En busca del ‘ajayu del barro’
“Yo trabajo con el alma del barro, este espíritu que, a veces, parece utilizarme de conducto para tomar una nueva forma”, así define el artista Guido Köller el objetivo de su trabajo y de exposición que desde hoy se puede apreciar en el Museo Nacional de Arte (MNA).
La muestra El ajayu del barro está conformada por alrededor de 40 piezas de arcilla agrupadas en tres series: animales, mujeres y temas sociales. Esta “juntucha” temática reúne, además, diferentes etapas en la carrera artística de Köller. Así, se presentan trabajos realizados en los últimos meses, exclusivamente para la exposición, y piezas que se remontan a las primeras incursiones del artista en el campo de la cerámica, en 1990.
“Antes trabajé con piedras semipreciosas, pero era una labor muy morosa. Elaboraba una pieza de 100 dólares en un mes. Con la cerámica es diferente, produzco varias en el mismo tiempo y al mismo valor”, cuenta el creador.
Además de un uso más eficiente del tiempo, la cerámica seduce a Köller por “el ajayu”, el alma que posee la arcilla y la maleabilidad que tiene este elemento. “A diferencia de lo que muchos piensan, el barro, la arcilla no es un material inerte, muerto. Tiene su propia vida que cambia gracias a la influencia de elementos como el fuego y al trabajo de los artistas. Es materia mutable capaz de gran belleza”, considera Köller.
En ese sentido, el autor confiesa que experimentó ocasiones en las que se sintió “un vehículo” para la arcilla. “Comenzaba a trabajar con una figura en mente, pero, a mitad del proceso, terminaba con otra cosa”.
Entre la obra del ceramista destacan la figura femenina, de formas rotundas y de color broncíneo. Köller refuta a quienes piensan que sus obras son “gordas”. El no trabaja con la obesidad, sino que busca acercarse a las proporciones de quienes viven en Latinoamérica y no a “las de la Europa clásica que conocemos”.
Asimismo, el autor presentará una serie de miniaturas eróticas que representan diferentes posiciones sexuales. “No son extraídas del Kamasutra, —advierte Köller— son de un libro tolteca”.
Y también están las figuras de animales, especialmente gatos. “Me gustan los felinos salvajes, su forma y actitudes”, revela mientras revisa una serie de jaguares. Algunas de sus piezas son extraídas directamente de la iconografía tiwanakota, como la de una quimera con cuerpo de puma, cola de pez y cabeza y alas de cóndor. La muestra estará abierta en el MNA (c. Comercio esq. Socabaya) hasta el 16 de septiembre.
Artista
Biografía
Nació el 31 de marzo de 1951 en Pulacayo, provincia Quijarro de Potosí.
Carrera
Exposiciones
Su primera muestra fue en 1971. Realizó una decena más.
Obras
Contacto
Tiene su taller en las Lomas de Achumani y trabaja regularmente con la galería Alternativa.