Esteban Echeverría: “Si al público no le interesa lo que le estamos contando, vamos muertos”
Director de cine y guionista argentino, Esteban Echeverría ha producido la película “La máquina que hace estrellas”, un filme animado en 3D. La obra, producida en Argentina con un acento universal, cuenta la historia de Pilo, un niño que vive en un asteroide que sueña con reparar a la hacedora de las estrellas. La Razón conversó con el director argentino sobre la película, el estado del cine latinoamericano y las redes distribución de las películas a escala global.
– ¿Es complicado hacer una película animada en 3D?
Muy complicado. No debe haber cosa más complicada en el mundo del cine. Todo tiene que crearse de cero. No es como filmar el mundo real, donde casi todo está dado, sólo hay que fotografiarlo. En el cine de animación uno se enfrenta a algo parecido a un lienzo vacío. Con el trabajo y talento de muchos se logra poco a poco dar vida al universo que imaginamos, hasta logar el producto final. Es un proceso arduo y avanza día a día. Y la paciencia es el mejor aliado.
– ¿Cuánto tiempo ha demandado producir el filme?
Aproximadamente tres años de producción. Entre la etapa de guión, producción y postproducción. Si se compara con un largometraje, que filmado tarda entre cuatro y seis meses de trabajo, queda clara la diferencia.
– ¿Al ser un guión universal, tiene algo de Argentina o de Latinoamérica?
Cuando planteamos la historia y la forma que iba a ser realizada, pensamos en una película que pudiera ser doblada a cualquier idioma y pareciera una película loca. Si en Vietnam la doblaran al vietnamita, se sintiera como una película vietnamita. Por eso mismo no hay referencias latinoamericanas en la peli, todo se desarrolla en un universo original y con una lógica propia. Pero sí pensamos en la distribución y en el mercado latinoamericano, por eso trabajamos las voces en neutro, el acento argentino no pegaba mucho con esta idea de internacionalizarlo. Pero sí tiene un toque argentino en lo musical, es en lo único que pusimos algo de identidad argentina o rioplatense. Hay algo de tango, de Piazzolla y algún bandoneón suelto, que la gente va a identificar claramente.
– ¿Cómo se ha concebido a los personajes?
Al principio siempre tuvimos claro que la raza del protagonista fueran gatos, felinos azulados. Nos parecía que Pilo, el protagonista, sería tierno y que el público se encariñaría con él fácilmente; con ese niño gatito. Pero al principio del proceso de diseño, se estreno “Avatar” de James Cameron. Y sus protagonistas eran felinos, ¡azules!.. ¿Quién iba a creer que no le habíamos robado la idea a Cameron? Y todavía nos quedaban dos años más de producción (risas). Decidimos entonces modificar los colores de las pieles y sacarles un poco lo felinesco, haciéndolo más a una mezcla de felino y duende. En el caso de 19 (un personaje del filme), por ejemplo, nos basamos en viejos surtidores de combustible; con Jiva buscamos un diseño al que a los chicos le gustara abrazar, una especie de almohada luminosa. Y con el malo, Asura, trabajamos con el acercamiento al humano, como una metáfora o crítica a nosotros mismos.
– ¿Cuál es el mensaje que quiere dar este filme?
Unidad, trabajo en equipo, no rendirse nunca, no conformarse en que uno es lo que le ha tocado en la lotería de la vida, sino que uno puede ser lo que quiera ser. Más allá de que algunos sueños parezcan imposibles. Nosotros somos un ejemplo de esto mismo, como Pilo, logramos cosas que jamás pensamos posibles, como hacer “La maquina que hace estrellas”. Todo es posible, suena un poco a un American Dream, pero es verdad. Ahora en Latinoamérica es posible realizar largos de animación. Sólo haya que saber qué contar, y con qué recursos contamos.
– ¿Qué otros proyectos tiene en mente?
Varios, ahora estoy centrado en un proyecto animado para televisión. También “Factoría NUTS”, idea original y producción propia. También hay ideas de otro largo animado, pero es más grande y complejo, hay que esperar las condiciones perfectas para el beneficio del proyecto. Y también con ganas de filmar algo con actores, algo más rápido de realizar (risas).
– La película se ha estrenado en agosto de 2012 y ahora llega a Bolivia. ¿Cuál cree que es el estado de las redes de distribución para la producción de América Latina?
Complejas, difíciles. El dominio de la industria norteamericana es bestial. Tenemos que hacer algo urgente para poder remediar eso. Hay tanto y tan buen cine nuestro, latinoamericano. Pero es algo que va a llevar mucho tiempo, y una de las cosas que tenemos que aprender, es ver al público. Aprender qué quieren ver, y dárselo, los cineastas no tenemos que ser egoístas en ese sentido, tenemos que mira al público. Más allá de las políticas de distribución, si al público no le interesa lo que le estamos contando, vamos muertos.