El ascenso a la Liga
El año pasado todo Pando era algarabía total cuando Universitario de Cobija ganó el Nacional B y ascendió históricamente a la Liga. Pero ahí quedó todo. Salvo mínimos esfuerzos atribuibles a la Universidad Amazónica —propietaria del plantel—, nadie hizo nada por que se mantuviera en la máxima categoría, y hoy ese departamento sufre lo previsto bajo esas circunstancias: el descenso de su representante.
Clubes chicos que llegan a lo más alto padecen en él si no asumen como deben esa nueva responsabilidad, además, si no logran un fuerte espaldarazo y, por el contrario, son abandonados a su suerte. Pando festejó con Universitario, pero luego le dio las espaldas.
Es que no es lo mismo jugar en el ámbito de la asociación que hacerlo en la Liga. Ni en el aspecto deportivo ni en el económico. No hay comparación alguna.
Universitario no se reforzó como debía y pagó las consecuencias. Pensó que con el plantel que tenía podía bastarle, le hizo algunos remiendos y listo. Así le fue.
Además, administrar un club liguero también es complicado. Más allá de tener una planilla “manejable”, hay otros gastos que se hacen enormes si no hay la manera de cubrirlos, peor si las recaudaciones no son buenas. Hay que imaginarse solamente lo que cuesta traslados y estadías.
A Petrolero le pasó lo mismo en su primera vez, descendió al tiro. Con aquella experiencia, las cosas le han ido mejor hoy.
Vaya uno a saber cuándo Pando tendrá otra oportunidad para volver y si la sabrá aprovechar. De momento le toca beber este trago demasiado amargo.
Ahora le toca celebrar a Tarija. Ciclón —evidentemente un club más grande, el más popular de su región— está de regreso en la Liga. Ojalá que no se repita lo de Universitario, al que va a reemplazar en la máxima división del fútbol nacional.
Aunque es un club con muchísimos años, cabe admitir que como institución no está consolidado ni nada parecido. No tiene ni sede, vive en una secretaría alquilada y, por tanto, su patrimonio es cero.
¿Cómo hacer para que se sostenga en la Liga? Es una cuestión que sus dirigentes la deben pensar muy bien. Pero no solo ellos, sino Tarija entera. Si le dan la mano, lo más probable es que salga adelante, de lo contrario, será una historia repetida.