Las denuncias que hizo Colombia de la presencia de las guerrillas de ese país en Venezuela deben ser tomadas «muy en serio», afirmó ayer el Departamento de Estado estadounidense.

   «Las acusaciones de Colombia deben ser tomadas muy en serio», indicó el Departamento en una nota enviada a AFP. Las denuncias que hizo Colombia el jueves en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde el representante de ese país dijo que en Venezuela hay 1.500 guerrilleros en decenas de campamentos, llevó a Venezuela a romper relaciones con su vecino.

   Esa ruptura fue «una respuesta malhumorada» y «desafortunada» de Caracas, observó el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, en una rueda de prensa. «No creo que sea del interés de nadie en este momento subir la retórica», dijo por su parte el encargado de la diplomacia estadounidense para América Latina, Arturo Valenzuela, ante el anuncio de las Fuerzas Armadas venezolanas de que se encuentran listas ante cualquier posible ataque procedente de Colombia.

«Venezuela tiene una obligación con Colombia y con la comunidad internacional para investigar completamente esta información y actuar para prevenir el uso de su territorio soberano por grupos terroristas», indicó la nota del Departamento de Estado.