El Gobierno chino decretó una jornada de duelo nacional para hoy, domingo, por las víctimas de la avalancha de barro que arrasó la localidad de Zhouqu, en la provincia noroccidental de Gansu, y que ha dejado ya 1.239 fallecidos y 505 sepultados, informó ayer la agencia oficial de noticias Xinhua.

Hoy, cuando se cumple una semana de la catástrofe, las banderas nacionales se colocarán a media asta, y de la misma forma se hará en las embajadas y consulados en el exterior, agregó la información. Por otro lado, tanto los lugares como las actividades de ocio suspenderán sus servicios por orden expresa del Consejo de Estado (Ejecutivo).

China vive su peor monzón desde hace doce años, con más de 3.400 muertos y desaparecidos desde que se inició la temporada de lluvias en mayo, con daños comparables a los producidos por las crecidas del río Yangsé en 1998, que dejaron más de 4.000 muertos y 140 millones de desplazados.

Ayer en la vecina Sichuan, donde los aludes han dejado cinco muertos y donde 500 residentes permanecen varados en zonas montañosas, 32 personas han desaparecido después de que las inundaciones derrumbasen el hospital en el que se encontraban. El suceso ha tenido lugar en la ciudad de Yingxiu, en la provincia de Wenchuan.

El Centro de Meteorología de China advirtió que se avecinan fuertes lluvias en los próximos días. Las provincias más afectadas serán Heilongjiang, Jilin, Liaoning, y hasta el domingo lloverá también en Sichuan, Shaanxi, Shandong y Yunnan.