Dólar en Bolivia: ¿Cómo se fijó el tipo de cambio desde 2011 y qué otros países lo hacen?
Un análisis de Bloomberg dice que entre los desafíos para mantener el tipo de cambio fijo son la disminución de reservas internacionales y al deterioro de su balanza de pagos
Un análisis de la asesora financiera estadounidense Bloomberg dice que mantener la paridad de Bs 6,9 por dólar en Bolivia, fijada desde 2011 por el Gobierno en Bolivia, se ha vuelto una tarea cada vez más desafiante, y en el mercado paralelo el soporte oficial se desvanece en medio de la escasez de divisas ante el desbalance en los ingresos de la exportación de gas.
Según el economista en el Departamento de Macroeconomía Global del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Jonathan Fortun, la depreciación administrada del boliviano “tiene sus inicios desde finales de los 80, cuando se creó lo conocido como ‘bolsín’; un crawling peg (devaluación administrada) combinado con la monopolización de la venta de dólares”.
Y explica que, a mediados de los años 2000, se comienza a “bolivianizar” la economía a través de incentivos del Estado; para dejar de utilizar un sistema bimonetario.
“Entrado el siglo XXI, el gas —una de las exportaciones estrella de Bolivia— le permitió al país fijar en 2011 el tipo de cambio, pero el declive del sector le ha cobrado factura a las finanzas del país; y los tiempos en los que ese mercado gozó de una sólida posición externa han quedado atrás”.
Declive
El informe explica que las épocas de bonanza le permitieron al Banco Central de Bolivia (BCB) acumular reservas internacionales aceleradamente hasta superar los $us 15.000 millones hacia fines de 2014. No obstante, el “actual mix de política económica; que incluye elevados déficits fiscales financiados con emisión monetaria, hace insostenible el mantenimiento del esquema cambiario actual”, dijo el economista sénior en el banco de inversión global BancTrust & Co, Mariano Ortiz Villafañe.
El cuadro se compone además de un sostenido declive del saldo comercial energético y un drenaje de reservas internacionales que se ubican actualmente en niveles mínimos; eliminando la capacidad del Banco Central de defender el tipo de cambio fijo.
Sumado a esto, las tensiones cambiarias, que se reflejan en la depreciación del tipo de cambio paralelo en el mercado informal, ponen presión sobre la inflación doméstica.
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El dólar en otros países
Mariano Ortiz Villafañe, de BancTrust & Co, dice que en términos regionales la tendencia de las últimas décadas fue la adopción de regímenes monetarios de metas de inflación con tipos de cambio flexibles.
Para el especialista, en el contexto actual, el esquema de tipo de cambio fijo solamente se puede mantener a través de una intensificación de las restricciones y controles cambiarios.
Otros ejemplos de pegs (depreciación administrada) en la región incluyen a Panamá; El Salvador, Belice, Haití y Ecuador, según lo describe Jonathan Fortun.
“Panamá es un caso único en América Latina porque usa el dólar estadounidense como moneda oficial junto con el balboa; que está en paridad 1:1 con el dólar. Esta dolarización ha ayudado a mantener una baja inflación y estabilidad, pero limita la política monetaria”.
El Salvador adoptó el dólar como moneda oficial en 2001, eliminando el colón salvadoreño de circulación.
Desafíos
Belice mantiene un tipo de cambio fijo de 2 dólares beliceños por 1 dólar desde 1978. “Este peg ayuda a proporcionar estabilidad económica y confianza en la moneda local”.
“Haití no tiene un peg fijo en el sentido estricto; pero su banco central interviene en el mercado cambiario para limitar la volatilidad del gourde frente al dólar”.
Fortun dice que los principales desafíos de Bolivia para mantener su tipo de cambio fijo son principalmente la disminución de reservas internacionales; y al deterioro de su balanza de pagos. Manifiesta, además, que la situación se complica aún más por un déficit fiscal creciente; que obliga al Gobierno a depender cada vez más del financiamiento externo para cubrir sus gastos.