La decisión de atribuir el premio Nobel de Medicina al pionero de los bebé probeta, el británico Robert Edwards, fue desaprobada por varios científicos católicos en sintonía con las críticas del mayor experto del Vaticano sobre el tema.

«Otorgar el premio a Edwards ha sido una decisión populista», que no ha tenido en cuenta el impacto ético del asunto, declaró a la AFP Luciano Romano, presidente de la Asociación para la Ciencia y la Vida, una importante estructura católica basada en Roma.

La concesión del Nobel a Edwards, artífice hace más de 30 años de la fecundación en laboratorio de una célula y del nacimiento del primer bebé probeta, «decepcionó» a la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas.

«Si bien esa técnica aportó felicidad a numerosas parejas que pudieron concebir hijos, el precio que se ha pagado por ello resulta enorme: se ha atentado contra la dignidad del ser humano», sostiene la federación en un comunicado.  

Los médicos católicos condenan la fecundación in vitro porque «ha fomentado una cultura que trata a los embriones como medios útiles para alcanzar un fin, en vez de considerarlos preciosos humanos, como lo son», escribieron.