Cineastas y críticos ven poco apoyo del público a la producción nacional e identifican factores
Hoy Bolivia celebra el Día del Cine Boliviano. Los cineastas Paolo Agazzi, Juan Carlos Valdia y críticos como Pedro Susz hacen un análisis sobre la situación de los filmes nacionales
Cineastas y críticos de cine coincidieron en el Día del Cine Boliviano que hoy el público apoya poco a la producción nacional y ven como causales elementos como la falta de interés, lo cultural, el marketing de las producciones de Hollywood o la falta de rigurosidad en el acabado de los filmes. El crítico Pedro Susz consideró que es necesario un mayor trabajo en las próximas producciones.
“Antes teníamos una especie de romance entre el público boliviano y su cine, sin embargo, en la actualidad, se ve un notable desencanto”, sostiene Susz, quien atribuyó ese romance a elementos como el nivel de los guiones, manejo de cámaras y otros factores del cine clásico que tiene entre sus figuras a Antonio Eguino, Jorge Ruíz o Jorge Sanjinés.
El director y productor Paolo Agazzi sostiene que esa especie de ‘desamor’ afecta también a las buenas producciones. “A principios de los 80 la gente decía que el cine era malo, el sonido es malo y demás, además de temáticamente. Hay películas que dejan mucho que desear en ese sentido y entonces se generaliza esa opinión y eso afecta a las pocas producciones de buen nivel e interesantes”.
El Día del Cine Boliviano se celebra cada 21 de marzo en conmemoración al aniversario del asesinato del padre jesuita y cineasta Luís Espinal Camps, quien fue uno de pilares del surgimiento de la cinematografía en el país, así como activista y defensor de los Derechos Humanos.
“Las nuevas tecnologías han abaratado significativamente y facilitado mucho el poder expresarse a través las imágenes en movimiento, pero al mismo tiempo se ha perdido la rigurosidad y la seriedad en la manera de hacer las cocas. Antes realizar una película costaba sangre, sudor y lágrima”, recordó Susz.
En 1897 llega el cinematógrafo a Bolivia, con lo que empieza la aventuura del cine boliviano, desde las vistas locales que fueron los primeros registros hechos en el país hasta 1925, donde se estrenan los primeros largometrajes de ficción de nuestra historia Corazón Aymara de Pedro Sambarino y La Profecía del Lago de Jose María Velazco Maidana, ambas caracterizadas por una temática indígena y ambas perdidas, según una nota publicada en el portal cinemascine.net
La crítica María del Carmen Molina considera que es complejo competir con las producciones de Hollywood. “Llegan a través de distribuidoras internaciones cargadas de un arsenal de publicidad. El público no se arriesga, prefiere ir a ver una película cada vez con tramas similares que ir a ver una película que tal vez lo va a cuestionar o hablar de una realidad parecida a la suya”.
El director y productor Juan Carlos Valdivia afirmó que el marketing es importante para promocionar las producciones nacionales, pero es muy costoso. “El cine norteamericano ingresó con una puesta de marketing muy grande y además con una estrategia de distribución muy agresiva, si vas a una sala te encuentras con una avalancha de películas internacionales con las cuales las películas nacionales tienen que competir”.
La directora de la Cinemanteca, Mela Márquez, va más allá porque ve que el apoyo del público está vinculado a “un problema de estructura general: cultual, social, laboral de autoestima o autoidentificación”. Además lo relacionada con la educación y la formación de las personas.
“La educación tiene que ver con la sociedad en general y la formación con la apreciación artística, la valoración de lo que hacemos”, insistió.
Agazzi sostiene que debe revertirse esa imagen sobre lo nacional, particularmente en los jóvenes, aunque considera que será difícil. “Se necesita una ley de cine más actual, políticas de fomento a la producción, sobre todo de parte de los cineastas una profunda reflexiona de que cien podemos hacer para recupera un sitial”, planteó.