Solidaridad marca tareas pendientes en Polonia
El movimiento que retó al bloque soviético cumple 30 años
Treinta años después del nacimiento en Polonia del sindicato Solidaridad, que hizo vacilar al bloque soviético, su fundador Lech Walesa considera que al mundo le queda mucho por hacer para dejar atrás el periodo de la Guerra Fría.
«Solidaridad puso fin a la época de las divisiones y sentó bases de la unificación de Alemania y de Europa», dice a la AFP el ex electricista que lideró en agosto de 1980 una huelga de dos semanas en los astilleros de Gdansk, desafío inaudito en un país comunista.
El 31 de agosto, el poder aceptaba la creación del primer sindicato independiente en el espacio dominado por la Unión Soviética, Solidarnosc, que contribuyó en buena medida a la caída del comunismo en Europa a finales de los 80.
Herencia. «Pero nosotros hemos conservado estructuras heredadas de la época anterior que aún están por organizar y adaptar», dice y cita a la OTAN, privada de su adversario el Pacto de Varsovia, y «un capitalismo que mira demasiado al dinero y ya no ve al Hombre». «Mientras no lo hagamos, trabajaremos sobre la base de visiones superadas y el mundo ya no será seguro», afirma.
En cuanto a los europeos, «deben entender que el Estado nación se ha terminado. Ya no hay más Francia ni Polonia en muchos ámbitos: la ecología, la información, la economía», dice. «Cada Estado tiene un sistema de sanidad diferente, una fiscalidad diferente, ¡esto no puede ser!», sentencia .
Europa también debe ampliarse: «Europa no existe sin Turquía», asevera este ferviente católico, y desecha con un gesto las reticencias alemanas y francesas a la entrada de un país musulmán en la Unión.
A sus 66 años, el ex presidente polaco repite que está «jubilado» en Gdansk, su ciudad adoptiva. Pero todas las mañanas acude a su espacioso despacho del último piso de un edificio del siglo XVI inspirado en el Ayuntamiento de Amberes, reconstruido después de la guerra como todo el centro histórico de esta antigua ciudad hanseática.