Un cambio de actitud policial
Empezaré esta columna con la idea de que las instituciones no cambian si no lo hacen sus miembros. La Policía se encuentra actualmente en el desafío de encarar un cambio estructural que vaya más allá de las normas y se enfoque en el individuo, aquel que le da vida a la institución.
Ya se anticipó que mejorarán los sistemas de fiscalización o control interno; incluso perfilan la incorporación de cámaras en los uniformes policiales. Pero todo será insuficiente si los policías no cambian, o en el otro extremo se opta por esperar el cambio generacional, nuevos policías con formación diferente. Aquel que se corrompa o quiera hacerlo siempre hallará el modo de burlar los filtros.
Pocas o ninguna instancia policial se salva de alguna denuncia. Solo un ejemplo que conozco y que pasó hace tiempo. Un amigo chocó su vehículo (no estaba ebrio) contra un poste de energía eléctrica, era sábado. Vino la grúa (no era de la Policía, solo apareció) y se llevó el vehículo, lo llevaron a Tránsito y le “advirtieron” que lo pasarían a la Fiscalía si no traía un compromiso o un acuerdo con la empresa de energía eléctrica, pese a que sabían que los administrativos de esta institución no trabajan los sábados. Le dijeron que si quería que le “ayuden” debía pagar… más de Bs 1.000. Pagó, pero eso solo fue una parte, porque también tenía que cancelar el servicio de la grúa y al garaje donde había dejado el vehículo. Tenía el carro arruinado y encima debía pagar por todo y por nada.
Es un caso y quizá el “menor” frente a las denuncias de violación, narcotráfico, cobros por cambio de destino para ingresar a la Anapol y otros delitos que salpican a los miembros de la institución del orden, sean de base u oficiales. Hay más de 35.000 policías en el país y pretender contralar a todos es una tarea casi imposible, si no imposible.
Justamente, por eso es necesario que las tareas de control y fiscalización estén acompañadas de la recuperación de valores en los policías, y de respeto por el uniforme que visten y por lo que representan en la sociedad. Ya el propio presidente Evo Morales dijo en alguna oportunidad, a propósito de la corrupción, que aquel que quiere robar lo hará, haya o no haya proceso de licitación.
“Solo los individuos son capaces, mediante acuerdos, de decidir la forma y el rumbo de las organizaciones y, finalmente, de las sociedades”, esa es parte de una de las conclusiones de un artículo de Ezequiel Alpuche de la Cruz y de José Luis Bernal López. Entonces vuelvo al principio para reafirmar que los cambios empiezan en y por las personas. La Policía no es la excepción, y el desafío que tiene es proporcional a su responsabilidad con la sociedad.