Desde el jueves, los mexicanos esperan este día en un silencio electoral, marcado por la violencia del narcotráfico que golpea al país y una posible vuelta al poder del PRI, que gobernó al país por 71 años. Hoy, en comicios sin segunda vuelta, el histórico partido, tachado de autoritarista y corrupto, busca recuperar la presidencia que perdió hace 12 años

Según los últimos sondeos divulgados antes del cierre de la campaña, el opositor Peña Nieto lleva una ventaja de 10 a 17 puntos sobre el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, y más de 20 de la oficialista Josefina Vásquez Mota, del conservador Partido Acción Nacional (PAN).

Para el investigador de la Universidad Autónoma de México (Unam), Javier Oliva, “todo apunta a que volverá el PRI. Es un partido tradicionalista con una cara fresca, en un contexto en el que la gente está insatisfecha con el PAN por tanta muerte”.

En los últimos días, la Policía de ese país custodia las áreas estratégicas de Ciudad de México, y los militares patrullan las regiones más violentas, donde operan los poderosos cárteles de la droga como en Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Veracruz, Cohahuila, Michoacán y Nuevo León.

El jueves, el cadáver de la alcaldesa Marisol Mora, de un pequeño municipio de Veracruz (este), fue hallado con signos de violencia y cubierto de propaganda de su partido, el PAN.

“Hay zonas en las cuales hay mayor presencia de la delincuencia (…) y habrá mayor atención y preparación. Estaremos listos a responder en todo el territorio a cualquier incidente”, afirmó el secretario de Gobernación (Interior), Alejando Poiré.

Blanco de críticas por la violencia que desató la ofensiva militar antidrogas de Calderón —que deja más de 50 mil muertos desde 2006—, el PAN sufriría en los comicios de hoy una debacle, según analistas, favorecida por conflictos internos y una campaña electoral errática de su candidata, Josefina Vásquez Mota (51). La última muestra fue en su cierre de campaña en Guadalajara (oeste), cuando tras enarbolar el lema de “diferente” anunció que nombrará a Calderón fiscal general en un eventual gobierno.

El abogado Peña Nieto (45) estuvo los tres meses de campaña electoral al frente de las encuestas pese a que sus rivales y el movimiento juvenil #Yosoy132 llamaron a no votar por el PRI para evitar un retroceso de la democracia. En Toluca, capital de su natal estado de México (centro), el candidato del PRI llamó el miércoles a sus seguidores a no confiarse y acudir a votar por un “cambio”.

López Obrador (58), exalcalde de la Ciudad de México, evocó en la campaña la posibilidad de un fraude y dijo en el Zócalo ante cientos de miles de seguidores estar seguro de vencer a la “mercadotecnia” y “compra de conciencias y de votos” del PRI.

En el inicio de la veda electoral, los candidatos firmaron un pacto en el que prometieron respetar el resultado de la votación, en medio de temores de que López Obrador no reconozca una eventual derrota, como ocurrió en 2006 cuando perdió ante el presidente Felipe Calderón por 0,56% y paralizó el centro de la ciudad con manifestaciones.

Este convenio “es (un) llamado a la tolerancia, un mensaje claro en contra de toda la violencia” y “un enérgico rechazo al uso de recursos públicos” para “coaccionar el voto”, dijo Leonardo Valdés, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE).

Peso de los narcos en la elección

El Instituto Federal Electoral (IFE) de México reconoció que, como ya ocurrió en Colombia en el pasado, existe el riesgo de que en los comicios de hoy los narcotraficantes quieran influir en la política a través de sus propios representantes.

Sin embargo, el IFE asegura que, al menos en esta elección, México no verá a un diputado postulado por un cártel.