El papa Benedicto XVI denunció ayer la falta de libertad religiosa en China, expresó su preocupación por los afectados por los desastres en Haití, Colombia, Venezuela, Guatemala y Costa Rica, y exhortó a que se impulse el diálogo entre este último país y Nicaragua.

El Pontífice pronunció el tradicional Mensaje de Navidad que precede a la bendición «Urbi et Orbi» (a la ciudad y el mundo) con la mirada puesta, especialmente, en América Latina, donde las lluvias causaron numerosos muertos, y en Haití, donde aún sufren las consecuencias del terremoto y de la epidemia de cólera.

Además, exhortó a los líderes políticos y religiosos del mundo a comprometerse «por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos» y una vez más expresó su preocupación por Tierra Santa.

«¡Que la luz de la Navidad resplandezca de nuevo en aquella Tierra donde Jesús ha nacido e inspire a israelíes y palestinos a buscar una convivencia justa y pacífica!», manifestó el Papa, quien también abogó por que el anuncio de la llegada de Jesús «alivie el dolor y conforte en las pruebas a los cristianos en Irak y en todo Medio Oriente, dándoles aliento y esperanza para el futuro».

En los últimos tiempos los cristianos están en la mira del terrorismo en Irak. El 31 de octubre en un atentado contra la catedral sirio-católica de Bagdad fueron asesinados 52 personas.

El sumo pontífice animó ayer a los gobernantes de las naciones a una solidaridad «efectiva» con esas poblaciones y pidió «que se haga lo mismo» con los que todavía sufren por las consecuencias del terremoto devastador y la epidemia de cólera en Haití.

«Y que tampoco se olvide a los que en Colombia y en Venezuela, como también en Guatemala y Costa Rica, han sido afectados por recientes calamidades naturales», agregó.

El prelado abogó por que se «impulse el diálogo» entre San José y Managua, enfrentadas desde octubre a raíz de que Costa Rica acusara a Nicaragua de invadir parte de su territorio en la Isla Calero, lo que este país rechaza indicando que sus militares están combatiendo el narcotráfico.

Benedicto XVI pidió también a los católicos chinos «fe, paciencia y fortaleza» y «no desanimarse ante las limitaciones a su libertad de religión y conciencia» y a mantener viva la esperanza.

«Que el amor de Dios otorgue perseverancia a todas las comunidades cristianas que sufren discriminación y persecución, e inspire a los líderes políticos y religiosos a comprometerse por el pleno respeto de la libertad religiosa».

Bendición En 65 idiomas

Tras el mensaje, el Papa impartió la bendición «Urbi et Orbi» en 65 idiomas, entre ellos español, portugués y guaraní, informó EFE. En español proclamó: «Feliz Navidad. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos», entre aplausos y vivas de españoles y latinoamericanos presentes.