El tifón Bopha, el más potente del año en Filipinas, arrasó desde la noche del martes hasta la madrugada de ayer el extremo sur del país con fuertes vientos y grandes trombas de agua que dejaron unos 270 muertos y centenares de desaparecidos.

Las víctimas murieron en inundaciones, deslizamientos de tierra o caídas de árboles en la isla de Mindanao, que no suele verse afectada por los tifones que cada año transitan por el archipiélago filipino. Cerca de 87 mil personas están refugiadas en escuelas, gimnasios y otros edificios públicos. El número de víctimas sigue aumentando a medida que los equipos de socorro acceden a las zonas más aisladas del sur del país, según las autoridades.