El presidente sirio Bashar al Asad pronunció hoy un discurso por primera vez desde el inicio de las protestas en su país, pero no anunció el levantamiento del estado de emergencia ni otras, como se esperaba y anunció y más bien afirmó que su país enfrenta una «conspiración».

«Esta conspiración es diferente en su forma y por el momento elegido, por lo que ocurre en otras partes en el mundo árabe», declaró, estimando que los enemigos del país habían aprovechado la situación para sembrar el caos, según AFP.

El mandatario ha dicho que está muy «apenado» por la violencia que ha vivido el país en los últimos días y ha asegurado que su deber es «proteger a los sirios», informa Reuters, citada por El País.

En las protestas de Deraa y Latakia, iniciadas hace menos de dos semanas, han muerto ya más de 60 personas (fuentes no oficiales elevan sustancialmente esa cifra) por disparos de las fuerzas de seguridad.

En un discurso interrumpido por los aplausos de sus seguidores, El Asad ha afirmado que «las protestas son obra de conspiradores», cuyos instigadores pretenden crear «inestabilidad en Siria y en los países árabes». Sin embargo, ha añadido que los disturbios son «un momento excepcional» que servirá para probar la «unidad nacional». «Somos capaces de superarlo», ha manifestado.

 «Siria no está aislada de la región (…) pero no somos una copia de los otros países» agregó.

 Asad se abstuvo de anunciar el levantamiento del estado de emergencia, que rige en el país desde 1963. Tampoco anunció nuevas leyes sobre el pluralismo político y los medios de información.

Afirmó que las reformas políticas no son prioritarias y agregó que no pueden estar ligadas a razones temporales o por el clima de revueltas en la región, según EFE.

 «Somos totalmente favorables a las reformas. Es el deber del Estado. Pero no somos favorables a las disensiones», declaró el presidente, que se mostró sereno ante un auditorio de partidarios.

 Agregó que las «prioridades» del próximo gobierno serán la lucha contra la corrupción y contra el desempleo.

 «El estado de emergencia puede crear algún sufrimiento a la población, pero, en cambio, no podemos aplazar nuestra preocupación por la salud de los niños».  Al Asad se limitó a recordar un anuncio del jueves pasado, en el que el régimen se comprometió a hacerlo, pero sin dar fecha, informó la agencia EFE

 «Las relaciones entre el pueblo y su Gobierno no deberían construirse bajo presiones», dijo el gobernante.

 «Hemos hablado sobre la derogación de la ley de emergencia y la creación de partidos políticos en el 2005, cuando no había presiones. Ese fue el comienzo del proceso de reformas», añadió.

Al Asad, en el poder desde el año 2000, dijo que las reformas políticas comenzaron hace diez años y se proyectarán a otros diez, pero no pueden estar ligadas a «condiciones estacionales», como la actual oleada de revueltas en la región.

 «Es cierto que estamos retrasados, pero se debe a otras prioridades. Nuestra prioridad es la estabilidad de Siria, es un hecho, pero no una justificación», insistió.

Al finalizar su discurso ante el Parlamento, -que ha sido televisado- decenas de personas que estaban apostadas fuera las sede legislativa han tratado de acercarse a la caravana . Se desconoce si eran partidarios u opositores al Gobierno, pero han sido dispersadas por las fuerzas de seguridad, según El País.

 

Convocan protestas

El movimiento de protestas iniciado el 15 de marzo en Siria ha llamado de páginas de Facebook, una de las cuales se titula «Revolución siria 2011», convocó a manifestar el viernes en el país en memoria de los «mártires» y para apoyar las reivindicaciones democráticas, señala AFP.

A Deraa, epicentro de las protestas en el sur del país, miles de manifestantes participaron en los funerales de Jalil Zatima, de 17 años, que murió el martes por la noche tras haber sido herido hace una semana en los enfrentamientos, indicó a la AFP un militante de una organización de defensa de los derechos humanos.

El Assad ha dicho hoy que la población de Deraa -en el sur-, epicentro de las revueltas, «contendrá a cierta minoría que ha intentado sembrar el caos» y ha asegurado que ha impartido «órdenes muy claras» a las fuerzas de seguridad para que «no causen daño a los ciudadanos sirios» durante las protestas.

Los manifestantes marcharon hacia el cementerio gritando «antes la muerte que la sumisión».

 La semana pasada, los enfrentamientos causaron entre 55 y 100 muertos según las fuentes.

En Latakia, principal puerto de Siria, 300 manifestantes realizaban una sentada enarbolando una banderola en que podía leerse «No a la disensión, sí a la paz y a la libertad», agrega AFP.

Efectivos del ejército se encontraban cerca, pero no intervinieron, indicaron testigos.

Por otra parte, siete militantes por los derechos humanos, que habían sido detenidos el 16 de marzo durante una manifestación, fueron liberados, anunció su abogado.