La estrategia de seguridad en la Unasur fue impecable. Efectivos de la Policía Federal de Buenos Aires vigilaron desde el cielo, agua y tierra cualquier anomalía en la cita presidencial.

Aunque la densa niebla impedía ver parte del cielo bonaerense, dos helicópteros vigilaban las 200 hectáreas del hotel Sofitel Reserva de Cardales, donde se realizó la reunión extraordinaria de los mandatarios de Sudamérica.
El evento que empezó a las 8.00 con el recibimiento por parte de la anfitriona de la cita, la presidenta argentina Cristina Fernández, contó con el control de 500 policías, entre civiles y uniformados.

En las dos lagunas que tiene el hotel, al menos cinco policías en lanchas equipadas revisaban que todo estuviese dentro de la normalidad.

«Desde ayer (lunes) a las 6.00 y hasta las 20.00 horas de hoy (ayer) se ha distribuido personal de infantería, caballería, guardia vial, prevención del delito, bomberos y explosivos, investigaciones, 60 moto patrullas y dos helicópteros de Policía de la provincia para escoltar (la carretera) Panamericana, Ruta 4 y perímetro interno y externo del predio donde se desarrolla la Cumbre», aseguró Mario Caballero, comandante de la Jefatura Departamental Campana.

El recorrido de los periodistas para hacer su cobertura era distinto a los de los funcionarios de seguridad. Para ingresar al hotel se tenía que adoptar un camino paralelo al principal al hotel con el fin de llegar a la sala de prensa.

En la puerta de ingreso a la sala, dos policías civiles revisaban con máquinas de rayos X los maletines de los periodistas, tal como se hace en el ingreso de una sala de aeropuerto.

Alrededor de 100 periodistas de todo el mundo se acreditaron. La credencial de prensa no era suficiente para recorrer el lugar. Ya instalados en la sala de conferencias, donde existía 80 computadoras y 10 televisores, el control de efectivos policiales impedía movilizarse hacia otros rincones del exclusivo centro turístico.

Los animales también hicieron su control. Perros antidrogas revisaron los rincones del hotel y efectivos montados a caballo se desplazaron por alrededores. 

El pollo fue parte del menú

A la hora de almuerzo, un periodista del programa de humor argentino Caiga quien Caiga (CQC) comentó que dentro del menú del almuerzo de los presidentes se incluía un plato de pollo con champiñones. ¿Evo (Morales) comerá pollo?, preguntó al periodista de La Razón. Sin embargo, no se pudo constatar si Morales se sirvió ese plato.


Sudamérica rechaza ley migratoria de Arizona

Los gobernantes de las naciones suramericanas agrupadas en Unasur rechazaron una dura ley migratoria aprobada en el estado norteamericano de Arizona, en una declaración difundida durante la Cumbre de le entidad.

Los jefes de Estado de ocho de las 12 naciones del bloque, que asistieron a la reunión extraordinaria en Argentina, rechazan la norma «que permite la posibilidad de detener a las personas, de manera discrecional por consideraciones raciales, étnicas, fenotipo, lenguaje y estatus migratorio, mediante el concepto cuestionable de ‘duda razonable'».

Según la agencia AFP, la Cumbre consideró que esta legislación implica «la criminalización de las personas migrantes» y sostuvo que sus efectos «podrían ser la legitimación de las actitudes racistas en la sociedad de destino y el riesgo latente de violencia por facotores como el odio racial».

Los mandatarios, en las deliberaciones advirtieron que pueden registrarse a partir de ahora                  «lamentables episodios, de los que ya han sido víctimas ciudadanos suramericanos».

De igual modo, los gobernantes «reconocen la importancia de las expresiones de rechazo manifestadas por el propio presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Barack Obama, otros países, así como el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza».

La nueva normativa de Arizona autoriza a la Policía a exigir documentos a personas que consideren sospechosas de estar ilegalmente en territorio estadounidense. Unos 460.000 indocumentados viven en el estado de Arizona. «Éste es un firme rechazo a esa ley que está en contra de los derechos humanos, dijo el presidente del Ecuador, Rafael Correa.