Los técnicos de Tepco trabajan sin descanso en Fukushima para evitar que se agrave aún más la situación que vive la planta nuclear, pero la solución parece quedar muy lejos. La operadora ha localizado una grieta en el reactor 2 por donde se filtra agua altamente radiactiva al mar.

El líquido se filtra a través de una grieta de unos 20 centímetros en el muro de una fosa próxima al reactor, en la que hay agua contaminada con una profundidad entre 10 y 20 centímetros. Tras detectar la grieta y a fin de contener la filtración, los operarios que trabajan en Fukushima se preparan para verter cemento en ese lugar.

Las fuentes de Tepco indicaron que en ese lugar los niveles de radiactividad han alcanzado más de 1.000 milisievert por hora.
La operadora investiga si hay otras filtraciones de agua radiactiva al océano Pacífico, después de que en los últimos días se detectara, en las aguas costeras próximas a la planta nuclear Fukushima, niveles de radiactividad muy superiores a los límites legales.

Las operaciones para contener la filtración se suman a los esfuerzos para drenar los charcos de agua altamente radiactivos en varias zonas de las unidades 1, 2 y 3, que dificultan las tareas para restaurar la refrigeración de los reactores.

Expertos de la compañía nuclear francesa Areva, suministrador de combustible nuclear a Fukushima, están ayudando a los técnicos japoneses a encontrar una solución para deshacerse del agua contaminada, que ha llegado al mar, y que también se ha filtrado al subsuelo casi 15 metros bajo uno de los seis reactores que tiene la central.

Tepco, que ha sido muy criticada por su falta de transparencia y repetidos errores en la gestión del desastre, dijo que daba la bienvenida a la ayuda extranjera. La operadora aseguró que esperan utilizar en los próximos días un robot dirigido por control remoto enviado por EEUU para evaluar la situación en áreas con gran radiación. También afirmó que ha sido creado un panel de expertos nucleares japoneses y estadounidenses y militares norteamericanos para afrontar la crisis.

Visita. El primer ministro japonés, Naoto Kan, visitó por primera vez la región del noreste devastada el 11 de marzo por un potente sismo y un tsunami. Kan llegó desde Tokio en helicóptero militar al pequeño puerto de Rikuzentakata, gravemente dañado por el doble desastre. Unas 1.000 personas han muerto y 1.300 han desaparecido en el lugar.
Kan anunció que el Gobierno prevé estudiar ayudas públicas para la industria de la acuicultura seriamente golpeada.

Ya suman 27.000 víctimas

El número de fallecidos por el terremoto y tsunami del 11 de marzo en Japón aumentó a 11.800, al tiempo que otras 15.540 personas siguen desaparecidas, según el último recuento de la Policía. La búsqueda de los desaparecidos continúa con apoyo de Estados Unidos.