Pachamama Cinema de Fronteira: crisol del cine boliviano
Cuando las salas de cine de toda Latinoamérica no tienen espacio para proyectar las películas producidas en la región, el único lugar posible para hacerlo son los cada vez más numerosos festivales. En el Acre brasilero (territorio que otrora fue boliviano), en plena selva amazónica, se va consolidando uno de los festivales que para el cine boliviano no deja de ser muy interesante.
Cuando las salas de cine de toda Latinoamérica no tienen espacio para proyectar las películas producidas en la región, el único lugar posible para hacerlo son los cada vez más numerosos festivales. En el Acre brasilero (territorio que otrora fue boliviano), en plena selva amazónica, se va consolidando uno de los festivales que para el cine boliviano no deja de ser muy interesante.
Es el Pachamama Cinema de Fronteira, realizado desde hace cinco años en la ciudad de Río Branco. El festival privilegia filmes de dos tipos. En primer lugar, considerando que es una localidad con gran población indígena, hay una muestra de cine comunitario que permite dar cuenta de las producciones que buscan dar voz e imagen propia a todos los pueblos indígenas de Latinoamérica. Es decir, filmes producidos por las mismas comunidades.
En segundo lugar, aprovechando su condición fronteriza, puesto que la población es el punto de encuentro de la Amazonía peruana, boliviana y brasilera, el festival decidió privilegiar las expresiones cinematográficas de estos tres países. Así pues, en sus cortos años de vida, el festival permite dar cuenta del cine boliviano contemporáneo. Por las pantallas del cine Recreo, a orillas del histórico río Acre, fueron proyectadas gran parte de las cintas bolivianas de cierta importancia en los últimos años.
Películas, que en algunos casos no tuvieron una suficiente difusión en el territorio nacional, pero que lograron un recibimiento entusiasta de los espectadores acreanos. Este año serán tres las cintas bolivianas que se verán en el festival: El corral y el viento, de Miguel Hilari (competencia oficial de largometrajes); Our fight, de Sergio Bastani (sección Mirada Latina), y Eco del Homo, ópera prima de Juan Álvarez (Muestra Trifrontera).
Pistas
‘San Antonio’ (Álvaro Olmos)
Entre algunas de las películas bolivianas que tuvieron un lugar especial en el Festival Cinema de Fronteira está el documental realizado por el cochabambino Álvaro Olmos, San Antonio. El filme de 2011 se adentra en la cárcel valluna para seguir la vida de tres presos con perfiles e historias completamente diferentes. Sin duda, el fuerte del documental de Olmos tiene que ver con su audacia a la hora de registrar realidades duras e inéditas. Ya se vio en Argentina, Uruguay, EEUU, Ecuador, México y Bélgica.
Cortos bolivianos
Este festival también fue un lugar para la proyección de trabajos audiovisuales de jóvenes cineastas bolivianos que todavía no estrenaron un largometraje. Así pues, se proyectaron los trabajos de Juan Gabriel Estellano (La vida de las cosas) y de Carlos Piñeiro (Plato paceño, cortometraje ganador a Mejor Dirección). Este año está programado el visionado del corto Cabeza de VHS, de Manuel Lacunza. Un técnico en reparación de videocaseteras se une a su cliente y a un estudiante universitario para crear un movimiento.
‘El corral y el viento’ (2014)
Tras su paso por el BAFICI (Buenos Aires Festival de Cine), el Cinéma du Reel (Paris), el FIDOCS de Santiago, donde logró el premio al Mejor Documental Latinoamericano, y la Muestra de Cine Latinoamericano en la Cinemateca, El corral y el viento será estrenada en Río Branco en noviembre. El filme registra el retorno del realizador —Miguel Hilari— al pueblo de su padre, Santiago de Okola, a orillas del lago Titicaca. Es uno de los más importantes documentales bolivianos de los últimos años.