El nuevo tratado START de desarme nuclear entre EEUU y Rusia logró ayer superar el último escollo para su ratificación definitiva por el Congreso estadounidense. En una votación de procedimiento, para clausurar el debate en la cámara alta, 67 senadores dieron su apoyo al tratado y 28 votaron en contra, lo que deja el camino allanado para la ratificación definitiva, algo que se espera que ocurra probablemente hoy.

La ratificación quedó prácticamente garantizada, después de que nueve senadores republicanos hicieran pública su intención de votar a favor.

Los últimos en anunciar su sí fueron los senadores Lamar Alexander, Johnny Isakson y Bob Bennet. Esos votos contrarrestan la oposición de otros importantes republicanos, como el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell o el negociador de este partido en lo que se refiere al tratado, John Kyl.

Los demócratas cuentan con 58 escaños en el Senado pero necesitaban el apoyo de al menos nueve republicanos para alcanzar los 67 votos, equivalentes a dos tercios de la Cámara, que son necesarios para ratificar un tratado internacional, según ley de EEUU.

El nuevo tratado START, que sustituye al de 1991, reduce en un 30 por ciento el número de cabezas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos.