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Thursday 25 Apr 2024 | Actualizado a 20:21 PM

Sergio Vargas Paz: ‘Animémonos, como realizadores, a hacer películas diferentes’

El director de la película colombiano-boliviana Anomalía nació el 13 de enero de 1987. La ópera prima de Vargas Paz se estrena este jueves.

/ 9 de octubre de 2019 / 12:54

El director de cine paceño revela que su ópera prima, la película Anomalía, que se estrenará en los cines de Bolivia este jueves 10 de octubre, es una coproducción colombiano–boliviana que costó casi medio millón de dólares. Actuaciones impecables, efectos especiales de calidad y pulcritud técnica hacen de esta cinta un referente de la ciencia ficción en el país; aunque para Vargas, el género cinematográfico es lo de menos.  

— ¿Quién es Sergio Vargas?

— Soy un director paceño. Viví cerca de 15 años en Cochabamba, creo que es la razón por la cual me dicen director cochabambino en muchos medios de comunicación. Estudié Dirección de cine en Colombia. Viví allá cuatro años y allá fue donde me introduje en el mundo de la cinematografía. Estuve en la Escuela Nacional de Cine, haciendo un conservatorio. Pude aprender de docentes de mucha trayectoria en la cinematografía colombiana, como Ciro Guerra, nominado en 2016 al Óscar por El abrazo de la serpiente como mejor película extranjera… y una lista de varios nombres, como Felipe Martínez.

Posteriormente, cuando retorné a Bolivia vine con la idea de crear un fondo cultural para poder trabajar el crecimiento de la industria cinematográfica en el país. Empecé con un primer proyecto, que es Anomalía, para poder realizar cine creado por bolivianos —ésta la escribimos con un cochabambino, Jorge Rollano— que tenga un enfoque internacional. Entonces, desde el inicio de este proyecto ya sabíamos que teníamos que contar con actores internacionales, que era una historia que tenía que ser muy global, eso más que todo, para poder entrar a nuevos mercados.  

— ¿Cómo nació la idea de hacer una película de ciencia ficción?

— Todo partió a partir de una imagen: una señora mayor, de unos 70 años, en un sillón conectada con unos cables. De ahí vino la creación de la empresa Memorias Corp y la idea de qué chévere sería que en un futuro pudiéramos revivir nuestros recuerdos. También ha sido uno de mis temores más grandes el perder mis recuerdos; de eso me di cuenta recién, porque finalicé mi tercer guion y en lo que voy escribiendo me doy cuenta de que soy muy recurrente al tema de los recuerdos. La segunda película que escribí es Los Lelek, una película de suspenso y fantasía, donde igual hablo de los recuerdos. Y en la última que acabé hace un par de meses, Ajayu, hablo también de los recuerdos; entonces, es muy introspectiva la cosa.  

— ¿Tiene esto de la memoria que ver con el fallecimiento de tus papás, que ocurrió hace un año, verdad?

— El año pasado, sí. Creo que no. Creo que yo tenía este tema metido desde antes, porque Anomalía la escribí en 2014. Es algo que siempre tengo. Los dos únicos miedos que tengo son a las alturas y a perder mis recuerdos.

  • El actor colombiano Juan Pablo Barragán y la actriz argentina Flor Antonucci, junto al director boliviano Sergio Vargas, durante la premier de la película en Cochabamba. Foto: Fernando Cartagena / La Razón

— ¿Y cómo ha sido tu relación con la ciencia ficción? ¿Qué autores leías?

— Para serte sincero, es un género que lo estuve explorando recién con Anomalía. El apoyo y sustento para la creación fue Jorge Rollano, con quien coescribí el guion. Él fue como el condimento principal para que podamos crear una película que para ese estilo, ciencia ficción, sí necesita un sustento teórico.  

— En Anomalía la teoría de que con el poder mental puedes llegar a viajar en el tiempo es sutentada?

— Así es… está fundamentada en teorías de paralelismo y multiversos; tiene un fundamento teórico.

— Y hablando de los recuerdos, ¿tienes algunos recuerdos recurrentes?

— Soy una persona que en verdad me olvido muy rápido de las cosas, creo que por eso es mi miedo. Soy de fácil olvidar, o sea, hay cosas que me pasan y quiero acordarme, entonces veo una foto y me acuerdo. Es como que necesito ayudita para acordarme. Obviamente, hay cosas que lo marcan a uno, como el fallecimiento de mis papás… el último día que me despedí de mi mamá. Esas cosas son muy fuertes, de mucho impacto y obviamente se quedan, pero la graduación que tuve en colegio o un cumpleaños que tuve hace cinco años, tengo que ver una fotografía para acordarme: ‘ah, así fue la cosa’ y demás. Creo que por eso también viene mi miedo.

— ¿Cómo fue el proceso de producción de Anomalía?

— Yo quería hacer una película sencilla, la verdad. Dije: ‘ah, no me va a tomar más de $us 50.000 este proyecto’. Busqué un productor y se sumó Felipe Morell, quien tiene 20 años de experiencia en Hollywood; vive y trabaja entre Nueva York y Bogotá. Ha estado en producciones muy grandes como La era de hielo y El gigante de hierro. Entonces, a él le gustó mucho el proyecto.

Lo conocí cuando él fue mi docente en Colombia, en una relación de maestro alumno y después ya, de colegas, trabajando en este proyecto. Y así comenzaron a sumarse más profesionales… con el respaldo también que tenía él, porque al final, cuando hablaba con alguien para conseguir financiamiento, fondos, como lo primero que se fijan es en qué has hecho. Al ser un director nuevo, con una ópera prima, entonces ahí me quedaba cojo, pero el respaldo me lo daba Felipe, el productor colombiano, con todo su antecedente previo.

Conseguimos muy buenos proveedores artistas, tanto en sonido como en color, de Argentina, Colombia y Bolivia. El proyecto llamó demasiado la atención. Y eso es lo que me gustó mucho del proceso, porque cuando hablábamos de esta película en el exterior era como: ‘¿Qué? Están locos, no lo van a conseguir, peor en Bolivia’; pero cuando llegamos a Bolivia y dijimos queremos hacer este proyecto, la gente boliviana confió, dijeron cómo no, hagámoslo.

— ¿Y a cuánto llegó el presupuesto?

— Fue difícil como materializar todo el esfuerzo de muchas personas, porque hubo aporte de muchos artistas… una coproducción tiene que ver con cuánto has aportado tú con tu trabajo y después volverlo un número. Ha estado rodeando casi el medio millón de dólares.

  • Trailer oficial de la película de ciencia ficción colombiana-boliviana "Anomalía".

— La actuación es destacable ¿cómo fue el proceso del casting, tú fuiste quién escogió?

— Sí, fui yo como la cabeza principal del casting, pero tuve bastante ayuda. A dos de los actores internacionales ya los conocía, porque había trabajado en Colombia con ellos: Julián Trujillo, que hace el papel de Alessandro joven, el príncipe azul de la historia y  Mercedes Salazar, que es la recepcionista española. Como que crecimos juntos, profesionalmente hablando, y cuando los convoqué a la película ya estaban rodando series importantes en sus países.

A Flor Antonucci la conocí a través de un spot de TNT que hicieron para los Oscar, en 2015. Un amigo fotógrafo boliviano que vivió en Argentina me dijo que hizo unas fotos con ella. Yo le dije: ‘no, wau, ella es la imagen que yo tengo, el personaje que yo escribí es ella’. Fui a visitarla y tardé como un año en confirmarle, porque no encontrábamos a la actriz mayor. Ya estábamos por desechar esa opción, porque tenía que tener el acento argentino.

— ¿Por qué la protagonista mayor tenía que ser argentina?

— Podría haber sido de cualquier país, creo que fue más porque me cautivó Flor como persona. Cuando la vi dije: ‘es ella’. Si ella era italiana u holandesa, habría tenido que buscar una actriz mayor de ese país. Ella me dijo: ‘me interesa mucho el papel’, yo le dije: ‘me interesa demasiado trabajar contigo, no quisiera que por no tener la persona mayor dejar de trabajar contigo’. Ella me ayudó a buscar opciones de actrices argentinas que se parecieran a ella. Ella fue un pilar fundamental para encontrar a Beatriz Spelzini.

— ¿Qué resaltas de la actuación de Spelzini?

— Ah, es una capa, es genial trabajar con ella. Al principio, (yo estaba) súper intimidado, obviamente, (era) mi primera película, ella con tantos años de experiencia. Tú la has visto en pantalla. Lo que te diga va a quedar chiquito. Ella es demasiado profesional y al conocerla fue muy bonito, en realidad con todos los actores.

Lo desafiante del casting es que no teníamos ni el tiempo ni el presupuesto para traer a los actores, que eran cinco de afuera, como un mes o dos antes, para ensayar. Con los bolivianos sí hubo esa posibilidad. Pero con los de afuera eran reuniones vía Skype, donde estábamos una hora.

Las primeras veces era como que marcaban su guion y me decían: ‘ya, listo, qué escena vemos’ y yo (les decía): ‘no, guárdate el guion, vamos a hablar de la película’. Se trató de un trabajo mío ya preparado, obviamente, que era un análisis más psicológico de ellos como personas. Mi intención era encontrar similitudes con los personajes y en todos los casos pudimos encontrar esos puntos para que ellos pudieran también trabajar sus personajes de forma más fácil. Ya cuando llegaron estaban más identificados, porque encontramos esa esencia a cada uno de ellos.

— ¿La película es más boliviana que colombiana?

— Es una producción colombo-boliviana. El coproductor Felipe Morell, con su productora Digitzfilm, es la que tiene el porcentaje en Colombia. El mayor porcentaje lo tenemos nosotros como Bolivia. Fue un trabajo en conjunto. Mucha gente me pregunta porqué no fue coproducción argentina y en realidad sí, la buscamos, nos hubiera encantado que fuera de los tres países, pero nuevamente, mi poco currículum, mi primera película, eso como que me cortó un poquito el chance de poder hablar con Argentina, que está viviendo una crisis muy fuerte en cuanto a que o hay productoras muy grandes que trabajan con Disney, Warner o Fox o hay muchas chiquitas que están viviendo del fomento del Gobierno y ya tienen proyectos en vista.

— ¿Por qué crees que en el cine boliviano tendría que fomentarse producciones de ciencia ficción?

— La verdad, no creo que el género sea lo predominante. Al final, puede haber películas de comedia, de terror, de viajes en el espacio. Creo que es más que nos animemos, como realizadores, a hacer películas diferentes. Es importante que haya coproducciones, no importa el género, porque nos ayudan a llegar a más mercados.

— Y hablando de eso, después del estreno de Anomalía, el 10 de octubre en Bolivia, ¿qué se viene?

— El estreno en Colombia se viene el próximo año. Al ser una coproducción con Colombia, ese gobierno nos fomenta en el tema de la distribución, podemos aplicar a fondos para poder estrenar allá la película. La fecha aún no está prevista, pero yo asumo que será en el segundo semestre de 2020, en Colombia. En Argentina hay distribuidoras interesadas. Actualmente estamos trabajando con APL, nuestro distribuidor canadiense y representante internacional. Ellos nos están llevando a diferentes mercados, Hace tres semanas estaba con ellos en una rueda de negocios en el Festival Internacional de Cine de Toronto, uno de los más importantes en el norte, y hemos presentado la película a diferentes compradores, programadores de festivales y distribuidores.

— ¿En qué otros proyectos cinematográficos estás sumergido?

— Tengo dos películas en cartera: una en etapa de desarrollo y otra en pre-producción. La primera es Los Lelek  y la otra, Ajayu.

— ¿ Los Lelek también es ciencia ficción?

— Más que ciencia ficción es fantasía. La diferencia es que la ciencia ficción está basada en una teoría real.

— ¿Sobre qué trata Los Lelek?

— Es una historia inventada sobre un mito urbano que creamos en un pueblo muy pequeño. Una pareja adulta —recurro mucho a los recuerdos y a los personajes mayores— son una especie de vampiros que consumen la energía de las personas, pero no les chupan la sangre, sino que la consumen a través de los recuerdos (guardados) en sus pertenencias, objetos y demás. Nosotros le damos mucha importancia a objetos, nuestra esencia la dejamos ahí.

— ¿Y estará ambientada en Bolivia?

— Los Lelek, no. Tal vez la terminamos en Europa. Estoy casado con trabajar con profesionales y actores bolivianos. Pero Ajayu sí es una película 100 por ciento boliviana, en base también al mito del alma o ajayu, que dice que cuando un niño se asusta pierde su alma. (09/10/2019)

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En España reflotarán un barco con 22 lingotes de plata boliviana

La ciudad de Cádiz guarda en sus aguas una embarcación del siglo XVII con tesoros coloniales. Las autoridades financiarán el proyecto de extracción para fines arqueológicos.

Imagen referencial de un galeón.

Por Sofía García

/ 25 de abril de 2024 / 19:43

El conocido dicho español “hay más oro en la Bahía de Cádiz que en el Banco de España” es más real que nunca. Las costas andaluzas serán testigos de una “operación sin precedentes”, que busca extraer un barco hundido del siglo XVII en el que se hallaron cañones y 22 lingotes de plata boliviana.

La Autoridad Portuaria de la bahía de Cádiz (APBC) brindó todos los detalles de esta operación. En un comunicado, explicó que habrá una inversión de 639.885 euros ($us 686.556) que se destinarán al traslado y recuperación del navío bautizado como Delta 1.

El galeón (embarcación usada para el comercio o la guerra) está cargado de plata procedente de Bolivia. En una operación previa, en 2011, se encontró dentro del barco 27 cañones de hierro sueco “Finbanker” de los siglos XVII y XVIII, además de los 22 lingotes de plata de las minas de Oruro y Potosí. También se localizaron elementos de la vida a bordo y una campana de bronce con la leyenda “Jesús, María y José 1671”.

La embarcación fue descubierta en 2011, durante la construcción de la nueva terminal de contenedores del puerto de Cádiz. En su momento, se la nombró temporalmente como Delta 1.

El barco, que permanecía en esa zona desde entonces, ahora interfiere con las obras, que están a punto de iniciar. La mejor solución, por tanto, es «una operación sin precedentes en España», como calificó la presidenta de la Autoridad Portuaria, Teófila Martínez, en una rueda de prensa en Cádiz.

Leer también: Venecia pone en marcha su boleto diario de $us 5 para frenar el turismo de masas

Cádiz

Martínez explicó que el Delta I se extraerá del agua y, posteriormente, se lo trasladará a una zona cercana para estudiarlo. Estará bajo una carpa y en constante humedad para evitar su deterioro, para que expertos en arqueología subacuática lo documenten.

A la par de resaltar «la importancia histórica y valor patrimonial» de estos restos, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, aseguró que el proyecto de extracción y futuro estudio “es para hacer un documental de los de Netflix o HBO”, recogió el diario Viva Cádiz.

Durante el periodo de tres meses que durará la investigación, se espera poner nombre al navío y aclarar la ruta que tenía cuando se hundió, pues se cree que realizaba algún tipo de viaje comercial desde América.

Finalmente, a pesar que toda la cubierta del barco está completamente conservada, al terminar la investigación el galeón se volverá a colocar en las profundidades del mar. Estará cubierto con un depósito reversible con el fin de garantizar su integridad.

Entre los siglos XV y XVIII, la Bahía de Cádiz se constituyó como un epicentro comercial y es precisamente en esta zona donde se registra la mayor cantidad de embarcaciones. Se calcula que son alrededor de «2.000 toneladas de oro y más de 20.000 toneladas de plata que se encontrarían solamente en la Bahía de Cádiz», según contó a La Sexta el escritor David Botello.

Para entonces, desde el siglo XV Bolivia era el líder mundial en extracción de plata por las minas de Potosí y, por ende, uno de los pilares económicos del imperio español.

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Venecia pone en marcha su boleto diario de $us 5 para frenar el turismo de masas

En los momentos de más afluencia, Venecia cuenta con 100.000 turistas que pernoctan, además de decenas de miles de visitantes diarios

Vista del Gran Canal de Venecia

Por AFP

/ 25 de abril de 2024 / 12:49

Venecia puso en marcha este jueves su boleto de entrada para los visitantes de un solo día, una medida para combatir el turismo de masas pero que suscita reticencias entre los residentes que no quieren que su ciudad se convierta en un «museo».

La ciudad, la primera en implantar un dispositivo de este tipo, vendió en línea unas 10.000 entradas, a un precio de 5 euros (5,30 dólares), indicó a AFP el responsable adjunto de Turismo, Simone Venturini.

Estos boletos, que se presentan en forma de códigos QR, tienen que presentarse a los revisores, desplegados en varios lugares, pero sobre todo en la estación de tren de Santa Lucía, principal acceso de esta famosa localidad, patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Consulte: Venecia alista un carnaval dedicado a Marco Polo

Boleto diario

Pese a que la tarifa es moderada y a que el sistema no impone un límite de visitantes diarios, las autoridades municipales confían en que disuada a algunos de los turistas que atestan sus callejuelas y los puentes sobre sus canales en los días de más aglomeración.

«Pienso que está bien porque esto frenará quizás la afluencia turística en Venecia», comenta Sylvain Pélerin, un turista francés que visita la ciudad a menudo desde hace medio siglo, mostrando orgulloso su pase.

En el vestíbulo de la elegante estación de trenes de Santa Lucia, se han instalado unas taquillas para informar y vender los boletos.

El alcalde de Venecia Luigi Brugnaro consideró el jueves, primer día de aplicación del ingreso pagado, que el turismo debe «cambiar» y «disminuir las visitas» a la ciudad.

«Hoy gastamos dinero que aun no hemos recolectado (…) pero es un medio para hacer comprender que se debe cambiar y dismuniur las visitas en la ciudad», declaró en un comunicado, y aseguró que «la gente lo comprende».

Un experimento

Venecia se convierte así en la primera ciudad del mundo en imponer un boleto de entrada a sus visitantes, como si fuera un parque temático.

El problema del exceso de turismo ha generado movimientos de rechazo en otros lugares, especialmente en España, que han llevado a las autoridades a intentar conciliar el bienestar de los habitantes con un sector económico crucial.

Para Venturini, se trata «sobre todo de disuadir al turismo de proximidad de los habitantes de la región de Véneto, que pueden visitar Venecia cuando quieren».

El alcalde Luigi Brugnaro reconoció en abril que es un «experimento», cuyo desarrollo será seguido con atención por otras ciudades turísticas del mundo que se encuentran en situación similar.

Su comuna, una de las más visitadas del mundo, ya prohibió que los grandes cruceros atraquen en la ciudad.

En los momentos de más afluencia, Venecia cuenta con 100.000 turistas que pernoctan, además de decenas de miles de visitantes diarios. Esto contrasta con los aproximadamente 50.000 residentes del centro de la ciudad, que no deja de disminuir.

El proyecto sin embargo tiene un alcance muy limitado: para 2024, solo 29 días de gran afluencia turística se verán afectados con la nueva tasa, que empieza este jueves, día feriado en Italia, y se aplicará casi todos los fines de semana de mayo a julio.

Reticencias

El boleto está destinado únicamente a los turistas de un día que entran al casco antiguo entre las 08H30 y las 16H00 locales. Tienen que cargar su código QR del sitio web (https://cda.ve.it), disponible también en inglés, español, francés y alemán.

Los turistas que intenten pasearse sin haber pagado la entrada podrían ser castigados con una multa de entre 50 y 300 euros (53 y 320 dólares), aunque las autoridades locales ya dijeron que intentarán primera persuadir a los visitantes, antes que sancionarlos.

Los turistas que pasen al menos una noche en la ciudad no se verán afectados y recibirán un código QR gratuito, y hay varias excepciones previstas, en especial para menores de 14 años y estudiantes.

Pero algunos residentes no ven la medida con buenos ojos, porque piensan que es un ataque a su libertad de movimiento. Así como una etapa más para convertir la ciudad en un museo.

«No somos un museo o una reserva natural, sino una ciudad, no deberíamos pagar» para acceder, critica Marina Dodino. Que forma parte de la asociación local de residentes, ARCI Venezia. Está prevista una manifestación durante la jornada para protestar contra la medida.

(25/04/2024)

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Al primer trimestre, se registran 2.000 marcas, 25 patentes y 500 derechos de autor

El dierector del Senapi exhortó a la población intelectual a registrar sus creaciones, ya que, de no hacerlo, corren riesgo de que personas “escrupulosas” les den un mal uso

Una persona registra una creación en una ventanilla del Senapi

Por Rodolfo Aliaga

/ 25 de abril de 2024 / 11:02

En el día Mundial de la Propiedad Intelectual, el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi) presentó las cifras en materia de la propiedad intelectual. A 2024, se registraron 2.000 marcas, 500 registros de derechos de autor y 25 patentes.

El histórico acumulado llega a más de 200.000 marcas registradas, 5.000 patentes y unos 45.000 derechos de autor en el Senapi.

Rafael Soto, director ejecutivo del Senapi, exhortó a la población intelectual a registrar sus creaciones, ya que, de no hacerlo, corren riesgo de que personas “escrupulosas” les den un mal uso.

“Ponen en riesgo su creación, su obra; pero, eso en edad escolarizada, queremos que los niños tomen conciencia y protejan sus obras”, señaló.

Argumentó que no solo es menester el registro de obras literarias o musicales, incluso las tesis de grado. “Se pone en riesgo el uso indebido de obras literarias, musicales o hasta tesis; se pone en riesgo todo el esfuerzo del autor”, detalló.

El miércoles, el Senapi hizo la entrega de reconocimientos y resoluciones administrativas de marcas y patentes en conmemoración al Día Mundial de la Propiedad Intelectual.

Lea también: Facebook estrena herramienta que premia a los que usan música con derechos en videos

Proceso de registro marcas y derechos de autor

Para el registro de marcas, el Senapi exige que el autor presente en ventanilla la propuesta de marca.

El costo de inscripción bajó en esta gestión de Bs 1.005 a 255.

Después se inicia el trámite y, una vez terminado, el Senapi publica la marca en la Gaceta Oficial.

Para los derechos de autor, también se precisa la presentación material en físico de la obra ya sea por escrito, CD o cualquier otro formato digital.

(25/04/2024)

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Muere Francisco ‘Morochito’ Rodríguez, el primer campeón olímpico de Venezuela

Rodríguez conquistó oro en el peso minimosca en los Juegos Olímpicos de México-1968, marcando un hito para el deporte local. 

El boxeador Francisco 'Morochito' Rodríguez

Por AFP

/ 24 de abril de 2024 / 17:26

El primer medallista de oro de Venezuela en Juegos Olímpicos, el boxeador Francisco ‘Morochito’ Rodríguez, murió el martes en Caracas a los 78 años.

Un minuto de aplausos abrió este miércoles un acto en su honor a cuerpo presente en la sede principal del Instituto Nacional de Deportes (IND), donde miembros de la selección venezolana de boxeo como el medallista olímpico Yoel Finol le rindieron respeto.

Rodríguez conquistó oro en el peso minimosca en los Juegos Olímpicos de México-1968, marcando un hito para el deporte local. 

Solo otros tres deportistas de este país caribeño han subido a lo más alto del podio olímpico: el taekwondista Arlindo Gouveia en Barcelona-1992, el esgrimista Rubén Limardo en Londres-2012 y la atleta Yulimar Rojas en Tokio-2020.

«Sentimos profunda tristeza, dolor, porque se nos va una gloria de nuestro deporte», dijo a la AFP Finol, ganador de plata en Rio-2016. «Fue para nosotros los deportistas una persona ejemplar, un ejemplo de lucha (…), una inspiración para todos los que vinimos detrás de él».

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Francisco ‘Morochito’ Rodríguez

Nacido el 20 de septiembre de 1945 en la ciudad de Cumaná, en el costero estado Sucre, Rodríguez comenzó en el boxeo siendo un niño de 11 años.

Fue el segundo de 14 hijos de Olga Margarita Rodríguez, quien le crió junto a su abuela porque su padre le abandonó antes de que él naciera.

Creció sin saber leer y escribir, vendiendo pescado y se convirtió sobre el ring en uno de los mayores mitos del deporte venezolano.

Después de ganar el oro en los Juegos Panamericanos de Winnipeg-1967 llegó el momento de gloria olímpica para Rodríguez, cuando a los 23 años venció en la final de los 48 kg al surcoreano Jee Young-Yu el 26 de octubre de 1968 en la Arena México, ‘La Catedral’ de la lucha libre mexicana.

Su imagen tapándose el rostro con una bandera de Venezuela, llorando de la emoción tras su triunfo, es un ícono en este país.

Volvería a llevarse una presea dorada panamericana en Cali-1971.

«Gracias por tanto»

«Decir que fuiste una inspiración es poco ante el legado que construiste con tus puños y fortaleza. Gracias por tanto, ‘Morochito’. Descansa en paz, eterno campeón», expresó en un mensaje en X Limardo, medallista de oro en la espada individual en Londres-2012, quien competirá en París-2024 en sus quintos Juegos Olímpicos.

«Siempre serás recordado», manifestó por su parte Daniel Dhers, quien se colgó plata en el BMX en Tokio-2020.

Los triunfos de ‘Morochito’ en eventos del ciclo olímpico como amateur no tuvieron réplica en el mundo profesional, pero la Asociación Mundial de Boxeo (WBA por sus siglas en inglés) le calificó como «una leyenda» de esta disciplina al lamentar este miércoles su fallecimiento en un mensaje público.

«Se nos ha ido de este plano terrenal el gran Francisco ‘Morochito’ Rodríguez, gloria del deporte nacional, leyenda del boxeo y nuestro primer medallista de oro (olímpico)», publicó el presidente Nicolás Maduro. «Honor y gloria eterna para quien es y seguirá siendo inspiración de las nuevas generaciones».

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Vendido un cuadro de Klimt que se creía perdido por $us 32 millones

"El retrato de la señorita Lieser" estuvo durante décadas en secreto en propiedad privada austriaca.

Una representante de la casa de subastas austríaca im Kinsky junto al cuadro de Klimt subastado

Por Europa Press

/ 24 de abril de 2024 / 16:20

El cuadro de Gustav Klimt ‘El retrato de la señorita Lieser’, que se creía perdido desde hace más de cien años, ha sido subastado este miércoles 24 en la capital austriaca por un valor de $us 32 millones (30 millones de euros), por debajo de las cifras barajadas inicialmente por la casa imKinsky.

Algunas estimaciones previas hablaban de que se podría alcanzar por el cuadro la cifra de $us 74 millones (70 millones de euros), según recoge Europa Press de medios alemanes, mientras que el inicio de la subasta partió de $us 29 millones (28 millones de euros).

En total, se han recibido tres ofertas y uno de los presentes en la sala se ha hecho con la obra. El cuadro de Klimt, que se creía perdido, se lo presentó a visitantes e interesados en la casa de subastas en el marco de una visita privada a mediados de abril.

«El retrato de la señorita Lieser» estuvo durante décadas en secreto en propiedad privada austriaca. Los actuales propietarios lo heredaron de unos familiares hace unos dos años. «La pintura nunca estuvo escondida, simplemente no se la exhibió», han explicado desde la casa de subastas.

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Klimt

«Quizás el anterior propietario no sabía el autor de la pintura, ya que no está firmada», añadía. La imagen, perteneciente al último periodo creativo de Klimt, muestra a una mujer joven delante de un fondo rojo.

La familia Lieser, que encargó el retrato, pertenecía a la rica clase media alta vienesa. La familia industrial fue posteriormente perseguida durante la era nazi debido a su ascendencia judía. Según la casa de subastas de Viena, tras una intensa investigación no hay pruebas de que el cuadro fuera confiscado en su momento.

«Por el contrario, no se ha encontrado ninguna prueba de que el cuadro no se robara entre 1938 y 1945», han explicado en un vídeo sobre la subasta.

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