En ‘Principio Potosí’, los cuadros quedarán suspendidos en el aire
Muestra. Para su montaje, el espacio se manejará bajo tres ejes y cuatro capítulos
Los cuadros coloniales que integrarán ‘Principio Potosí» aparecerán ante los visitantes de la exhibición como flotando en el aire. Para su montaje en el Museo de Etnografía y Folklore (Musef) y el Museo Nacional de Arte de La Paz, el espacio será utilizado bajo cinco ejes y cuatro capítulos.
«Parte de la idea es dar la sensación de que las obras se sostienen en la nada, en soportes casi intangibles. Por ello, incluso los trabajos tradicionales y coloniales, no van a colgar de las paredes», explicó Francisco Godoy, coordinador del Museo Reina Sofía de Madrid (España), donde se realizó la exhibición el año pasado.
En ello consistirá uno de los tres ejes que regirán el uso del espacio durante el montaje del proyecto de arte contemporáneo. «Es muy importante que los cuadros coloniales exhiban su parte trasera (…). En muchos casos, los cuadros estarán suspendidos (en el aire)», adelantó el boliviano-alemán Max Hinderer, crítico e investigador y uno de los tres curadores de la exposición internacional.
Se trata —expresó— de una metáfora, de mostrar lo que tradicionalmente no aparece en museos y otras instituciones culturales: las condiciones político-económicas presentes al momento de producir arte.
Mientras en Europa el arte estaba vinculado al autor, en las colonias cumplía una función ideológica, diferenció Hinderer. «Por eso la mayor parte de las pinturas históricas (coloniales) son anónimas», subrayó.
En ese aspecto se centraron los opiniones. «Las críticas en Europa eran muchas veces dirigidas hacia la pintura colonial, misma que es el patrimonio boliviano. Nos pareció desastrosa la manera de menospreciar el arte boliviano», reveló el curador.
El proyecto interpreta artísticamente las dinámicas de la explotación del hombre por el hombre, tomando como punto de partida la extracción de la plata del Cerro Rico de Potosí en la colonia, hasta llegar a los modelos actuales de trabajo.
El segundo eje para desarrollar ese concepto a la hora de montar la exhibición será la creación de «simultaneidad» entre las obras coloniales y las contemporáneas. El tercero tiene que ver con la generación de «positividad» y «negatividad» en el espacio estético a través de la presencia y ausencia de obras, respectivamente.
Los cuadros que no fueron facilitados por museos o poblaciones fueron reemplazados por reinterpretaciones de artistas invitados, acotó.
Hinderer indicó que las tres bases estarán presentes en los cinco capítulos en los que se divide el contenido de la exhibición. El primero de ellos, denominado Existe una acumulación originaria, se desarrollará en su totalidad en ambientes del Musef.
El segundo se llama Existen derechos humanos para tener derechos sobre los humanos y el tercero, ¿Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena? Este último aborda la producción de hegemonía. Bajo el nombre de El mundo al revés, el último capítulo habla sobre la inversión que se produce en los roles. Todos ellos serán creados en las salas del Museo Nacional de Arte.
Hinderer espera que el concepto de la exposición no se vea afectado por su montaje en dos repositorios. «Eso vamos a verlo cuando los primeros visitantes hagan el recorrido que sugerimos», manifestó. La muestra se inaugurará el 22 de febrero.
Curador
Perfil
Max Hinderer se describe como hijo de una boliviana en el exilio, criado en Santa Cruz. El boliviano-alemán es crítico e investigador de arte. Cuenta con una maestría en Artes Visuales de la Academia de Hamburgo.