El árbitro lo echó a perder
Bolivia luchó por el empate, hasta que un penal inventado por Soto cambió la historia
La selección nacional, ésta a la que Xabier Azkargorta le inculcó una manera de jugar, con un impecable sistema defensivo específico para este partido, merecía traerse de Quito lo que había ido a buscar, por lo menos un punto, pero el empate por el que el equipo tanto luchó y que parecía estar al alcance de las manos, se vino a tierra por un penal inventado por el árbitro venezolano Juan Soto, que Felipe Caicedo transformó en gol a los 73 minutos para darle a Ecuador su cuarto triunfo como local (1-0), con seguridad el más sufrido de todos.
Antes que ese grosero error arbitral cambiara el destino del encuentro, Bolivia había logrado un sólido control por la vía que más le convenía, maniatando de medio campo para atrás las ideas, primero y las acciones, después, de los ecuatorianos, a los que les costó sobremanera llegar al área nacional con jugadas claras, y es por eso que salvo contadas excepciones, el golero Suárez —que respondió bien en lo poco que fue exigido— pasó escasos sustos.
Injusticia aparte, porque la selección no merecía perder, mientras a la ecuatoriana le cayó de la nada un regalo inmerecido, Bolivia mostró una gran personalidad, tanto de los más experimentados —Raldes, Méndez, Mojica, Martins— como de los nuevos —un magnífico Azogue entre ellos—, siendo una clara influencia de Azkargorta —cerebral para emplear la disposición táctica y para elegir a los jugadores— en su regreso a la Verde; mientras que en lo estrictamente futbolístico exhibió un juego colectivo muy ordenado, basado en el esfuerzo individual para anular todas las opciones del rival.
En la primera etapa la más clara opción ecuatoriana fue abortada por el zaguero Luis Méndez, quien se cruzó bien para desviar la pelota ante un adversario cuando el golero Suárez ya estaba vencido. En el segundo tiempo, con el ingreso de Peña por Saucedo, Bolivia apeló al contragolpe y por esa vía generó algunas opciones, mientras Ecuador dejaba espacios atrás volcado al ataque urgido por abrir la cuenta.
El penal, que se inventaron el ecuatoriano Saritama y el árbitro Soto —cuando más difícil se le hacía a Ecuador concretar ataques— cambió la historia del partido, que iba camino al empate, y Caicedo no se equivocó con un disparo de zurda, bien colocado a la izquierda de Hugo Suárez para poner el 1-0 definitivo. Fue el gol más injusto de esta séptima jornada premundialista.
La figura – Pedro Azogue
Sangre joven para la Verde, el de Oriente jugó como si tuviera mucho camino recorrido. Fue un baluarte en la mitad de la cancha.
El árbitro – mal
Soto cambió el rumbo del partido cobrando un penal inexistente. Esa sola decisión tiró por tierra el resto de su labor.
Los datos
Tardó Ecuador
Un remate de Montero, a los 25 minutos, fue el primer intento claro de Ecuador por vencer a Suárez, y el golero acertó.
La más clara
A los 31’, Saritama filtró el balón dentro del área y habilitó a Ayoví, pero Luis Méndez alcanzó a rechazar el balón, que tenía destino de gol.
Dos de Bolivia
En la segunda parte Bolivia tuvo dos ocasiones de gol. La primera fue un remate de Martins que atrapó el arquero; la segunda, una pelota a la que Peña no llegó.
La selección manejó bien el ‘dibujo’ de hace 19 años
Al margen de la derrota, la selección nacional aprobó con su nuevo esquema, el que Xabier Azkargorta ‘desempolvó’ trayéndolo de su primera vez como seleccionador nacional, cuando en 1993 la Verde se clasificó al Mundial de Estados Unidos del año siguiente.
Bolivia se plantó con línea de tres en el fondo, que se transformó en una zaga de cinco tomando en cuenta la bajada permanente de los laterales; utilizó cuatro en la zona de volantes y Marcelo Martins fue el único jugador en punta. Eso varió ligeramente en el segundo período, cuando ingresó Alcides Peña, en vez de Mauricio Saucedo, y la selección nacional empezó a contragolpear.
Tras seis años continuos jugando 4-4-2 con sus variantes (a veces con un volante más), Azkargorta necesitó dos semanas —de entrenamiento en La Paz— para cambiar el ‘dibujo’ sin ningún drama.
Bolivia no gana afuera hace 42 partidos
Bolivia volvió a perder, como visitante y por las eliminatorias, frente a Ecuador: fue la quinta caída consecutiva (luego del recordado empate de 1993) y el cuarto cotejo en que nuestro conjunto no le hace goles al ecuatoriano.
La selección nacional no ha conseguido ganar en los últimos 42 encuentros fuera de casa por el campeonato clasificatorio para una Copa Mundial. El último triunfo (nada menos que 7-1) se registró ante Venezuela, precisamente en 1993, cuando Xabier Azkargorta dirigía al plantel Verde.
Desde entonces, el equipo de Bolivia ha conseguido seis empates y ha sufrido 36 contrastes en esta clase de torneos. Azkargorta, que ha regresado a la selección, dirigió ayer por novena vez al equipo nacional en un encuentro de eliminatorias mundialistas. Ganó cinco, empató uno y perdió los tres restantes.
A Soto no lo teníamos en Ecuador – Óscar Dorado Vega
Juan Soto Arévalo, el árbitro venezolano que ayer, en Quito, inclinó la balanza, llegaba de actuar en los Juegos Olímpicos de Londres, donde protagonizó —la referencia es válida, objetiva, también pertinente— una pésima actuación en el partido España-Honduras. Entonces, medios hispanos, tradicionalmente sobrios, lo criticaron tanto o más que las muestras de reprobación que ahora, posiblemente con toda razón, obtiene en los nuestros. Y es que para abordar la discreta victoria ecuatoriana cabe comenzar, no hay más remedio, aludiendo la tarea de un cándido (para no emplear otro adjetivo) juez, que «compró» la presunta infracción, fabricada por Saritama. La autoridad, en síntesis, es altamente responsable del resultado.
El local dominó todo el primer tiempo (las acciones transcurrieron casi íntegramente en el sector sur) sin argumentos válidos y efectivos. Aprovechó el retroceso de Bolivia y machacó con ansias, una y otra vez, pero acelerado, carente de ideas claras. Aparte, empleó mal —hasta muy mal— la pelota parada. Entre Gutiérrez y Barba se turnaron para anular a Valencia, Vargas marcó muy bien en la otra punta, mientras que Raldes y Méndez rindieron a la altura de sus antecedentes. En ese periodo Martins participó muy poco, debido a una razón elemental: el balón no le llegaba y el único delantero franco, rodeado de adversarios, retrocedía a buscarlo, en medio de una zona, la de volantes, donde contener y frenar eran misiones prioritarias, hasta exclusivas.
Bolivia, a fuerza de disciplina, de ser un equipo corto, dotado de un generoso esfuerzo, se las ingenió para frenar a ese favorito que en la previa adquirió, con o sin razón, ribetes de inmensidad.
Resultó valioso el ingreso de Peña tras el descanso. No sólo que Martins dejó de transitar en soledad, sino que al fin apareció la selección en el esperado matiz del contragolpe. Antes del cuarto de hora Alcides quedó a tiro de gol y una oportuna salida de Domínguez evitó el tanto. Luego, el hombre del Gremio, en la media distancia, volvió a exigir al arquero. El penal se registró en el mejor momento de la verde.
Ecuador produjo casi nada más. Azkargorta integró a Chumacero y Cabrera, pero el reloj ya era un oponente extra. El empate estuvo al alcance de la mano, pero queda resaltado que ningún mérito del dueño de casa lo quebró. Una decisión más que discutible hizo la única diferencia.
Óscar Dorado Vega es corresponsal en Bolivia de FoxSports.