Dúo Gil y Torrico: ‘hay que mostrar es lo que nos identifica y lo que somos’
Los esposos interpretaron un repertorio lleno de música cruceña en el programa streaming Piedra, Papel y Tinta.
Dos mitades conforman un dúo no solo en lo musical, pero también en la vida cotidiana. Los esposos Gina Gil y Fernando Torrico cantaron desde Santa Cruz para el público nacional en el programa streaming de La Razón, Piedra, Papel y Tinta, dirigido por Claudia Benavente.
«Donde está el cantor, qué fue de su voz, Santa Cruz de ayer», se escuchó en el hotel Marriott, con la voz de ella y la guitarra de él, quien formó parte anteriormente de Los Kjarkas y de Tupay. Torrico nació en Cochabamba, soy «como la llajua», dice contento. Gil, por su parte, nació en Santa Rosa (Beni), pero vive en Santa Cruz desde hace varios años.
La unión entre ambos llegó primero por la música. «Forma parejas, es bonito compartir los sueños, los escenarios, las mismas inquietudes», cuenta él. ¨Y las ganas de vivir. La música es un fluir, si estás triste cantas y te descargas y cambia el ánimo¨, añade ella.
Ansiosos, interrumpieron su relato para interpretar el clásico taquirari Santa Cruz de antaño: «la del carretón, añoro tus tiempos en mi corazón/ cuando en serenata iba el trovador cantando a su gente cantando al amor/ nostalgias de ayer, recuerdos sin par, hasta el Piraí, parece llorar».
¨La música nos exporta, nos lleva a dimensiones¨, dice Torrico. ¨La música tiene mucha versatilidad, puede llegar a los mayores, a los jóvenes y a los niños¨, comenta Gil. ¨Ahora en los colegios se está enseñando el amor por nuestra cultura, el otro día mi nieta llegó cantando el Sombrero de Saó¨.
Otro clásico tema cruceño siguió el repertorio: Niña Camba.
La música la mejor oración
«Muchas veces durante nuestra vida como artistas no supimos sobrellevar lo público con lo que realmente vale la pena para el humano. Nos dedicamos a recibir aplausos fuera de nuestro hogar. Siempre decíamos ‘nos debemos al público’, pero primero nos debemos a nuestra gente, a nuestros hijos, a nuestra familia. En esa búsqueda perdimos a nuestros primeros matrimonios. Buscando cambiar eso nos fuimos a Estados Unidos, cada uno por su lado. Allá, en 2005, nos encontramos y decidimos conocernos y buscar algo que llene nuestro corazón», recuerda Gil.
La pareja se casó en 2008.
«En ese momento tuvimos un encuentro real con Dios. Antes yo conocía de Dios, pero no conocía a Dios», dice. «Ahora nos dedicamos a enseñar la palabra del Señor. A mí no me gustan las religiones, ellas nos han separado. Pero el Dios puro es todo amor. Ambos nos dedicamos a ayudar a otros, por supuesto cantando».
A través de la música la pareja ora. ¨Tenemos un centro de rehabilitación para drogadictos acá en Santa Cruz. Lo hicimos con la ayuda de personas que creyeron en nosotros y nuestros recursos¨, señaló Torrico.
Con las canciones buscan llegar a los demás y ¨demostrar que tenemos un país hermoso¨. En ese camino, el taquirari es uno de sus géneros favoritos. ¨Hay una mezcla de nuestros ritmos. Mucho depende de cómo llegó cada ritmo a los originarios, lógicamente hemos sido influenciados, pero sí cada región le dio su espíritu según su estado anímico, su cosmovisión, su agricultura¨.
Las interpretaciones de Gina Gil, y su disco recopilatorio, se puede escuchar en las plataformas musicales.
Las canciones orientales
¨Si uno sale fuera de Bolivia, lo que más se conoce es la saya, el huayño, pero muy poco el taquirari y otros ritmos orientales¨, dice Torrico.
¨Aquí en el oriente nos costó a los interpretes entender que nuestra música vale por encima de cualquier otra música. Aprendí a copiar muy bien cumbia, salsa. Cuando salí por primera vez de Bolivia, fui cantando baladas, pero me preguntaban cuál es mi música y no sabía más que Viva Santa Cruz. Me di cuenta que lo primero que hay que mostrar es lo que nos identifica y lo que somos, que la gente conozca nuestro país por lo bueno¨.
Cantaron también En las playas desiertas del Beni: «un viajero de pálida faz que al mecerse en su hamaca pensaba en su amor y su tierra natal».
Para terminar, cantaron un tema dedicado a Dios. «Yo sé que a mi lado estás, mi vida eres tú, razón de mi existir. Te di todo mi corazón».