Los seguidores de Sendero Luminoso buscan ser reconocidos como partido político —que no condena la violencia— tras presentar al Jurado Nacional Electoral de Perú 360 mil firmas que obtuvieron luego de infiltrarse en las universidades públicas.

Este fantasma del terrorismo se presenta con el nombre de Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), también conocido como el brazo político del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, la organización que entre los años 80 y principios de los 90 causó 31.331 víctimas mortales en el país.

Su principal objetivo es conseguir la amnistía de Abimael Guzmán, fundador de Sendero, capturado en 1992 y preso a sus 78 años en la Base Naval de El Callao. El Movadef rechaza la lucha armada, pero no condena la violencia que llevó a Guzmán a la cárcel.

La organización reivindica la doctrina marxista-leninista-maoísta y lo que se conoce como “el pensamiento Gonzalo”, que era el nombre de guerra de Guzmán. Su presencia es aún minoritaria en las organizaciones docentes, estudiantiles y sindicales de las universidades, pero no ha parado de crecer en los últimos tres años, lo que coloca a las autoridades ante el dilema de cómo afrontar su lucha.

Opciones. De momento, el Jurado Nacional de Elecciones rechazó su solicitud de inscribirse como partido. Pero hay quienes opinan que la mejor manera de desnudar al fantasma es abrirle las puertas de la política.

“El Movadef no es más que uno de los sobrenombres de Sendero”, señala el periodista César Hildebrandt. “Antes se disfrazó con otros nombres como Socorro Popular y ahora adopta este”, dijo.

Los máximos responsables de la organización son los antiguos compañeros de lucha y exabogados de Abimael Guzmán: Manuel Fajardo y Alfredo Crespo, secretario general y subsecretario de Movadef, que comenzaron a captar  a sus adeptos entre la juventud de origen provinciano que puebla Lima, entre aquellos que no tienen memoria vívida de las matanzas de los años 80.

Según Gustavo Gorriti, tal vez el periodista que mejor conoce a esta guerrilla, Movadef y la rama de Sendero que continúa con su lucha armada en la zona del Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) son absolutamente distintos. Para Gorriti, el Movadef no debería ser nunca registrado como partido legal mientras no declare su condena al terrorismo. “Pero por otra parte, si quieren hablar y pretenden declarar abiertamente su derrota, me parece una estupidez no aprovechar esa oportunidad”.

Al igual que otros analistas, Rodrigo Montoya, antropólogo y profesor emérito de la universidad de San Marcos, cree que el problema de Movadef se ha sobredimensionado, lo cual ha creado una alarma innecesaria en la población.

Movadef reclutaría activistas en Bolivia

Wálter Vásquez – La Paz

El peruano Diario16 reveló que representantes del Movadef reclutan en Bolivia activistas políticos para la organización luego de infiltrarse en universidades como la UMSA y la UPEA.

Según un reportaje de este medio, miembros del Movimiento de Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef) —el brazo político de Sendero Luminoso— ejercen como docentes en ambas universidades, donde realizan improvisadas o planificadas charlas, en clase y fuera de ella, sobre la realidad de Sendero Luminoso y acerca de la coyuntura peruana vista desde su óptica partidaria.

Así aprovechan para hablar de su organización, sobre el grupo guerrillero peruano y transmiten su actual estrategia: “incursionar en la lucha política democrática”.

Desde la fundación de Movadef-Bolivia (8 de marzo de 2012), la organización ha conseguido aglutinar a 24 activistas políticos (diez estudiantes bolivianos y el resto refugiados políticos peruanos, según uno de los representantes de Movadef.

El 2 de agosto, la Policía logró aprehender cerca de la UPEA a cuatro súbditos peruanos miembros de Sendero Luminoso que, según las autoridades, pretendían reclutar activistas. Los cuatro detenidos fueron extraditados del país.

La situación de las FARC en política

proceso
El diálogo de paz que las FARC iniciaron con el Gobierno de Colombia el 15 de noviembre en La Habana plantea  a la guerrilla el desafío de reconvertirse en un movimiento político legal, y a las autoridades el de garantizarles la seguridad.

Dirigencia
“Esta vez no se plantea que haya una amnistía absoluta. Se podría pensar en un indulto a las tropas, pero a los mandos medios y altos les espera un juicio y una sanción” , según Javier Ciurlizza, director para América Latina del instituto Crisis Group. AFP

Destino de las guerrillas en América Latina

La mayor parte de estos movimientos insurgentes fueron aniquilados

AFP, San José

Hace medio siglo brotaron como hongos las guerrillas en América Latina: muchas fueron derrotadas, otras pactaron la paz y están en el poder. Las FARC, la más antigua, negocian hoy su destino.

Unos 40 grupos insurgentes aparecieron en la región en la segunda mitad del siglo XX, durante la Guerra Fría, principalmente    en los años 60 y 70, la mayoría de ideología marxista-leninista e inspirados en el triunfo de la revolución de Fidel Castro en Cuba (1959).

Miles de latinoamericanos empuñaron las armas, apoyados por La Habana aliada a Moscú, para enfrentar a las dictaduras financiadas por EEUU, con un saldo de cientos de miles de muertos.

En Argentina, Chile y Uruguay los militares, antes intocables, son juzgados y condenados por graves violaciones a los derechos humanos en esos años; en otros países, como en Guatemala, hay fuerte debate sobre la impunidad. Existe además controversia sobre el legado de las guerrillas, criticadas por unos y admiradas por otros.

La mayoría de estos grupos se fraccionaron, desgastaron o fueron aniquilados por las fuerzas de seguridad (ver infografía).