Después de solo dos horas y media de debate, el Consejo Permanente de la OEA cerró su tercera sesión extraordinaria sobre Paraguay con la única decisión de reunirse de nuevo “a finales de esta semana o comienzos de la siguiente”, según informó Insulza.

La mayoría de los países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Brasil, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Guatemala y Honduras, pidió más tiempo para estudiar el informe de Insulza (sobre la destitución del presidente Fernando Lugo) antes de actuar, y sólo Argentina, Perú y El Salvador quisieron convocar inmediatamente a una Asamblea General Extraordinaria que reúna a los cancilleres.

El propio Insulza consideró en su informe (leído al comienzo de la sesión) que una cita de cancilleres “podría permitir la búsqueda de salidas constructivas, en tanto se tenga presente que el punto de unión de todos los países miembros es el fortalecimiento de la democracia en Paraguay”.

Medida. Sin embargo, el principal representante de la OEA se opuso a la medida más drástica que podría tomar ese encuentro de cancilleres: la suspensión de Paraguay de esta organización, tal y como hicieron el 29 de junio la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercosur.

“La suspensión (de Paraguay) en la OEA conllevaría altas implicaciones económicas para el país, dado el impacto directo de la decisión en otras instituciones del sistema interamericano”. Además, agregó, la medida causaría “divisiones” y “sufrimiento innecesario” al pueblo paraguayo.

Como alternativa a esta decisión, el titular de la OEA propuso “el despliegue inmediato de una misión que acompañe el proceso conducente a los comicios de abril de 2013, facilite el diálogo político e informe periódicamente al Consejo Permanente”.

Sin embargo, los representantes de los estados miembros de la OEA apenas se pronunciaron sobre esa propuesta e insistieron en la necesidad de que sean las capitales las que emitan recomendaciones al respecto.

Tras escuchar el informe, las voces en favor de la suspensión de Paraguay se debilitaron, incluso en el caso del representante de Nicaragua, Denis Moncada, que en la sesión del 26 de junio pidió expulsar al país del organismo en una resolución presentada junto con Ecuador, Bolivia y Venezuela.

De su parte, la embajadora de Estados Unidos, Carmen Lomellin, advirtió con cautela: “Revisemos el informe, discutámoslo y posteriormente tomemos una decisión bien fundada”.

Paraguay pide trato respetuoso

El representante permanente de Paraguay ante la OEA, Bernardino Saguier, pidió ayer “respeto” a la Carta Democrática del organismo y a la voluntad de los paraguayos. La OEA no es Unasur ni Mercosur, dijo, en alusión a la suspensión que sufrió ese país en ambas organizaciones. EFE

Militares declaran sobre Venezuela

Los jefes militares de Paraguay que habrían sido “arengados” por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, para que mantuvieran su    lealtad al expresidente Fernando Lugo informaron ayer que el diplomático advirtió que la destitución provocaría “graves consecuencias internacionales” para el país .

Los militares que prestaron ayer su declaración ante las fiscales Stella Mary Cano y Raquel Brítez (a cargo de la investigación del caso denunciado por la nueva ministra de Defensa, María Liz García) son el comandante de la Fuerza Aérea, Miguel Christ, y el exjefe del Ejército de Tierra, Adalberto Garcete.

“Maduro advirtió a los jefes militares que si Lugo era destituido del cargo de presidente de Paraguay, el país sufriría graves consecuencias internacionales (…). En ningún momento el Canciller venezolano arengó a los uniformados ni instó a los militares a tomar las armas para defender al ahora exmandatario”, informaron las fiscales al diario ABC Color. El 3 de junio, García hizo públicas varias grabaciones de las cámaras de seguridad del palacio presidencial en las que se ve a los jefes militares y a Maduro transitando por los mismos pasillos.