La población de las Malvinas está convocada a las urnas mañana y el lunes para un referéndum de autodeterminación en el que demostrará su apego a la corona británica, iniciativa que Argentina no reconoce en medio de tensiones con el Reino Unido por la soberanía de las islas.

Nadie duda de la victoria del “Sí” en esta consulta, con la que las autoridades de las islas que denominan Falkland esperan reafirmar ante la comunidad internacional su derecho a la autodeterminación, e incluso cambiar la opinión de algunos Gobiernos en relación con la disputa territorial que ya provocó una guerra relámpago entre los dos países en 1982.

“El referéndum mostrará que la mayoría de la gente está muy contenta con ser Territorio de Ultramar Británico”, declaró Jan Cheek, miembro de la asamblea legislativa de las islas. “Nos engañaríamos si pensáramos que Argentina va a cambiar (de actitud) de la noche a la mañana, pero esperamos que sea un mensaje fuerte para ellos y para otros”, agregó esta isleña de sexta generación.

El Gobierno británico, que controla las islas desde 1833 y rechaza cualquier diálogo con el país sudamericano sobre el tema de la soberanía, respalda por supuesto el referéndum. “Los Falkland Islanders (isleños) tienen derecho a ser oídos y a determinar el futuro que quieren para ellos y para las próximas generaciones”, declaró un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. “Esperamos que el resultado (…) demuestre más allá de cualquier duda la opinión de la población”.

Argentina, que reivindica históricamente estas islas barridas por el viento situadas a 400 kilómetros de sus costas, ya anunció sin embargo que ignorará el resultado de una consulta que califica de ilegal al considerar que los isleños son población “implantada” por el Reino Unido y como tal no tienen derecho a la autodeterminación.

“Este referéndum carece de base legal. No está aprobado ni será reconocido por las Naciones Unidas o la comunidad internacional”, dijo esta semana en un encuentro con periodistas la embajadora de ese país en el Reino Unido, Alicia Castro, calificando esta votación de “poco más que un ejercicio de relaciones públicas”.

Tensión. La votación se llevará a cabo en dos días, para que los 1.672 electores tengan la posibilidad de participar. Aunque la mayoría viven en la capital, el Gobierno de las islas ha previsto colegios electorales móviles para llegar a los lugares más remotos del archipiélago cuya población total es de algo más de 2.500 personas, a los que se suman 1.300 militares británicos.

Los resultados de la consulta deberían conocerse el lunes por la noche. En caso de una victoria del “No” se organizaría otro referéndum para determinar su futuro estatus político. Para dar garantías al proceso, la votación se celebrará bajo la supervisión de un equipo de observadores internacionales, entre los que habrían representantes de Uruguay y de Perú.

Argentina insiste en que la disputa territorial debe resolverse mediante negociaciones bilaterales entre Londres y Buenos Aires, como pide la ONU desde 1965, sin interferencia de los isleños, pero el Reino Unido siempre ha rechazado esta opción, alegando que los habitantes de las islas son los únicos que deben decidir su futuro.

“Somos gente razonable, estamos abiertos al diálogo en varias cosas. Lo que no vamos a hablar es de soberanía porque la gente no quiere”, dijo Dick Sawle, otro representante de las islas.

La tensión entre los dos países por las Malvinas se incrementó con la reanudación a principios de 2010 de una campaña de prospección petrolera británica en éstas, pero los ánimos se caldearon aún más en 2012 coincidiendo con el 30 aniversario de la guerra.

Las islas seguirán colonizadas

Esquivel

El Premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, sostuvo que el próximo referéndum en Malvinas “no tiene legitimidad alguna” y no cambia el estatus colonial de las islas, en una carta enviada ayer al primer ministro británico, David Cameron. AFP