El poder y la pelota
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: Archivo La Razón
Introducción: Montes lanza una (populista/poco seria) encuesta vía redes sociales para elegir al próximo técnico. Denuncia una “campaña de odio” de guerreros digitales, “haters” y “trolls”; reclama tiempo y paciencia.
Sopla un viento helador en el Siles. El rival es Real Santa Cruz, el mejor de los equipos cruceños, aunque esto no se va a notar.
Nudo: el Tigre muestra otra cara desde el inicio. Cabanillas coloca un dibujo diferente; es un 4-3-3 con Arrascaita y Sotomayor (el hombre del “match”) muy abiertos; Triverio de nueve movedizo; y Ortega (borrado por Formosinho) de enganche.
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El gualdinegro meterá tres goles (con baile de festejo) y estrellará dos pelotas en la madera. Los jugadores responderán a las duras críticas del portugués (las que hablaron de poco apego al trabajo e indisciplina táctica).
La apatía de los últimos diez partidos tienen ya una explicación: ellos, los protagonistas de este juego, fueron para atrás. ¿Por qué se enojan cuando se dice lo que todos vemos en la cancha?
Desenlace: en la segunda parte, el ritmo baja. Llegará un gol más. El doble objetivo está logrado: tres puntos que amplían la distancia en la punta y confianza depositada en Cabanillas.
Tras el quinto (no) gol (de Jusino), esto se grafica en una imagen: todos se abrazan con el futuro técnico. La encuesta ha terminado.
Entran como variantes Torres (por Bustos), el mexicano López (por Ursino), el ninguneado John García (por un aplaudido Sotomayor), Arias (por Triverio) e Isnaldo (por Ortega). Ahora manda el grupo, juegan todos. Ahora se dirigen así mismos.
Post-scriptum: los jugadores huelen la sangre/miedo (de técnicos y presidentes) y han decidido asumir el poder. El plantel fue vital para el regreso de Biaggio; se equivocaron.
No estuvieron de acuerdo con la llegada del portugués e hicieron valer su peso. Cabanillas es un hombre de club; estuvo en el cuerpo técnico de Villegas en 2012.
En el libro “Tricampeones” hay una hermosa foto suya de esa época. Es la cábala para dar la vuelta otra vez. El Tigre depende de sí mismo. Si sale campeón, lo hará a pesar de Montes.