Escalante perturba en Venecia con una historia que huye del horror de México
Venecia será la plataforma perfecta para ver esas primeras reacciones y para que se hable de la película aunque sea con la incomprensión que ha generado tras su primer pase de prensa. Que tenga premio o no, es algo que no preocupa a Escalante.
Amat Escalante provocó este lunes un fuerte debate en Venecia con «La región salvaje», una película perturbadora e incómoda en la que mezcla feminismo, homofobia o machismo con terror en un proyecto con el que el director quería huir de la «la horrible situación» de su México natal.
«Tal vez está tan fuerte la situación en la realidad que uno busca metáforas o respuestas por otros lados. Yo siento que un poco de eso me sucedió, que la realidad misma supera la ficción y uno ya no sabe ni adonde ir», explica el cineasta a Efe antes de presentar su película, con la que compite por el León de Oro de la Mostra.
También es muy frustrante lo que está sucediendo en México, asegura. «Con la muerte, con la corrupción, con el presidente (Enrique) Peña Nieto, es tan horripilante realmente, que el Gobierno desaparezca 43 estudiantes, por ejemplo, que cada día matan a mujeres por todo el país y las encuentran. Todo eso es horrible».
Eso está generando un cansancio en la población pero también entre los cineastas y los artistas, que se aproximan a la realidad desde otros lados, «no con la cruda realidad, porque la realidad ya no está funcionando».
Y eso es lo que ha hecho Escalante con «La región salvaje», una película que surge de lo que el cineasta se encuentra en la vida, de lo que le conmueve: «la injusticia que veo en mi país, en mi ciudad».
De ahí saltó a la naturaleza humana, que tiene cosas difíciles de entender y menos aún de justificar, y eso es lo que retrata en un filme en el que los protagonistas se dejan seducir por una criatura llena de tentáculos que produce placer y muerte a partes iguales.
Los protagonistas son Alejandra (Ruth Ramos), su marido Ángel (Jesús Meza), su hermano Fabián (Eden Villavicencio) y Verónica (Simone Bucio), una joven misteriosa y torturada que les arrastrará hacia un mundo de dolor y placer dominado por esa criatura.
Una criatura que representa la parte de los humanos que es impredecible y que es libre, sin fronteras, y que surgió al no poder encontrar respuesta a situaciones que se producen a su alrededor.
«Me topé con algo que no podía realmente explicar y se fue hacia esta criatura que viene más del cine que de cualquier otra parte».
El resultado es una película con la que Escalante se ha acercado al terror, algo que buscaba desde hace tiempo porque es su género favorito, pero con un estilo muy suyo, en realidad «un experimento» que aún no sabes si es satisfactorio.
Es arriesgada, reconoce el director de «Heli» –premio al mejor director en el Festival de Cannes de 2013–, porque juega con los géneros y se sale del cine realista de sus tres largometrajes anteriores.
«Quise explorar otro lado del cine y de las historias y de la gente también», asegura Escalante, que también dice que busca dar respuesta ni explicaciones en sus películas.
Lo que, reconoce, puede ser difícil para el público. «Cuando no les da exactamente la respuesta, entiendo que puede haber cierto rechazo».
Pero cree que deben existir películas como la suya, con libertad y honestas, que se construyan al ser vistas por el público.
«Tengo muchas ganas de que sea descubierta por el público, de oír las opiniones, que son las que completan la película de la forma más importante (…) Mis películas son siempre violentas de alguna manera, aunque no tengan violencia, cuestionan al espectador y hacen que saltes un poco. Espero que la gente no salga indiferente», señala.
Y sobre si el filme puede ofender a los mexicanos, estima que tienen «muchas más razones más importantes para ofenderse que por una película».
Venecia será la plataforma perfecta para ver esas primeras reacciones y para que se hable de la película aunque sea con la incomprensión que ha generado tras su primer pase de prensa. Que tenga premio o no, es algo que no preocupa a Escalante.
«En diez años nadie se va a acordar de qué pasó aquí hoy», manifiesta el realizador, que lo que espera es irse de la Mostra con una nueva forma de ver su película. «Con la sorpresa de descubrir qué película hice». (05/09/2016)