguiente año, 2025. Con esto, aunque salvando las exigencias técnicas, en verdad ya no era de mayor relevancia si el Censo era en 2023 o 2024; lo único que se necesitaba era que sea al menos seis meses antes del día del empadronamiento.
El punto que ahora plantea este su suplemento es ¿qué finalmente consiguieron en recursos la Gobernación, los municipios y la universidad cruceña?
En verdad, la pelea por el “Censo cuanto antes” debió ser entablada sobre todo por los municipios y las universidades, pues las gobernaciones reciben una pequeña parte de los recursos que se reparten por población.
COPARTICIPACIÓN.
Sobre todo los municipios, porque éstos son los directos beneficiarios de la llamada “coparticipación tributaria” (o, como antes se decía “Recursos de la Participación Popular”), la gran bolsa que se forma con “la recaudación efectiva de los ingresos nacionales (Renta y Aduana)”, apunta el Glosario de términos municipales (Padem, 2005), cuyo 20% se destina a las municipalidades y 5% a las universidades. Ese 20% es la coparticipación tributaria y su principio básico es que se lo distribuye según los habitantes de cada municipio del país.
“Las gobernaciones no reciben un centavo de coparticipación tributaria; entonces, no serían un actor central para este proceso (del censo), por eso creemos que (el protagonismo de la Gobernación cruceña en la actual refriega) es más un tema de orden político tratar de abanderar una demanda que podría ser de los municipios y la universidad, pero de la Gobernación, en términos reales o, por lo menos como se ha distribuido hasta el momento, no es”, destaca el director ejecutivo de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM), Rodrigo Puerta.
El único caso en que las gobernaciones reciben recursos por la población del departamento es su participación en el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados (IEHD); impuesto que 50% se lo distribuye de forma igualitaria por departamentos, y el otro 50% se distribuye por población. “Pero el IEHD es un impuesto irrisorio, digamos, en comparación con la coparticipación, porque no llega ni al 1% de lo que es la coparticipación”, precisa Puerta.
Así, habiendo acaudillado la pelea cruceña por el Censo en 2023 el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, en términos institucionales es el menos beneficiado por un censo. “No es un asunto determinante como para que haya generado semejante conflicto, además por unos meses”, cuestiona el director de la FAM.
En efecto, como se puede ver en el cuadro adjunto, el IEHD, en las “regalías y transferencias a gobiernos autónomos y universidades públicas” en 2021, es de apenas 2,7%, cuando la coparticipación tributaria municipal en ese año fue de 39,2%.
El ingreso mayor que más bien tienen las gobernaciones son las regalías hidrocarburíferas y mineras, como se puede apreciar en el cuadro adjunto.
Ahora, cuando el Ministro de Planificación cerró la Comisión Técnica de Trinidad, el martes 8 en la madrugada, señaló que lo máximo que se podía adelantar el Censo era apenas un mes.
Un mes, como si el Gobierno se estaría burlando, protestaron los opositores. Pues bien, pasa que ese “mesecito” es de capital importancia para los municipios. El presidente Arce el viernes confirmó el adelanto de un mes, y dijo que las cifras del Censo estarán listas en septiembre.
Los municipios deberían estar festejando. Como explica el técnico Puerta: El que los resultados del Censo estén en septiembre “es de trascendencia, porque los POA (Plan Operativo Anual) municipales se deben presentar en septiembre”, y tendrán tiempo para presupuestar sus recursos para 2025 según las nuevas cifras del Censo. Pero he aquí la especial importancia del septiembre: si se logra incorporar las nuevas cifras en la planificación municipal en este mes, las alcaldías podrían beneficiarse además con que el incremento de su presupuesto se aplique de inmediato, en el último trimestre de 2024. Por eso la FAM ya se adelantó: “Como FAM en nuestro comunicado, hemos dicho que sería lo más prudente que (el resultado del Censo) tenga utilidad inmediata para el último trimestre de 2024 y para el 2025”, informó Puerta.
IMPUESTOS.
Ahora, ¿en verdad qué paga la coparticipación tributaria, o, como suele decirse, “qué pagan nuestros impuestos”?
He aquí un apunte llamativo: siendo que 25% de la coparticipación se va a municipios y universidades, ¿dónde se va el restante 75%?
“La coparticipación, en realidad, en su gran mayoría (ese 75%) es la fuente que sostiene el funcionamiento de los servicios personales de lo público, básicamente: magisterio, salud, militares, policía, un porcentaje importante del antiguo sistema de pensiones”, destaca el director ejecutivo de la FAM.
Ahora, en cuanto a los municipios, lo primero que debe quedar claro, insiste Puerta, es que la coparticipación es el ingreso o la fuente más estable que tienen los municipios. Por esta razón, irá a mantener lo básico de toda institución, el personal: “Sostiene toda la burocracia municipal, los sueldos de los gobiernos municipales, el tema del SUS (Sistema Único de Salud) y algunos elementos clave pero que no siempre son la parte más grande de la inversión pública”.
La inversión pública en los municipios está más “concentrada” con los ingresos por IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos) y otras fuentes. En suma, la coparticipación tributaria en los municipios es “una fuente más destinada a los servicios públicos que a la inversión pública”.
En relación al incremento de la población, que es la bandera que exhibieron los cívicos cruceños para sus protestas por el Censo-2023 (que con más gente, lógico, merecen más dinero), hay un dato que proporciona el experto Puerta que no deja de sorprender.
Y es que viendo el incremento de la población en los municipios versus el aumento de la coparticipación tributaria en los últimos 10 años, se ve que mientras el ingreso por coparticipación aumentó en 120%, el aumento de la población en promedio estuvo en torno a solo 12%.
Es como si “la velocidad de crecimiento de la coparticipación, digamos que ha sido 120 kilómetros por hora, y la velocidad de crecimiento de la población ha estado en torno al mínimo de 12%, o sea 12 kilómetros por hora. O sea, la velocidad de crecimiento de la coparticipación en estos 10 años ha sido 10 veces mayor que la de la población. Este fenómeno es importante recalcarlo porque esto compensa cualquier pérdida que pueda tener el municipio”, ilustra Puerta.
ESTABILIDAD.
Ahora, si hubo ese incremento sostenido de la coparticipación fue por la estabilidad económica del país y el crecimiento sostenido: “Si hay una buena economía, como la hubo en estos últimos 10 años, lo que pierda el municipio, en 10 años lo va a recuperar con creces, pero depende de la estabilidad económica”.
Aquí, vale la pena detenerse en la suerte de mito que se ha hecho de aquello de que a más población necesariamente más recursos. Puerta afirma que hay que partir del hecho de que “básicamente todos los municipios van a tener un aumento de población, inclusive el área rural”, el problema está, destaca, en la velocidad, que “no es la misma en el área rural que en la urbana; el área urbana tiene una velocidad de incremento mayor”. Ahora, esto no tiene que llevar a decir que si se incrementa la población se incrementan también los recursos, reclama.
A estas alturas del debate, hay municipios que dicen que aumentaron de tal modo su población que unos meses de postergación de la fecha del Censo les implicará millones de bolivianos de pérdida, que el país tiene una deuda histórica con ellos porque con la misma cantidad de plata debe atender hasta el doble de lo registrado en el último censo (2012), peor cuando ese empadronamiento se lo hizo con la cartografía de 2001, en fin.
La verdad, solo con el Censo del 23 de marzo de 2024 se sabrá la verdad, porque, llama la atención Puerta, todos los cálculos de pérdida o ganancia de recursos hechos hasta ahora son en base a estimaciones de incremento de población, y, algo que no siempre se dice, es que año que pasa las estimaciones tienen un mayor “margen de error”; “técnicamente el margen de error de las proyecciones es de un 1% cada año”, así, para 2024 el margen de error será de 12%; por esto, precisamente, apunta el experto, se recomienda hacer los censos cada 10 años, para que la proyección de la población no supere el 10% de margen de error.
Hecha esta prevención, el director ejecutivo de la FAM señala que “si se puede decir que hay alrededor de 50 municipios que con la proyección con ese alto margen de error podrían ganar, no ‘que ganan’, y hay aproximadamente 280 municipios que podrían perder; pero, en la realidad, con ese margen de error, las cosas seguramente van a ser muy distintas”.
Finalmente, el experto recuerda que al hablar del incremento de la población de cualquier municipio, siempre se debe considerar que ese su aumento es relativo al incremento o disminución del resto, de la velocidad en que se dé este cambio en cada caso.
Todo esto se dilucidará en el Censo de marzo de 2024; por eso el imperativo de que esté bien hecho.
(*)Iván Bustillos es periodista de La Razón