La mala puntería de Bolívar
Introducción: el vasco Natxo González dice en la previa que no se imagina un 6-0. Como entrenador, el dt celeste es un mal psicólogo. Bolívar no cambia el dibujo -el ya habitual 4-2-3-1- con la novedad de John García después de sus buenos 20 minutos finales ante Blooming. La otra noticia es la posición de Saavedra, enganche en todo este inicio de temporada. El capitán orureño se coloca de extremo por derecha, ocupando su lugar Hernán Rodríguez. La novedosa pareja de centrales está formada por el español Guitián y el inamovible Jairo Quinteros. Junior, entrenado por el ex lateral Luis Amaranto Perea, se atrinchera sin vergüenza, con un 5-4-1, con Teo abandonado arriba.
Nudo: el primer error en la zaga del “Tiburón” trae un regalo para Leo Ramos. Natxo repite las formas en la Libertadores y apuesta por la paciencia, sin ese atosigo/agobio inicial de los equipos de altura en casa. Es la manera del vasco: trabajar los partidos, manejar los tiempos. Solo los resultados dirán si esa estrategia es una equivocación, si es un regalo para los rivales, asustados siempre por ese arreón de principio del “Siles”.
A los diez, el arquero Rojas devuelve gentilezas y Mera logra el perdón. Junior es un equipo corto, bascula bien y se defiende mejor. Los pelotazos frontales para Ramos, marcado por dos, son estériles. Lo mejor en la “Academia” son sus laterales: Roberto Carlos Fernández por izquierda y un incansable -y hombre del “match”- Diego Bejarano, en un retorno a sus mejores noches. Los de Natxo ofrecen su mejor cara a partir de la media hora: Bolívar es un carro a diesel, de combustión lenta y pausada. La conexión Saavedra-Bejarano se aceite de a poco. La mala puntería del lateral derecho deja un marcador injusto, los celestes merecen más. Los colombianos se defienden ya con un 6-3-1.
Desenlace: otro gol tempranero gracias a la sociedad Saavedra-Leo-Bejarano coloca un 2-1 ilusionante. Hay tiempo pero será desaprovechado inexplicamente. Mientras tanto, los del Barranquilla se caen, sus hombres del medio sienten el cansancio. Hernán gravita poco en el enganche. ¿Cuándo veremos a Sadiku de diez por detrás del nueve Ramos? Lo de García también es pobre, por eso a falta de 20 es cambiado por Miranda, el otrora titular. Entonces, Bolívar levanta el pie del acelerador, deja de atacar por los costados y centraliza el juego. También se olvida de patear de lejos. ¿Debe jugar Granell más cerca del “box” rival? Un agotado Guitián deja su lugar al “Matraca”. Los cambios no alteran el estado gaseoso del partido. Natxo no toca la tecla adecuada y todo se diluye como terrón de azúcar.
Post-scriptum: si hay que elegir una imagen sería la del entrenador local González con las manos a la cabeza, hasta casi media docena de veces, clamando al cielo paceño y retrocediendo a su banca, de espaldas al verde, a la mala suerte/definición de sus “players”. Si hay que escoger una sensación sería la del desencanto/desilusión ante la oportunidad dorada de haber disfrutado de una rica cena de “tiburón”, de haber obtenido una ventaja mayor/más justa. Bolívar deja escapar vivo a Junior. Ojalá dentro