Florence+ The Machine: ‘How Big, How Blue, How Beautiful’
Han pasado tres años y medio desde el lanzamiento de Ceremonials, segundo trabajo de estudio de los londinenses Florence + The Machine. Todo este tiempo la banda se dedicó a consolidar presencia en la escena internacional. Apoyados en dos sólidos discos de estudio y un show acústico-orquestal para MTV, que sin buscarlo, ayudó a dar el giro necesario al agotado concepto noventero de este tipo de presentaciones.
Después del aluvión de emociones y ansias de los dos primeros trabajos, metáforas acuosas y referencias mórbidas, la banda adopta una aproximación diferente para este nuevo trabajo; es posible percibir una aceptación del desenfreno y la ligereza adolescente, una autorreconciliación típica de los veintitantos próximos a los treinta.
Uniendo fuerzas con Markus Dravs, productor de Arcade Fire y Coldplay, este disco propone una experiencia de 11 canciones y varios matices tan sutiles y feroces como los colores de la voz de Florence Welch. Echando mano de recursos propios de la banda, Dravs construye sobre capas densas y otras veces ligeras de folk-rock, retomando sendas vocales abandonadas en previos trabajos, llevando al límite y abriendo nuevos horizontes para la estremecedora voz de Welch.
Bajo este panorama, algunos tratamientos ingresan al territorio gospel con ingredientes gótico paganos; en otros pasajes, la voz se viste de blues sin abandonar la característica orgánica que distingue a esta banda. La explosión de histrionismo puede llegar a ser abrumadora en ciertos momentos, pero en la mayoría alcanza un equilibrio que propicia temas elegantes dentro de una estructura pop que todavía consiguen remover las emociones propias.
Sin rayar en el cliché pero transitando la senda de muchos, Ship to Wreck, la canción encargada de abrir el álbum, elabora sobre la inevitable crisis posfama, este motivo lírico es recurrente a lo largo de su discografía, sin embargo en esta ocasión, la sensación descriptiva aterriza sobre el momento actual y no así sobre la expectativa, ésta es la tónica que siguen todas las canciones sin excepción, redundar en temáticas ya exploradas aterrizándolas en el momento actual.
Las sendas abiertas en este trabajo parecen apuntar al inicio de una etapa transicional en el sonido de la banda, se trata de un disco que necesita más de una vuelta para ser comprendido, no decepciona en lo mínimo, ya sea por su profuso trabajo armonio o por la exquisitez de sus arreglos.