El Tigre de Triverio, a la final
Introducción: el “Capriles” se llena para ver la semifinal de vuelta. Díaz no cambia el sistema ni los jugadores. El “eleven” stronguista forma así: Wayar y Villamil, de laterales; Richet con Jusino, de centrales; Saucedo, Ursino y Arrascaita, al medio; Esparza, Triverio y Chura, de tridente ofensivo. Viviani, de gran campaña al frente de las “fieras”, quiere apretar de inicio con sus dos mejores hombres: el nueve Wesley “Tanque” Da Silva y la “perla”, Adalid Terrazas. La hinchada gualdinegra dice presente en la “Llajta”, como siempre, como nunca. El Tigre recurre a su color talismán: con la camiseta vinotinto ya ganó a Palmaflor en Colcapirhua.
Nudo: la primera parte es del equipo de Quillacollo. La presión alta del equipo cochabambino da resultado y ahoga en la salida a la visita. El Tigre luce desprotegido, errático, acorralado. Wesley explota las debilidades en la zaga central: Richet, fuera de lugar, sufre y Jusino tiembla. Los nervios llegan también al arco donde Viscarra muestra ansiedad por primera vez en todo el campeonato. Palmaflor juega más y mejor al fútbol pero carece de puntería a pesar de la mayor cantidad de variantes ofensivas. Los de Díaz/Ramondino no dan tres pases seguidos. La posesión, al término de la primera parte, dice que el 60% ha sido para las “fieras”. Si no matas al Tigre, el Tigre te mata. Y así lo va a hacer en la segunda parte.
Desenlace: la entrada de Amaral cambia el partido. El uruguayo luce pesado y lento pero la calidad excelsa sigue estando en sus botines. Los stronguistas salen decididos a cerrar la llave con un incansable “Tucu” Esparza subiendo por su banda izquierda y buscando la “testa” del nueve. La fortaleza mental y la experiencia del “Derribador” dan rápidamente resultados en el “score”: a la salida de un corner (otra vez la pelota parada como recurso), el cuestionado/vital Tri-Tri-Triverio pone el 0-1. El empate de Palmaflor, gracias a un penal inexistente, es un mero espejismo. Al contragolpe, el estilo favorito de Díaz, llega la jugada que define la semifinal: Amaral, parado al medio como “varita”, filtra una pelota de lujo para que Salvatierra cometa penal contra Triverio (debió ser roja para el arquero). La entrada de Henry, Jair y Camacho sirven para sostener el partido y el resultado.
Post-scriptum: The Strongest está en otra final y tiene una oportunidad de oro para sacarse la mufa de tanto subcampeonato, de tanto regalo; para dar la vuelta olímpica ante su sufrida/leal hinchada en el Siles. Es ahora y es acá, viejo y querido Tigre.