El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, rechazó la propuesta del líder de las FARC, Mauricio Jaramillo, de un alto el fuego durante las negociaciones de paz que comenzarán el 8 de octubre en Noruega y continuará con su determinación de mantener la presión militar sobre la guerrilla.

Por primera vez desde que se anunció el inicio de un proceso de paz para poner fin a casi medio siglo de conflicto armado en este país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se refirieron ayer a un cese de hostilidades durante las negociaciones que serán iniciadas en Noruega y luego trasladadas a Cuba.

“El cese del fuego (entre el Ejército colombiano y la guerrilla) lo vamos a plantear inmediatamente nos sentemos en la mesa”, anunció en una rueda de prensa celebrada en La Habana (Cuba) el comandante de las FARC, Mauricio Jaramillo (Timochenko).

Al respecto, Santos, señaló en Bogotá: “Hemos diseñado este proceso en forma tal que si no somos exitosos, al país no le cueste nada o le cueste muy poco. Por eso nosotros (como Gobierno) no hemos aceptado ningún cese al fuego, no hemos aceptado bajar la guardia en materia de seguridad”.

El Mandatario —que prometió hace una semana no repetir “los errores del pasado”—  había insistido en que las operaciones de las fuerzas armadas se mantendrán y que no se cederá “ni un centímetro” de territorio.

“Es probable que el alto el fuego ocurra sólo al final del proceso”, indicó a la AFP Ariel Ávila, principal analista de la Corporación Nuevo Arco Iris, que estudia el conflicto armado. “Obviamente se puede trancar (obstaculizar) el proceso cada vez que haya un ataque durísimo o un carro bomba, pero también puede ser que disminuya la intensidad de las hostilidades”, sostuvo el investigador.

El cese del fuego fue pedido hace una semana por varias organizaciones de la sociedad civil colombiana, para las cuales se constituiría en una garantía para el proceso de paz.

Contexto Para Carlos Lozano, miembro del grupo Colombianos y Colombianas por la Paz, exmediador ante las FARC y actual director del semanario comunista Voz, el desarrollo del diálogo se ve afectado con los hechos de “barbarie” que pueden ocurrir “en medio de una guerra”, por lo que, “tanto el Gobierno como la guerrilla deben comprometerse a suspender el fuego bajo mecanismos de verificación”.

Todd Rowland, representante en Colombia de la Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los derechos humanos, recordó que la “experiencia global indica que los procesos de paz funcionan mejor cuando hay cese al fuego”.

No obstante, un cese total de hostilidades “no se puede lograr rápidamente, y menos aún cuando Colombia va a entrar en un proceso electoral”, dijo Ávila, en referencia a los comicios de 2014 en los que el actual Presidente podría buscar la reelección.

Santos, quien fue entre 2006 y 2009 ministro de la Defensa del expresidente Álvaro Uribe, es permanentemente atacado por éste, que le acusa de ser “blando con los terroristas”.

Pese a que se desmarcó de Uribe al buscar una solución negociada al conflicto, Santos ha mantenido su política militar de línea dura frente a la guerrilla, y en estos dos primeros años de gobierno el Ejército dio muerte a los dos comandantes más importantes de las FARC: Alfonso Cano y Jorge Briceño.

Familiares preguntan por rehenes

Familiares de secuestrados y personas que estuvieron cautivas por las FARC reclamaron a la guerrilla que informe dónde están los secuestrados que nunca han regresado a la libertad. El grupo dice que ya no tiene rehenes. EFE