«Mantendremos una presión militar fuerte contra el régimen de Gadafi y espero que eso, en combinación con una creciente presión política y apoyo a la oposición, lleve a la caída del régimen», dijo Rasmussen. «Seguiremos hasta que las metas se cumplan», añadió el Jefe de la OTAN en rueda de prensa, tras reunirse con el jefe del Estado eslovaco, Ivan Gasparovic, en relación con los objetivos militares.

 Entre ellos citó «el fin completo de los ataques contra los civiles, la retirada de las fuerzas militares y paramilitares a sus bases y el desarrollo sin peligro de las actividades humanitarias en favor del pueblo de Libia». También precisó que a la fecha de hoy la OTAN ha realizado más de 7.000 vuelos, de los cuales «aproximadamente la mitad fueron ataques aéreos».

«Hemos dañado significativamente la maquinaria militar de Gadafi y ahora vemos resultados: la oposición empieza a ganar terreno, y el régimen está más y más aislado cada día», dijo Rasmussen. Sin embargo, el danés también constató que «no existe una solución únicamente militar», sino que es necesaria «una presión política para las demandas legítimas del pueblo libio».

La operación militar de la Alianza Atlántica está amparada en la resolución 1.973 de la ONU, que autoriza el uso de la fuerza para proteger a la población civil libia de los ataques de los militares leales a Gadafi.

Ataque en Trípoli

El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo ayer que la intervención de la OTAN en Libia salvó miles de vidas, mientras la OTAN bombardeaba la capital por la noche y el dirigente libio aparecía en la televisión, al parecer en buen estado de salud.

El puerto de Trípoli, situado cerca del centro de la ciudad, fue objeto ayer de ataques de la OTAN, según el portavoz del régimen Musa Ibrahim.

«Acabo de enterarme que el puerto de Trípoli es ahora objeto de ataques de la OTAN. Se dice que un barco fue alcanzado», declaró Ibrahim en una conferencia de prensa, sin dar precisiones. Testigos indicaron a la AFP que oyeron por lo menos cuatro explosiones.