El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el líder opositor, Henrique Capriles, convocaron ayer a sus seguidores a manifestarse el Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, entre acusaciones cruzadas de tener políticas equivocadas en materia laboral.

Durante la campaña electoral, Maduro prometió que decretaría este año tres alzas salariales, que en total elevarían hasta un 45% el monto actual del salario mínimo de $us 324. Por su parte, Capriles propuso un aumento del 40% en una única vez. El líder opositor, que perdió con Maduro por una diferencia de 1,8 puntos porcentuales en las elecciones del 14 de abril, llamó a sus seguidores a luchar por ese incremento.

Maduro llamó a salir a la calle por el Día del Trabajo para “demostrarle a la burguesía fascista donde está la clase obrera” y acusó a “la derecha” de ser “cómplice de aquellos sectores que hacían despidos masivos, del congelamiento del salario que sufrieron todos los venezolanos durante la década de los noventa”.

Capriles, a su vez, llamó a “movilizar todo el país” el 1º de mayo para rechazar la propuesta de alza salarial del Gobierno, que consideró “inaceptable” ante la marcha de la inflación y lo que describió como “dos devaluaciones”, en alusión a una reducción del valor del bolívar frente al dólar que se produjo en febrero y a un mecanismo posterior por el cual el Gobierno, que tiene el monopolio del acceso a las divisas, subasta dólares a oferentes particulares.