—¿Cómo Carlos Mesa da luz a este texto, que más que darle luz lo que cuesta es escribirlo?

—Primero que se trata de una edición del club Always Ready, es decir, es auspiciado por la institución, era una oportunidad que no se podía pasarlo así de simple por los 90 años de vida. Un 13 de abril de 1933 se crea Always Ready por un grupo de adolescentes en plena Guerra del Chaco, algunos preguntan por qué no estaban en la guerra y la respuesta es que todavía no tenían la edad para ir al alistamiento y se reunieron en el monumento a Cristóbal Colón, en el centro de El Prado, ellos jamás seguramente se imaginaron lo que iba a ser Always Ready.

Seguramente el club hará una edición popular porque ahora representa a El Alto, como corresponde a un club popular, el más popular de El Alto.

—El fútbol es popular.

—Lo interesante es cómo nace este libro. Iván Aguilar perdió la vida como víctima del COVID-19, un gran amigo y un gran historiador. Su hija (Diana) me mandó lo que hizo Iván que preparó para Always, con el objetivo de que le haga un prólogo al libro; yo le di vueltas y dije que esta es una oportunidad con dos objetivos: de hacerle un homenaje a Iván, con quien me hubiera gustado hacer un libro a cuatro manos y le pregunté a Diana si estaría dispuesta a que yo metiera las manos en un libro hecho porque tenía información, tenía referencias, fotografías inéditas, en el blog que trabajo con mi hijo Borja sobre el fútbol boliviano; y el segundo, establecer mi compromiso emocional e hincha de Always Ready.

Diana, con mucha generosidad, me dijo que era un orgullo para ella y su familia que podíamos compartir la autoría; sobre el texto de Iván trabajé en la complementación que creo que dio como resultado un texto importante que refleja una línea de tiempo desde 1933 hasta 2023, que es un club que representa a dos cosas importantes: uno, el paso de un sector de la sociedad boliviana estratificada en los años 1930 a un abrazo popular en El Alto en el siglo XXI que era impensable para los que lo crearon.

Numero dos, la montaña rusa del éxito, la gloria, el fracaso, la gran noche que parecía que se perdía Always y la resurrección de 2015 a 2020, que gracias a la familia Costa lo hace nuevamente campeón.

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—¿Cuándo empieza tu idilio con Always Ready?

—El mío se inicia el 63, pero el 61 es el gran momento histórico de Always, el único club que hace una gira por Europa 103 días y 27 partidos en 10 países, eso no se repite nunca. Hizo hace poco una gira, pero lo hizo con juveniles.

—¿Se prestaron jugadores?

—Sí, de los 20 jugadores, ocho eran de Always, siete de Wilstermann, dos de Bolívar, uno de Primero de Mayo, uno de San José y uno de 31 de Octubre. Eso fue importante, porque se contó con Armando Pagano, José Calacich y Mario Carrasco, pues no podíamos solo con la gente de Always y en ese momento se escogió a jugadores de Wilstermann.

INICIOS DEL FÚTBOL EN BOLIVIA

—Hay una parte del documental de Bolivia Siglo XX y me entero de que el fútbol se inició en Oruro.

—Esto tiene que ver con quién trae el fútbol y lo traen los ingleses. Cómo llega a Bolivia a través de los ferrocarriles con Bolivia Railways. La creación de Oruro Royal en 1896 está protagonizada por jugadores ingleses y poco a poco el club se fue bolivianizando.

—Esto explica lo que iba a suceder en el fútbol boliviano.

—Sí, definitivamente. Lo que sucedió con los nombres en inglés y una cosa que a mí me sorprendió mucho y me sigue sorprendiendo: tenemos una debilidad en Bolivia por colocar el nombre de Real además del inglés, Real Santa Cruz, Real Potosí, y nadie sabe a santo de qué, el único que se puede entender es Real Potosí por su vinculación con la Villa Imperial.

Es el inglés y el realismo. La magia del fútbol en el caso de La Paz, la primera asociación de La Paz en 1914 es La Paz Fútbol Association y cambia de nombre a la lengua de Cervantes al castellano en 1953, de modo que la influencia inglesa y del inglés es muy importante.

—Los grandes hitos fueron el primer Mundial en 1930, en el 63 que salimos campeones sudamericanos, en 1997 fuimos subcampeones y en 1994 la clasificación a EEUU.

—Todo eso es significativo, mencionar la creación de la FBF el 25, el debut de la selección nacional el 26. Un hecho poco recordado fue que Julio Borelli fue presidente de Always y director técnico del primer título el 51. Borelli fue contratado por la Federación en 1938 para llevar a Bolivia a los Juegos Bolivarianos, ahora es un torneo juvenil; por ende, no se considera un hito importante, el año 38 Bolivia obtiene el subcampeonato con la selección absoluta.

Otro hecho que quiero destacar fue en 1986, cuando de la mano de Marco Etcheverry se gana un Sudamericano que en ese momento era Sub-16, es el único título que tenemos en Sub. Un punto para mencionar, si tengo que hacer una metáfora: 42 minutos del segundo tiempo, 25 de julio de 1993, Etcheverry le anota el gol a (Claudio) Taffarel, el gol mágico, el gol que entra cada un millón de veces y eso es lo que representa el momento más eufórico de nuestro momento deportivo.

—¿Qué pasa con Always Ready, hay una buena historia detrás de los 90 años?

—Always tiene de una manera distinta y no comparable metafóricamente el momento dorado y el momento de luto, es un equipo grande en los años 50 y no solo de La Paz sino de Bolivia, dos veces campeón nacional y la gira por Europa. Un momento de crisis cuando desciende en 1991, pasa a la Primera A y desciende a la Primera B, de 1991 a 2014 es el momento de la larga noche alwaysreadista, en ese momento que dices ‘esto se acabó’.

Te cuento una anécdota: mi hijo Borja, siete años, te hablo de 1988 o 1989, viene a mi casa un día vestido con su camiseta albirroja, venía del colegio San Ignacio donde estudiaba; me dice ‘papi, te puedo hacer una pregunta?, ¿me puedo hacer hincha del Bolívar?’ Yo me agarré la cabeza y pensé cómo es posible, porque en ese momento era dirigente de Always.

Y dije en ese momento ‘no va a aguantar la presión de los chicos de The Strongest y Bolívar’, me dijo ‘te prometo que el segundo equipo sería Always’, le tuve que dar permiso, pero eso demuestra el momento de la diáspora, el momento del final de una etapa, esa etapa larga que se recupera en 2015, con la familia Costa, me visitaron, yo pensé que querían transformar a Always en el equipo de la UTB, la universidad que preside Fernando Costa, y le dije que eso no me gustaría. Fernando me dijo ‘yo sería un tonto si no rescato la rica historia que tiene Always Ready, queremos despertar a un Gigante’, me lo dijo en 2015, en 2020 Always fue campeón, después de 63 años. En Argentina publicaron que Always Ready es el equipo sudamericano que más tardó en ganar un título después de otro, porque hay otros equipos que no han ganado uno y no lo hicieron.

Es una historia maravillosa, porque tiene momentos de dolor y de diáspora, con héroes como Américo Díaz, los hermanos Carrasco; en el peor momento cuando había 15 socios registrados y todos pensábamos que desaparecía, aparece una persona visionaria como Fernando Costa y lo pone donde está ahora.

—¿Siempre estuviste dentro del Always?

—Yo me hice hincha del Always en 1963, tenía 10 años; me encantaba el fútbol, mi padre historiador estaba desvinculado del fútbol, le pedía ir al estadio y él no quería ir. Y era amigo de Armando Pagano, quien era socio de mi tío abuelo José Gisbert, dueño de la librería Gisbert.

Pagano era un argentino a quien le gustaba el fútbol, se hizo socio de Always Ready y fue quien presidió la gira de 1961, una generación que hizo lo que hizo.

Entonces le dice: ‘Armando, por favor, mi hijo me tiene sin vida, ¿lo puedes llevar al estadio? Pagano, presidente de Always, me lleva al estadio, me regaló el triangulito, conozco a mis grandes ídolos que eran Dimeglio y Cobo, desde ese momento me hago hincha de Always Ready.

GRANDES DE LA HISTORIA

—¿Cuáles son los tres mejores futbolistas, los próceres en el fútbol boliviano?

—Una mención a dos próceres personales, Mario Dimeglio, para mí, el más grande jugador de Always Ready en toda la historia, un 9 espectacular; luego un 10 y creador de fútbol y Juan Américo Díaz que fue campeón con un equipo boliviano: Mariscal Santa Cruz.

Pero Marco Etcheverry, Víctor Agustín Ugarte y Erwin ‘Chichi’ Romero, tengo dudas en el orden. Ugarte ahora para muchos de los chicos es un referente desconocido y a nivel mundial Etcheverry dice Bolivia, dice algo.

—Con la tecnología podemos a volver a ver los goles de  Etcheverry.

—El gol de Etcheverry que parece increíble, el remate, le pega en el taco a Taffarel y es gol; para mí, es el mejor gol de la historia. Fue el 25 de julio de 1993, Bolivia 2 y Brasil 0, la primera vez que en 40 años Brasil perdía un partido de Eliminatoria y es la victoria que nos abre la clasificación al Mundial de 1994.

—¿Qué se puede decir de Ugarte?

—Cucho Vargas (periodista) cuenta algo, que para mí es inverosímil, pero le creo, dijo que Ugarte le pegó un penal de espaldas; se puso en esa posición, se dio la vuelta y disparó, obviamente que fue gol.

Romero está en el punto intermedio, como dominador de pelota y creador del fútbol, era incomparable. El mágico Etcheverry, el semimágico y creador Romero y el jugador todoterreno Ugarte.

—¿Por qué el fútbol da tantas alegrías?

—Es la actividad más importante de las menos importantes del ser humano, te produce la generación de dopamina y adrenalina combinadas, te permite el desahogo, te da la posibilidad de la montaña rusa de la gran pasión. El fútbol es un espectáculo además de un deporte, es un negocio brutal; cuando un jugador gana 70 millones de euros en un año, no es una obscenidad, porque ese jugador genera 80 millones de euros; por lo tanto, se lo puedo pagar.

—¿Se siente dolor cuando un jugador se va a otro país?

—Si nuestros futbolistas no salen a equipos competitivos, no vamos a tener la posibilidad de la legión extranjera que viene a reforzar a la selección nacional. Las selecciones argentinas, brasileñas y uruguayas tienen el 90% de sus jugadores titulares jugando en alto nivel; si tienes un jugador boliviano que pueda jugar en el fútbol europeo, hay que celebrarlo, porque vendrá de jugar en un fútbol competitivo.

—¿Quiénes son los mejores jugadores del mundo?

—Para mí son cinco, porque incluyo a Di Stéfano y Johan Cruyff. Hay tres argentinos: Diego Maradona, Lionel Messi y Di Stéfano, un brasileño Pelé y un holandés Cruyff.

Maradona tiene una significación en doble dimensión y es un genio del fútbol. Tengo un recuerdo inolvidable en 1962, haciendo cola para entrar al estadio Hernando Siles para ver el debut de Municipal, campeón nacional, frente al Santos de Pelé.

Tenía nueve años, me acuerdo, a medio tiempo hacía calor en febrero y el carro bombero nos manguereaba a todos. Por lo tanto, mi número uno es Pelé, segundo Maradona, tres Messi, cuatro Di Stéfano y cinco Cruyff.

—La camiseta de Always Ready se parece a la de River Plate.

—Soy hincha de River porque el color de la camiseta te llama, por cierto; River sale campeón en 1931 y Always Ready se crea en 1933, la influencia del fútbol argentino por la distancia es demasiado fuerte, y vemos en la banda roja que tiene que ver con River.

—Tienes una gran base de datos y eres un referente estadístico.

—Hay grandes estadísticos como (Víctor) Perca, que es una persona extraordinaria; pero en un tema especializado como de la selección boliviana, tengo la información más completa sin lugar a dudas, de Always Ready ni te cuento.

Me interesa el blog de Historiadelfútbolboliviano.com, tiene más de 1.500 páginas si lo contáramos como libro, tiene un material fotográfico extraordinario, estoy haciendo una historia en capítulos de la selección, de las eliminatorias en capítulos, de la Copa Libertadores en capítulos, es una mezcla de información y estadística, información histórica, valoración histórica. Es un trabajo que lo hago con mi hijo Borja, que me permite, como este libro de Always, algo muy importante: no perder la cabeza en la política, que a veces es muy estresante; muchos me preguntan cómo haces fútbol, lo hago porque me limpia la cabeza, me vuelve a la vida cotidiana, a la vida real; porque la política tiene una serie de exigencias muy fuertes que a veces te aíslan, no hablaré de la política en su conjunto, pero necesitas una estabilidad emocional y fortaleza mental que te exige la política, para luego tomar decisiones, estar lúcido, y éste es una especie de bálsamo para mí, la estadística del fútbol y los libros me permiten horas de descanso para no perder la cabeza.