La Policía y el Ejército de Jamaica atacaron ayer el bastión de un líder de la droga reclamado en extradición por Estados Unidos, informaron testigos, precisando que el asalto dejó víctimas entre los civiles y las fuerzas del orden.

«Las fuerzas de seguridad han entrado a Tivoli Gardens», dijo una fuente de la Policía a la AFP a condición de anonimato, en referencia a un edificio de apartamentos de bajo nivel de ingresos que fue escena de violencia en el pasado.

Residentes de la zona que huyeron al desatarse una balacera entre las fuerzas de seguridad y pandilleros leales a Christopher «Dudus» Coke, dijeron en declaraciones a una radio local que vieron cuerpos tendidos en la calle.
Coke estuvo refugiado en el sector de Tivoli Gardens, en el oeste de la capital, desde que el Gobierno de Jamaica firmó la orden de extradición la semana pasada.

Aunque es popular por ayudar a los jamaiquinos empobrecidos de su barrio, Coke es requerido por Estados Unidos bajo cargos de tráfico ilegal de drogas y de armas, y de ser condenado es pasible de cadena perpetua.

Ayer, más temprano, la Policía instó a los residentes a permanecer en sus casas y advirtió que tras el enfrentamiento del fin de semana «el nivel de amenaza de ahora es grave».

El Comisionado de la Policia Owen Ellington también dijo a los funcionarios que se defiendan, por temor que Coke y sus secuaces hubieran acumulado armamento en la zona de barricadas. «No duden en responder rápidamente y tomar decisiones activas cuando sean atacados por estos criminales», dijo Ellington durante un tour por la ciudad.

«Queda claro que están empeñados en causar caos en la sociedad con sus acciones premeditadas, viles y frías contra personal de la Policía», agregó.

Mientras que el eco de los disparos de metralla repicaban en toda la capital, un vecino le dijo a una radio de Jamaica: «Necesitamos ayuda, hay una niña muerta en la calle. Yo no puedo salir, pero una mujer y una niña están muertas en la calle, no lejos de aquí».

El Departamento de Estado norteamericano indicó que la Embajada de EEUU suspendió los servicios no esenciales en Kingston.