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Familiares y mujeres exigen justicia para Juana Quispe, víctima fatal de acoso político

Familiares de Juana Quispe buscan justicia, ante la impunidad de 11 años. Foto: Pedro Luna

Familiares de Juana Quispe buscan justicia, ante la impunidad de 11 años. Foto: Pedro Luna

Han pasado 11 años del asesinato de Juana Quispe, otrora concejala de Ancoraimes víctima de acoso político. Este miércoles será el primer juicio oral desde que el proceso se inició en 2012.

El tío, Casio Villanueva, lamentó que antes de esta audiencia de juicio oral ya han “sufrido” la suspensión de otras cinco audiencias y que esperan que en esta oportunidad sí se pueda llevar adelante.

“Han pasado más de 10 años, seguimos esperando justicia; ojalá que nos den la audiencia por qué hemos sufrido la suspensión de cinco audiencias”, dijo a La Razón.

En marzo de 2012 el cuerpo de Quispe fue encontrado abandonado en orillas del río Orkojahuira, en La Paz.

Entonces había sido víctima de acoso político, luego de varias denuncias contra el alcalde de su municipio, ahora uno de los investigados del caso.

Villanueva denunció que uno de los motivos por los que suele suspenderse las audiencias es la ausencia de los imputados, cuando solo se presentan los abogados.

“Se están haciendo la burla, a veces no se presentan o a veces solo la defensa se presenta. Nos quieren hacer cansar”, denunció.

Lamentó que las autoridades no tomen nota al respecto, ya que en otras oportunidades a los imputados que no se presentan a las audiencias son declarados rebeldes ante la ley.

Los familiares y las mujeres que exigen justicia para Juana, en las puertas del juzgado, piden la pena máxima de 30 años de prisión para los culpables.

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Juana Quispe

Los principales señalados por la muerte de Quispe son el entonces alcalde de Ancoraimes, Félix Huanca, y Pastor Cutili y Basilia Ramos, presidente y vicepresidenta del Concejo Municipal, respectivamente. También está involucrada Exalta Arismendi.

Juana fue elegida concejala de Ancoraimes con más 70% de votos de su municipio, sin embargo, estss exautoridades no le dejaron ejercer su función.

Desde un inicio ella recibió amenazas constantes a dejar su cargo y dar un paso al costado a sus acciones de fiscalización al alcalde.

Ante ello, denunció acoso político ante varias instancias, hasta consiguió un Amparo Constitucional para trabajar con tranquilidad.

No obstante, sus agresores hicieron caso omiso de las amonestaciones judiciales y las agresiones siguieron en su contra.

Su tío contó que Juana, antes de su asesinato, llegó a un proceso por desacato contra los imputados, sin embargo, un día antes al juicio conclusivo, ella apareció muerta.

Se presume que en sus labores de fiscalizadora halló una “transacción irregular” y que este es uno de los móviles por el cual la asesinaron.