Los dos soldados del Pacífico eran hermanos
El almirante Yamil Borda Sosa, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, fue quien confirmó la noticia de que ambos soldados, que pertenecían al Regimiento II de Infantería de Sucre y lucharon en la Guerra del Pacífico, eran hermanos.
Estudios científicos confirman que el oficial y el soldado raso momificados que participaron en la Guerra del Pacífico, en la batalla del Alto de la Alianza en 1880, y que fueron repatriados de Tacna (Perú) a Sucre en 2015, eran hermanos. El mayor tenía de 32 a 34 años y el menor, de 28 a 32 años.
A esa conclusión llegaron expertos del Museo Nacional de Arqueología (Munarq), dependiente del Ministerio de Culturas y Turismo, de la Academia de Historia Militar, del Museo Militar de Sucre y del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Unipol, quienes presentaron ayer, en Sucre, el estudio genético y balístico de restos de combatientes de la Batalla del Alto de Alianza, que tuvo lugar el 26 de mayo de 1880, en el sector de Tacna, Perú.
El almirante Yamil Borda Sosa, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, fue quien confirmó la noticia de que ambos soldados, que pertenecían al Regimiento II de Infantería de Sucre y lucharon en la Guerra del Pacífico, eran hermanos.
Después de un trabajo minucioso, especialistas revelaron cómo eran los rostros de ambos soldados momificados, tal como lo informó La Razón en su edición impresa del domingo.
A partir de esa información, Luis Castedo, antropólogo forense del Museo Nacional de Arqueología, confirmó que el oficial era el hermano mayor y tenía entre 32 y 34 años, mientras que el soldado era el menor y tenía de 28 a 32 años. Con base en las medidas craneométricas que se tomaron y que sirvieron para la reconstrucción facial, se estableció que se caracterizaban por los pómulos sobresalientes.
De acuerdo con las investigaciones científicas, el oficial presumiblemente murió por un fuerte golpe en el rostro, debido a que se observa una contusión en el maxilar inferior derecho producto, presumiblemente, de un culatazo; mientras que el soldado presenta perforaciones de proyectil de arma de fuego en la espalda.
Castedo dijo también que junto a los cuerpos se encontraron pertrechos de cuero, pañuelos y tejidos. Agregó que lo que más llamó la atención fue el hallazgo de hojas de coca que eran consumidas por los soldados y que ahora todos esos materiales están expuestos en una sala construida especialmente para los dos héroes del Pacífico en el Museo Militar de Sucre.
Por su lado, Ruddy Luna, encargado del Departamento Científico de la Universidad Policial, dijo que ahora el reto es identificarlos porque para ello se sacaron muestras de su ADN y afirmó que ese es otro logro porque, después de 138 años, se recupera esa información genética con profesionales bolivianos y en laboratorios propios.
Planteó que se debe rastrear documentación histórica que lleve a ubicar a posibles descendientes y luego comparar el material genético.
Desde ayer se puede observar los rostros reconstruidos de los dos combatientes de la Batalla del Alto de la Alianza, que se libró hace 138 años entre tropas del ejército chileno y militares peruanos-bolivianos.