El Gobierno uruguayo anunció su intención de que el Estado asuma un control «estricto» sobre la producción y la distribución de la marihuana para contrarrestar el consumo de pasta base de cocaína, una droga más dura y adictiva, asociada al aumento de la delincuencia juvenil urbana.

El ministro de Defensa de Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro, presentó en una rueda de prensa junto a otros funcionarios del gabinete un paquete de 15 medidas para combatir la inseguridad en las calles que el Ejecutivo pretende compartir con la opinión pública para generar un debate nacional antes de aprobarlas.

Para justificar la postura del Ejecutivo, Fernández Huidobro explicó que el consumo de marihuana abarca un universo aproximado de 300.000 personas que declaran haber consumido alguna vez; es decir, cerca del 10% de los 3,3 millones de uruguayos.