El 2024, relajamiento y optimismo monetario, ¿por fin?
‘Cauteloso optimismo’ es el ánimo al recibir el Año Nuevo
La pandemia del COVID-19 fue seguida por una escalada inflacionaria en la economía mundial, gatillada por una serie de shocks adversos sucesivos. La inflación en el globo comenzó a repuntar a medida que la demanda se recuperaba, los cuellos de botella de la oferta se ajustaban y los precios del petróleo se recuperaban. La guerra en Ucrania y sus consecuencias geopolíticas, ahora la situación bélica en Gaza, terminaron por complicar el panorama. Pese a todo, hay razones para un “optimismo cauteloso”, señala un reciente artículo publicado en el sitio oficial del Banco Mundial.
“Desde julio de 2022, la inflación mundial ha ido disminuyendo constantemente. Los pronósticos profesionales, las expectativas de inflación basadas en los mercados financieros, las encuestas de consumidores y las estimaciones basadas en modelos apuntan en la misma dirección: en los próximos meses, la inflación global no tiene más remedio que ir para abajo”, señalan los autores, Jongrim Ham, Ayhan Kose y Franziska Ohnsorge.
Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) han dado señales en días pasados de que en 2024 puede venir una desescalada en los tipos de interés, lo que viene encareciendo el dinero desde marzo de 2022.
“La inflación ha caído desde sus máximos, y esto se ha producido sin un aumento significativo del desempleo. Esas son muy buenas noticias”, dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras la última reunión de diciembre que las tasas de interés referenciales se mantuvieron estables. Añadió que “los indicadores recientes sugieren que el crecimiento de la actividad económica se ha desacelerado sustancialmente respecto del enorme ritmo observado en el tercer trimestre. Aun así, el PIB va camino de expandirse alrededor del 2,5% para el año en su conjunto”.
Lea también: Bolivia invertirá $us 400 millones en 2024
Optimismo
Todos los factores fundamentales sugieren que la inflación global debería disminuir en los próximos meses: la demanda global está disminuyendo, las perturbaciones de la oferta se están desvaneciendo y los precios de las materias primas se están moderando mientras las políticas monetarias siguen siendo restrictivas. La inflación está altamente sincronizada entre países, lo que implica que estos factores probablemente reducirán la inflación en todo el mundo.
Se espera que la demanda mundial se modere el próximo año en medio de condiciones financieras estrictas, un comercio mundial débil y un apoyo fiscal limitado. Los factores relacionados con la demanda global representan casi el 30% de la variación de la inflación.
Cautela. Volviendo con el documento publicado en el sitio web del Banco Mundial, sus autores señalan que “existen al menos dos razones clave para ser cautelosos respecto del ritmo futuro de la desinflación: la posibilidad de que se produzca un shock inflacionario derivado de tensiones geopolíticas, así como las continuas presiones que han mantenido alta la inflación subyacente. Los bancos centrales todavía deben preocuparse por si pueden reducir la inflación a sus rangos objetivo sin provocar una fuerte caída de la actividad”.
Las presiones sostenidas sobre los precios de los servicios impulsadas por la fuerte demanda limitaron la disminución de la inflación subyacente, que debe bajar aún más.