Falleció el pintor del mestizaje
Obituario. El artista plástico murió en su casa en Cochabamba. Esparcirán sus cenizas en el Tunari
«Los quiero mucho… Estoy listo para todo… ¡Adelante en la lucha, que viva el arte!», fueron las últimas palabras que el pintor orureño pronunció a su familia, quien lo acompañó en su casa en Tiquipaya, donde murió a las 06.45.
Pese a la debilidad que lo aquejó en los últimos meses, Lara continuó trabajando. Sus últimos cuadros se exhiben actualmente en el Palacio Portales de Cochabamba. «Mientras pudo levantar un pincel, mi tío continuó con su labor», recalcó su sobrino, el también pintor Fabricio Lara.
Estas últimas obras, producidas entre el 2010 y el 2011, se exhiben en el Centro de Exposiciones del Centro Cultural Simón I. Patiño de Cochabamba, desde el 3 de agosto. Son más de 90 trabajos que se presentan con el título Retrospectiva. Allí, dibujos, óleos y acuarelas muestran toda una vida dedicada al arte.
«Era un pintor muy prolífico, cercano al público y amigo de la casa», así lo describió Alba Balderrama, coordinadora del Centro Cultural Simón I. Patiño, donde habitualmente participaba de las diferentes muestras, como promotor de arte.
Raúl Lara Tórrez nació el 17 de diciembre de 1940 en Oruro. Para el escritor Benjamín Chávez, Lara era un «orureño amante de su tierra», lo que se comprueba con la infinidad de cuadros en los que la mina y las fiestas de esta ciudad son tema principal.
Es en esa urbe donde el pintor comenzó su formación. Su aula fue el taller de su hermano Gustavo. «Raúl era un pintor nato, influenciado por su familia. Desde muy chico ya dibujaba», recuerda la curadora y dueña del desaparecido Espacio de Arte Nota, Nora Claros, quien agregó que «Bolivia pierde a uno de sus principales exponentes artísticos».
Posteriormente, Lara estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes «Ernesto de la Cárcoba» de Buenos Aires y en los talleres de Castagnino y Urruchúa.
Su obra mezcla la cotidianidad con pinceladas etéreas y fantásticas. Rotundos pasantes que flotan en el aire, la explosión de colores de las carnestolendas orureñas y la aparición de Vincent Van Gogh, ataviado como minero, moreno o trompetista de banda.
«Él fue el único que logró plasmar el mestizaje boliviano, más allá de la mirada superficial. Él logró ver la espiritualidad de Bolivia. Su obra mezcla la realidad de las personas con imágenes simbólicas y místicas en un realismo mágico en imágenes», manifestó el expresidente Carlos Mesa G.
La ministra de Culturas, Elizabeth Salguero, lamentó el no poder reconocer el trabajo de Lara en vida, aunque aseguró que se hablará con la familia para organizar una muestra en La Paz.
Los restos del artista estarán en el velatorio La Capilla, de la ciudad de Cochabamba, hasta la tarde de hoy. De acuerdo con sus deseos, será cremado y sus cenizas se esparcirán en el cerro Tunari. Fabricio Lara adelantó que la última muestra de su tío llegará a La Paz en septiembre de este año.
El arte lo llevó de Oruro al mundo
Ganó el Premio Dinners Club en la IV Bienal de Dibujo y Grabado en Maldonado, Uruguay (1981); Primer Premio del Concurso Internacional Iberoamericano de Pintura Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar en Venezuela (1983); Galardón Obra de Vida del Salón Municipal Pedro Domingo Murillo (2010).
Opiniones de amigos y conocidos
Benjamín Chávez
Escritor
«Raúl Lara fue uno de los pintores más importantes del país. Era un orureño muy enamorado de su tierra que supo plasmarla con imágenes pictóricas exquisitas».
Carlos D. Mesa
Periodista y expresidente de Bolivia
«Raúl Lara es el pintor que mejor supo retratar el mestizaje de Bolivia, a través de una visión mágica, con personajes que canalizan nuestra sensualidad y espiritualidad».
Nora Claros
Promotora cultural, dueña de la galería Nota
«Fue el principal artista de su generación en el país. Su talento nos representó de gran manera en el exterior, como lo atestiguan los numerosos premios que ganó en su vida».