En los últimos meses, Israel y Estados Unidos abordaron la posibilidad de atacar las instalaciones nucleares iraníes si fracasan los esfuerzos diplomáticos de las grandes potencias para convencer a Teherán de parar su controvertido programa nuclear.

Las negociaciones volvieron a empezar en abril, tras 15 meses de bloqueo, pero las tres rondas de negociación celebradas hasta ahora no consiguieron desbloquear la situación, por lo que aumenta el riesgo de conflicto militar.

Si es atacado, Irán tiene planes detallados para destruir con sus misiles y fuerza aérea las 35 bases estadounidenses en la zona de Oriente Medio, el Golfo Pérsico y Asia Central, dijo ayer el general Amir Ali Hayizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución.

“Hemos tomado las medidas necesarias para situar esas bases y desplegar los misiles para destruir todas en los primeros minutos de un ataque (enemigo contra Irán)”, advirtió Hayizadeh, en declaraciones difundidas por la agencia local Fars.

El martes, Irán disparó decenas de misiles balísticos —sobre todo de tipo Shahab-3, capaces de alcanzar Israel y las bases estadounidense en Medio Oriente—desde varias regiones contra una réplica de una “base militar enemiga” construida en un desierto del centro de su territorio, indicaron los Guardianes de la Revolución (la organización militar que controla los misiles del país).

Las maniobras son “un mensaje a las naciones aventureras” que tengan la tentación de atacar Irán, puntualizó Hayizadeh. Dentro de las maniobras y con el apoyo de aviones de combate y aeronaves no tripuladas, se dispararon también misiles del tipo “Golfo Pérsico” antibuque contra blancos marinos.

En el primer día del lanzamiento de los misiles, los Guardianes de la Revolución aseguraron haber destruido siete hipotéticas bases de “fuerzas ajenas a la región”, en maniobras aéreas y de misiles que tienen un alcance de hasta 1.300 kilómetros.

Al mismo tiempo, un alto responsable del Pentágono dijo a The New York Times que Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en el Golfo para evitar el cierre del estrecho de Ormuz y poder atacar a Irán en caso de necesidad. Este refuerzo es una manera de demostrar la preocupación de Washington por el programa nuclear de Teherán y su voluntad de garantizar la libre circulación de los petroleros por Ormuz, explicó la fuente.

Irán está sometida a sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y también de EEUU y la Unión Europea, por su programa nuclear. Washington y Tel Aviv han amenazado con atacar territorio iraní si no frena sus actividades atómicas, a lo que Teherán ha respondido que, en ese caso, dará una respuesta “aplastante” y podría cerrar el estratégico estrecho de Ormuz.

Mientras algunos países, con EEUU a la cabeza, sospechan que el programa nuclear iraní tiene una vertiente armamentista destinada a fabricar armas atómicas, Teherán asegura que éste es exclusivamente pacífico, acorde con el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear.