Brasil vigila la Amazonía con satélites
Una nueva máquina espacial será puesta en órbita en 2020
La vasta selva amazónica es difícil de penetrar, y por lo tanto de vigilar, pero desde el cielo puede observarse con satélites la tala y el avance de la frontera agrícola.
Eso es lo que hacen desde hace tres décadas los investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).
“Es el único proyecto en el mundo que realiza una vigilancia en tal escala”, dice el coordinador del programa, Claudio Almeida.
El programa es el principal instrumento de rastreo de la deforestación y proporciona imágenes diarias de baja resolución con las que se puede alertar a la Policía al día siguiente de la detección de cada actividad sospechosa.
Pero a veces los instrumentos de precisión solo sirven para medir con impotencia la dimensión de la destrucción. La deforestación del Amazonas alcanzó un máximo de 10 años en 2017: fueron talados 7.900 kilómetros cuadrados, o 1 millón de campos de fútbol, según calculó el INPE.
“Estamos muy por encima del objetivo para 2020. El Gobierno se comprometió a reducir para ese año la deforestación a 3.500 km cuadrados”, señala Almeida.
Para mejorar la vigilancia, el INPE trabaja para lanzar su propio satélite, desarrollado totalmente en el país, llamado Amazonia-1, que dispone de un presupuesto de $us 77 millones y debe ser puesto en órbita en 2020.
Pero saber de deforestación es una cosa. Detenerla es otra.
También hay vientos políticos en contra. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que venció en los comicios con un fuerte apoyo del sector del agronegocio, señaló durante su campaña que podría relajar los controles ambientales cuando asuma el poder.