Ministro, bolivarista y apasionado por el fútbol
No duda ni por un segundo en ponerse la camiseta del actual campeón boliviano y luciéndola habla de su pasión por la Academia y por el fútbol. Es bolivarista desde los ocho años, que es cuando comenzó a ir a los estadios.
En su despacho del Ministerio de Gobierno hay más de un objeto alusivo a Bolívar que delata la preferencia futbolística del titular de esa cartera gubernamental, el abogado Carlos Gustavo Romero Bonifaz.
No duda ni por un segundo en ponerse la camiseta del actual campeón boliviano y luciéndola habla de su pasión por la Academia y por el fútbol.
“Supongo que es hereditario, porque mi padre era hincha de Bolívar y si bien de muy chico no frecuentaba mucho el estadio, me empezó a llamar la atención.
Eran tiempos cuando el equipo tenía jugadores como (Carlos) Aragonés, (Luis Gregorio) Gallo, (Ricardo) Troncone, (Conrado) Jiménez, por mencionar algunos en los años 76 al 78. Entonces escuchaba por radio los partidos y luego empecé a ir solo al estadio: a los ocho años me escapaba, ingresaba gratis o iba a la tribuna infantil; o me paraba en la puerta y le pedía a algún mayor que me permitiera acompañarlo y me hiciera ingresar. De esa forma empezó a surgir una pasión por la Academia y luego una atracción muy especial por el fútbol para tratar de irlo entendiendo”.
Su ídolo de entonces era Aragonés, “el capitán del plantel, además un ‘10’ clásico en ese tiempo. No sólo porque era un gran futbolista, sino que cuando lo escuchaba en las entrevistas que le hacían parecía un líder del equipo y una gran persona”.
Romero dice que el fútbol de antes y el de hoy son muy diferentes. “En aquella época era más estático, es decir, los jugadores tenían puestos asignados y funciones muy específicas en la cancha, se jugaba con el esquema 4-3-3 fundamentalmente. Luego se fortaleció la mitad de la cancha, la creación, pero también paulatinamente fue desapareciendo el ‘10’ clásico, el armador, y fue apareciendo el mediapunta. El balompié contemporáneo o moderno es polifuncional, es un fútbol en el que el delantero debe atacar y defender al mismo tiempo, se ha hecho más técnico porque los futbolistas deben adaptarse a los esquemas”.
También afirma que a la vez hubo cambios en la manera de dirigir a los clubes, de encarar procesos, y pone como ejemplo a Bolívar. “Es que el fútbol es un fenómeno social, requiere de una estabilidad en los procesos y la Academia siempre encaró procesos. No es un equipo que se arma y desarma simplemente, sino que mantiene una estructura y una columna vertebral. Antes tenía jugadores que terminaban su carrera en el club aun teniendo posibilidades de salir del país.
Todo eso es por esta concepción de estabilidad de procesos, por eso también se le llama Academia. Ahora, el fútbol en varios países requiere mucha participación empresarial, gerencial y por ello Bolívar adoptó ese modelo”.
A pesar de sus recargadas ocupaciones, es muy actual con lo que ocurre en el fútbol. Le preocupan las divisiones inferiores, ve interesante lo que hace Óscar Villegas como técnico en la Academia de esas categorías.
También destaca la labor del presidente Evo Morales al invertir “por lo menos unos 70 millones de dólares en canchas deportivas en todo el país, que son las que masifican el fútbol en primer lugar y estoy seguro de que aquí a un tiempo vamos a tener más jugadores que lleguen de las provincias, que emerjan en Los Yungas, en El Alto”.
Recuerda la disposición para apoyar a clubes como Wilstermann, Aurora, Oriente Petrolero o Blooming. “Estamos esperando que nos presenten sus propuestas de infraestructura”.
Según él, “el Gobierno ha dado un primer paso dotando de infraestructura, ahora tiene que venir la segunda parte, que debe consistir en profesionalizar el fútbol en todo sentido. Eso no es solamente que los jugadores se dediquen exclusivamente al fútbol, sino también que los entrenadores sean profesionales”.
Lamenta que el Nacional B Simón Bolívar —el torneo de donde el campeón sube a la Liga— “parezca una mutual, porque los futbolistas que están en retirada o no encontraron club liguero aparecen en esa competición que más bien debería ser de promoción de valores”.
Romero es muy amigo del técnico de la selección nacional, Xabier Azkargorta. Con él hablan no sólo de fútbol, también de política. “Tenemos una buena amistad y es interesante porque él también me conversa sobre algunos temas políticos, a veces me llama y hablamos sobre algún escenario político, de algún modo me cuida. El técnico Azkargorta me decía que para tener una lectura clara del fútbol uno no debe mirarlo como hincha, sino que tiene que ver desde la posición de un fanático, porque el fanático es muy subjetivo. En la política y el fútbol es muy difícil equilibrar la razón con la pasión, es un desafío particular y siento que en la política puedo hacerlo, pero en el fútbol me cuesta”.
No ha pensado en ser dirigente de fútbol, a pesar de la amistad que lo une con gente de Bolívar. Tiene, en cambio, aproximaciones “muy interesantes” no sólo con la Academia, también con otros clubes. “Si tuviera que apoyar a The Strongest o a cualquier otro equipo lo haría con gusto. El señor Kurt Reintsch, presidente atigrado, fue muy gentil conmigo y me regaló una camiseta de su club que la guardo como un tesoro”.
Fuera de Bolivia es hincha del actual campeón de Europa, el Bayern Múnich alemán. “Siempre he admirado la disciplina táctica alemana, ellos enfocan el fútbol científicamente”.
Carlos Romero es ministro, bolivarista y sobre todo un apasionado del fútbol.
Paceño, nacido en 1966
La familia
Carlos Gustavo Romero Bonifaz, nació en La Paz el 23 de agosto de 1966. Está casado con María Patricia. Tienen tres hijos: María Fernanda, Carlos Diego y Fabiana.
Abogado
El actual Ministro de Gobierno es abogado de profesión. Es bolivarista desde los ocho años, que es cuando comenzó a ir al fútbol.
Con evo
Romero dice que con el presidente Evo Morales siempre hablan del fútbol boliviano.