Hylea, 100 años en la industria de la almendra
La firma tiene como nuevo objetivo la industrialización del alimento.
Hylea celebró un siglo de trabajo en la industria nacional de la castaña con en el desafío de mantener saludable el ecosistema de la selva amazónica y pasar de la exportación de productos beneficiados a la industrialización.
Desde hace 100 años, la empresa acopia la nuez orgánica, la descascara, la procesa y la exporta a un mercado internacional que hoy está cada vez más interesado en productos sanos y saludables.
“La protección de la selva es el núcleo de nuestro comercio. Al promover el aprovechamiento de productos forestales no maderables fomentamos el manejo sostenible de los bosques y fortalecemos el desarrollo social local”, destacó el director ejecutivo de Hylea Group y representante de la cuarta generación del negocio familiar, Aimé Hecker.
La empresa es una de las cinco principales exportadoras de almendra en Bolivia y tiene como meta convertirse en “la segunda o la más grande”, para lo cual construyó en los últimos dos años una planta procesadora de castaña en Pando, en la localidad de Fortaleza, a orillas del río Beni.
La fábrica, que tiene líneas de producción continuas y automatizadas, posee una capacidad de aproximadamente 300 contenedores de 16 toneladas cada uno, 120 contenedores más de lo que la empresa comercializó (180) el año pasado en mercados externos por $us 23 millones.
“Queremos que nuestra fábrica no tenga que envidiar a otras de Europa o Estados Unidos (…). Estamos incorporando maquinarias que han sido diseñadas y hechas exclusivamente para Hylea con el know how adquirido durante décadas de experiencia de la familia. Por eso, podemos asegurar que la tecnología con la que contamos es única en la industria”, destacó Hecker, cuya familia es la principal accionista de Hylea, grupo con base en Luxemburgo.
Este salto tecnológico estará apoyado por filiales a cargo de la recolección, la producción y la distribución al consumidor final del alimento, así como por una nueva estrategia de industrialización que al momento analiza con el apoyo de expertos europeos qué derivados de la almendra amazónica se pueden sacar.
Así, proyecta llegar a otros mercados y ampliar su presencia en los que ya está presente: Colombia, Estados Unidos, Canadá, Europa, Corea del Sur, Sudáfrica y recientemente China.
“Somos pioneros en el rubro. Las primeras exportaciones las realizamos a Europa en 1919 y ahora queremos industrializar el producto (…). Queremos poner a Bolivia en el mapa de los productores de primera”, remarcó el Director Ejecutivo de Hylea Group, que además se encuentra en el negocio de la chía, el cacao y las plantaciones de teca.
Desde agosto del año pasado, la compañía implementa proyectos sociales y ecológicos para las más de 80 comunidades con las que trabaja en Pando a través de la Fundación Federico Hecker, que canaliza una responsabilidad social empresarial que ya dejó huella en el país, como en 1932, cuando la familia fundó las primeras escuelas rurales en Bolivia.
Décadas. Aunque sus inversiones se iniciaron en 1910 con la explotación de árboles de goma en la “Barranca Colorada”, conocida hoy como Riberalta (Beni), la historia de la empresa con la nuez boliviana empezó en 1919, cuando Federico Hecker junto con los hermanos Karl y Francisco Seiler realizaron las primeras exportaciones de almendra boliviana en cáscara a Holanda.
La mayor expansión de Hylea se dio hasta comienzos de la década de 1980, cuando la compañía llegó a tener más de 2.500 empleados, entre siringueros, fabriles, quebradoras de almendra y obreros viviendo en 50 centros de producción de almendra y goma, un producto que a partir de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) adquirió el estatus de materia prima bélica de primer orden.
Pero en 1983, la hiperinflación y la mayor competencia en el mercado internacional pusieron fin a la “fiebre del caucho” en Bolivia, cuyo noroeste, entonces, volcó las esperanzas de su desarrollo económico hacia la castaña.