América Latina y Europa
En la sesión inaugural, la guerra en Ucrania fue tema recurrente en los discursos de los presentes
El lunes y martes últimos, en Bruselas, Bélgica, se reunieron 60 jefes de Estado y de gobierno, o sus delegados, de Europa y el bloque de países latinoamericanos y caribeños reunidos en torno a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). El propósito era retomar los diálogos sobre integración y cooperación interrumpidos desde 2015, pero tuvo un obstáculo.
Auspiciada por España, que este año asume la presidencia del bloque europeo, la tercera cumbre UE-Celac buscaba reactivar las conversaciones paralizadas desde hace ocho años, en un ambiente de sospecha sobre la posibilidad real que tiene la Celac de comportarse como un bloque económico, con una institucionalidad capaz de hacer y cumplir acuerdos con la poderosa UE. El segundo propósito, casi totalmente frustrado, pues fue un obstáculo para la firma de la declaración conjunta, era producir una declaración de condena a Rusia por la invasión de Ucrania.
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En la sesión inaugural, la guerra en Ucrania fue tema recurrente en los discursos de los presentes, desde declaraciones de visceral rechazo a Rusia, que en los hechos no hacen más que oscurecer el necesario debate sobre la invasión, la guerra y sus consecuencias, hasta adhesiones que lograron un texto final donde no se nombra al país invasor, pero tampoco se pone al invadido en simple calidad de víctima.
Otro tema recurrente fue lo que el Presidente del Gobierno español llamó “valores del multilateralismo”, que ninguno de los Estados presentes rechazó, pues es precisamente ese el contexto que puede hacer posible la integración de los bloques y el equilibrio entre países con diferente peso político, económico y militar. El Presidente boliviano fue uno de los muchos que se sumó a esta forma de hacer política internacional, reclamando en su discurso “pasar de la simple retórica a las acciones para establecer un proceso de integración entre las regiones”.
Asimismo, la Cumbre fue el escenario ideal para que el mandatario boliviano anunciase que el país busca socios para la explotación e industrialización del litio, del cual Bolivia tiene, probablemente, las mayores reservas en el mundo. «Hay litio para todos. Estas son las reglas del juego, y quien acepte las reglas del juego será bienvenido», dijo el Presidente refiriéndose al hecho innegociable de la participación del Estado en todos los pasos de la cadena productiva, que va desde la minería hasta la fabricación y venta de baterías.
Para no pocos analistas internacionales, la Cumbre UE-Celac dejó sabor a poco, pues el debate se centró excesivamente en torno a la guerra en Ucrania, pero para países como Bolivia, fue el escenario ideal para anunciar que el Estado está abierto a negociar el modo de aprovechar la riqueza del litio; tanto así, que el Canciller boliviano anunció que ya hay interesados en iniciar estas conversaciones. Es deseable que estas se produzcan y, sobre todo, lleguen a buen puerto.