Dúo Compay Latino: ‘Combinamos lo digital y lo análogo’
Las dos mitades del dúo se conocieron hace 11 años y desde entonces fusionaron los ritmos caribeños con los andinos.
Ritmos caribeños se escucharon en La Razón Radio esta mañana de viernes. Con temas de Cuba y Puerto Rico y una variedad de instrumentos, el Dúo Compay Latino animó el streaming dirigido por los periodistas Rubén Atahuichi y Jorge Castel.
“Hemos venido a hacer una peña mañanera”, dijo Castel para invitar a los músicos a tocar y contar su historia.
Los músicos iniciaron refiriéndose al nombre del dúo. “Compay es compadre, musicalmente hablando y en los términos caribeños. Agregamos el latino porque no solamente hacemos música caribeña, también hacemos folclore”, empezó diciendo Leonardo Egúsquiza, peruano de nacimiento pero instalado hace varias décadas en Bolivia.
Los intrumentos y la música llamaron a Egúsquiza desde una edad temprana, quien se formó de manera autodidacta. Por su lado, su compañero Ariel Choque, trazó camino por distintas academias en el país, como ser el Conservatorio. Hoy es docente de música en la Universidad de El Alto.
“Nos juntamos hace 11 años. En aquel entonces empecé a trabajar un proyecto para fusionar los instrumentos andinos dentro del concepto afro caribeño. Yo dirijo una agrupación pequeña y el proyecto nace para trabajar con ella. Se me ocurre también integrar el charango y los vientos andinos, me vi en la obligatoriedad, entonces, de convocar músicos andinos. Así es que conozco a Rodrigo y él me presenta a Ariel, y así sucesivamente con todos los integrantes. Cada uno trajo al mejor de los mejores”, comenta Choque.
Ariel empieza como charanguista, pero luego el estilo lo llamó a tocar un instrumento cercano. “Necesitaba más profundidad y decidimos usar un ronroco”, dice Choque.
Exhibición de talento
Amante del bolero, Egúsquiza dio pie al suave tema puertoriqueño Obsesión de Pedro Flores: “por alto está el cielo en el mundo/ por hondo que sea el mar profundo/ no habrá una barrera en el mundo/ que un amor profundo no pueda romper”.
El músico continuó su relato. “Hasta el año pasado hemos trabajado con mucho cuidado por el tema del COVID-19. Este año es más complicado, los mismos vecinos están más sensibles”, comentó.
Sin embargo, durante la pandemia hicieron que su público pueda escucharlos aunque sea de forma virtual. “Había que reinventarse, aunque sea con la cámara del teléfono. Hicimos algunas pruebas y hemos empezado sin auspicios, después surgieron los apoyos”, añadió Choque.
Ambos interrumpieron su relato para cantar y tocar el clásico son cubano Lágrimas negras de Miguel Matamoros: “aunque tú me has dejado en el abandono/ aunque tú has muerto todas mis ilusiones/ en vez de maldecirte con justo encono/ en mis sueños te colmo/ en mis sueños te colmo de bendiciones”.
La fusión de ritmos cautivó al público que los sigue, junto a sus arreglos musicales, desde su nacimiento. Su versión del taquirari Perdóname de los Kjarkas es la muestra: “Perdóname/ si te llamé y no son horas/ para hablarte de mis sentimientos/ no aguanto más/ viviendo así en un infierno/ perdóname de corazón/ cuánto lo siento/ perdona tu si maltrate tus sentimientos”.
“¿Cómo hacer crecer una canción? Combinamos lo digital y lo análogo, hacemos arreglos que cambian la canción”, enfatizó Egúsquiza.
La música de cantautoras bolivianas también fue interpretada por el dúo. Tanto te amé de Matilde Cazasola se escuchó en el galpón de La Razón: “Tanto te amé, tanto soñé tu ternura/ y aquí me ves, sola con mi pena oscura, buscándote, buscándote sin fortuna/ tanto te amé, tanto soñé tu ternura”.
Con un rasgueo delicado, las dos partes del dúo tocaron Sed de amor de Miguel Ángel Valda para cerrar su visita: “la vida me duele sin vos/ preciosa emisaria de mi amor/linda flor de arrebol/ y mi sed de ti/ duramente me castigas/ porque tengo sed”.