El Ejército libanés intervino ayer para poner fin a los disturbios en Beirut y otras regiones que han dejado al menos ocho muertos y decenas de heridos en las últimas horas en momentos en que aumentan los temores  a un repunte de la tensión religiosa.

Tras los actos de violencia ocurridos el domingo en Beirut, después del funeral del jefe de Inteligencia de la Policía, general Wisan al Hasan, asesinado en un atentado el viernes, el caos se extendió por el resto del país.

Esta situación llevó a las Fuerzas Armadas a advertir en un comunicado que reprimirán cualquier ataque para preservar la paz civil porque “el destino de la nación está en juego” y la seguridad es “una línea roja”.

Los enfrentamientos más graves se registraron en la ciudad de Trípoli (norte), donde tres personas murieron y al menos 20 resultaron heridas en choques en la madrugada de ayer entre los vecinos de los barrios de Bab al Tebaneh, de mayoría suní, y los de Yabal Mohsen, de predominio alauí (chií).

Pese a que la presencia militar restableció temporalmente la calma en Trípoli, a última hora de la tarde de ayer se reanudaron los choques con la muerte de una nueva persona.
Mientras, unidades militares, apoyadas por tanques, se desplegaron en varios barrios de Beirut, donde elementos armados enmascarados bloquearon las calles con basura, piedras, hierros y neumáticos quemados.

En Qasqas, un grupo de hombres armados disparó a los soldados que trataban de restaurar el orden y, según información oficial, los uniformados abatieron a uno de ellos. El general Jean Kajwayi, comandante en jefe del Ejército, inspeccionó a las tropas de Beirut y les ordenó proteger a los civiles y no tener clemencia con los elementos armados, independientemente de sus afiliaciones, según la agencia ANN.

En su comunicado, las Fuerzas Armadas subrayaron que “los incidentes en algunas partes han llegado a niveles sin precedentes” y que estos acontecimientos demuestran que el país está pasando por “momentos muy críticos”.

Atentados. “Instamos a todos los ciudadanos a asumir su responsabilidad nacional en estas circunstancias difíciles, a no dejar que las emociones controlen la situación, a evacuar las calles y a abrir los caminos que aún siguen cerrados”, advirtió el Ejército.

Las FFAA iniciaron contactos en las regiones donde hay fricciones sectarias para evitar que “el Líbano se convierta en el terreno de un ajuste de cuentas regionales y evitar la explotación del asesinato del mártir Al Hasan”. Los grupos antisirios acusan al régimen de Damasco de querer extender su crisis interna al Líbano, país dividido entre partidarios y detractores del régimen del presidente sirio, Bachar el Asad.

Además, las autoridades vincularon el asesinato del jefe de Inteligencia con su descubrimiento de un plan supuestamente trazado por el exministro libanés Michel Samaha a instigación del jefe de Seguridad siria, Ali Mamluk, para cometer atentados en el Líbano. La oposición libanesa, encabezada por el ex primer ministro Saad Hariri, pidió la dimisión del Gobierno del primer ministro Nayib Mikati, al que responsabiliza del atentado que segó la vida de Al Hasan y de otras dos personas, y causó 126 heridos.

EEUU apoyará investigación

Estados Unidos enviará un equipo del FBI a Líbano para colaborar en las investigaciones sobre el atentado que costó la vida al jefe de los servicios de Inteligencia de la Policía libanesa, informó un portavoz del Departamento  de Estado. AFP