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Holanda propone ampliar el derecho a la eutanasia a personas sin enfermedades

La propuesta será analizada por el Parlamento el próximo año, pero en marzo de 2017 se celebran elecciones en Holanda, de forma que estará en las manos del nuevo Ejecutivo aprobarla o rechazarla.

/ 13 de octubre de 2016 / 15:06

La propuesta del Gobierno holandés al Parlamento sobre una ley que otorgue el derecho a la eutanasia a personas que, aunque no estén enfermas, sientan que «ya no tienen más perspectivas en la vida» y «han desarrollado un deseo de morir persistente y activo», ha generado este jueves un debate público en el país.

La propuesta parte de la ministra neerlandesa de Sanidad, Edith Schippers, y del ministro de Justicia, Ard van der Steur.

Ambos han remitido una misiva conjunta a la Cámara baja en la que piden ampliar los supuestos en los que se puede aplicar la eutanasia, despenalizada en Holanda desde 2002, lo que ha levantado la polémica teniendo en cuenta los antecedentes de la propuesta.

El Gobierno de coalición holandés solicitó en 2014 un informe a un comité de especialistas que se encargó de valorar la viabilidad legal y los dilemas sociales que supondría despenalizar el suicidio asistido a personas que piensan que «su vida está completa».

Tras una intensa investigación de dos años, el comité emitió su conclusión: «no es deseable» expandir las posibilidades legales para el suicidio asistido porque el actual marco jurídico «es suficiente».

Actualmente, un paciente debe cumplir ciertos requisitos para solicitar la eutanasia, entre los que se encuentra el que al menos dos médicos confirmen que el enfermo padece de un sufrimiento inaguantable y sin perspectivas de mejora.

Los ministros han agradecido el trabajo del comité, pero rechazan su resolución final, ya que piensan que la ley actual se queda corta porque tiene una importante limitación, como es que el suicidio asistido debe basarse en fundamentos facultativos.

Según el Gobierno, también hay gente que desea terminar con su vida y padece un «sufrimiento inaguantable» sin una «base médica».

Los responsables gubernamentales señalan concretamente a ancianos que sufren por la pérdida de «sus seres queridos» o de «contactos significativos», teniendo como resultado «fatiga» y «apatía».

Por esta razón, la nueva ley solo sería aplicable a personas mayores, aunque los ministros no han aclarado qué edad mínima habría que tener para acogerse a la propuesta.

«Hay gente para la que cada día que pasa es uno más en espera de la muerte. Estas personas preguntan cómo pueden poner fin a su vida de una manera digna», mantienen los ministros en la misiva, dada a conocer a través de la página web del Gobierno neerlandés.

La nueva ley supondría la creación de una nueva profesión, una especie de «orientador» social con experiencia en el campo de la Medicina que evaluaría la solicitud del suicidio asistido.

El demandante estaría obligado a poner por escrito que desea terminar con su vida y el orientador le haría entrevistas para confirmar que su sufrimiento es inaguantable, al menos una de ellas en persona y sin la presencia de sus familiares.

La aplicación de la eutanasia no sería automática, sino que se practicaría posteriormente en un tiempo aún no determinado y tras la supervisión del caso por un segundo experto especializado.

Si se detectase que la solicitud se debe a problemas médicos tratables, «otras alternativas serían exploradas», aseguran los ministros.

En caso de que el demandante recibiera luz verde, obtendría una prescripción con la receta de la medicina que acabaría con su vida, pudiéndola adquirir en la farmacia, mientras que los familiares, si lo desean, podrían estar presentes en los momentos finales de su ser querido.

La propuesta será analizada por el Parlamento el próximo año, pero en marzo de 2017 se celebran elecciones en Holanda, de forma que estará en las manos del nuevo Ejecutivo aprobarla o rechazarla.

Con la actual composición de la Cámara, a priori la ley sería avalada, dado que los dos partidos de la gran coalición gobernante, el socialdemócrata PvdA y el liberal VVD del primer ministro, Mark Rutte, se han pronunciado a favor, y teniendo en cuenta que también la apoyan los social liberales del D66.

En contra están dos de los principales partidos de la oposición, el socialista SP y el democristiano CDA, cada uno por diferentes razones.

El primero ha relacionado la propuesta con las medidas de austeridad impulsadas por el Ejecutivo, en tanto que los democristianos, por su parte, no entienden por qué el Gobierno no ha seguido el consejo del comité de expertos, que se decantó por mantener el actual marco legal tal y como está ahora. (13/10/2016)

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Un musicólogo español descubre la primera sonata de Vivaldi en una biblioteca

La transcripción de la partitura que se conserva en Dresde fue hecha por un chico del coro de Ansbach, Johann Georg Pisendel, quien casualmente se convirtió en alumno del propio Vivaldi años después.

/ 24 de septiembre de 2016 / 20:32

El violinista y musicólogo español afincado en Holanda Javier Lupiáñez ha descubierto la primera obra conocida de Antonio Vivaldi en una biblioteca de la ciudad alemana de Dresde, hallazgo que arroja luz sobre los años del genio italiano como estudiante antes de que se hiciera mundialmente conocido.

Todo comenzó en 2014, cuando Lupiáñez preparaba un programa para su grupo basado en piezas sin autor conocido: «Me puse a leer obras del archivo de Dresde, que está digitalizado. Pudimos leer como 72 sonatas anónimas», explicó este sábado el musicólogo a Efe.

En una clase con su profesor, ambos discutieron la posibilidad de que una de las obras fuera de Antonio Vivaldi.

El musicólogo español decidió en ese momento cambiar la tesis de su máster, que preparaba en el Conservatorio de La Haya, en Holanda.

Se puso como objetivo investigar si esa sonata y otra del mismo archivo habían sido escritas por el compositor italiano.

«Teníamos que comprobar la fuente en sí. La partitura tiene una marca de agua que, si se pone a trasluz, se ve quién es el fabricante y de dónde viene el papel», indica Lupiáñez.

La obra RV 820 venía de la ciudad alemana de Ansbach, donde vivió uno de los profesores de Vivaldi, Giuseppe Torelli.

Vivaldi compuso esta obra aproximadamente en el año 1700 -por lo que se trata de su primera pieza conocida-, una época en la que aún era estudiante y tenía unos 23 años.

La transcripción de la partitura que se conserva en Dresde fue hecha por un chico del coro de Ansbach, Johann Georg Pisendel, quien casualmente se convirtió en alumno del propio Vivaldi años después.

Según Lupiáñez, en esa época los compositores Giuseppe Torelli y Arcangelo Corelli ejercían una fuerte influencia en las obras de Vivaldi, «sobre todo en la organización de las ideas y en la línea melódica».

No obstante, el genio italiano ya dejaba entrever «destellos, cosas sutiles» de lo que terminaría siendo su estilo, a pesar de que la tendencia de la época marcaba que los instrumentos debían imitar la voz de los cantantes.

«Sin embargo, Vivaldi se mueve hacia un tipo de música más instrumental», explica Lupiáñez.

La técnica escrita para los instrumentos sugiere otros indicios de astucia. «Uno de los solos de violín tiene una articulación especial y unas ligaduras muy difíciles, algo que Corelli no habría hecho nunca», apunta Lupiáñez, quien añade que «años después Vivaldi será famoso por una articulación muy rica».

La otra pieza descubierta por el musicólogo español, la RV 205/2, fue compuesta alrededor de 1717 y no tiene nada que ver con la RV 820.

«Muchos teóricos defienden que a principios de siglo XVIII hubo un cambio de estilo radical y esta sonata es un ejemplo. Se ven características del siglo XVII, pero al mismo tiempo hay cosas nuevas», indica Lupiáñez, que cita como ejemplo la originalidad del bajo continuo, la articulación y la ornamentación de la sonata.

Lupiáñez envió su tesis a Michael Talbot, profesor del Conservatorio de Birmingham (Reino Unido) y uno de los mayores expertos en música de Vivaldi.

«Él a su vez se la envió al Instituto Vivaldi de Venecia y al RISM (Repertorio Internacional de Fuentes Musicales, por sus siglas en francés)», institución que documenta y cataloga partituras de todo el mundo.

El RISM autentificó meses más tarde a Lupiáñez como descubridor de la RV 205/2 y codescubridor de la RV 820 junto a Federico Maria Sardelli, un musicólogo italiano que aseguró que él también había hallado la misma pieza.

«Este tipo de cosas ocurre muy a menudo», indica Jennifer Ward, musicóloga del RISM, que señala la digitalización del archivo musical de la biblioteca de Dresde como un factor facilitador de estos descubrimientos.

«Es de acceso libre, por lo que cualquiera puede verla en línea», explica Ward. «Estábamos muy emocionados porque tanto un investigador que estaba en Holanda como otro de Italia llegaron a la misma conclusión. Fue una coincidencia que pasara al mismo tiempo», asegura.

Javier Lupiáñez dará el 29 de septiembre un recital en La Haya con su grupo, Scaramuccia, en un concierto que cuenta con el apoyo de la embajada de España en Holanda.

«Tocaremos una pieza española y obras de Vivaldi descubiertas por gente diferente en los últimos diez años, pero que aún no se conocen mucho», explica. (24/09/2016)

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