Este martes regresó a La Paz la ganadora de la Media Maratón de Colombia. La viceministra de Deportes le recibió y entregó un respaldo de Bs 15.000
“La idea siempre es conseguir la marca para ir a los Juegos Olímpicos de París, para eso estamos trabajando. No solo yo, sino somos muchos atletas que necesitamos respaldo”, dijo Jhoselyn Camargo, ganadora de la Media Maratón de Medellín, Colombia.
La madrugada de este martes regresó a Bolivia, la atleta paceña, quien fue recibida por la viceministra de Deportes, Cielo Veizaga, en el aeropuerto de El Alto.
«En nombre de nuestro presidente Luis Arce te hacemos entrega de este respaldo económico. Muchas felicidades y gracias por haber llevado en alto el nombre del país y la tricolor nacional», sostuvo Veizaga.
«Los bolivianos en el atletismo estamos demostrando que podemos pelear cosas importantes. Con este tipo de pruebas estamos dando la talla. La semana pasada lo hizo Héctor Garibay. No nos consideran favoritas, pero estamos ahí», sostuvo Camargo.
La primera autoridad deportiva del país, a nombre del presidente de Bolivia, Luis Arce, le entregó un cheque de Bs 15.000, como respaldo a su preparación.
Camargo agradeció el respaldo, se comprometió a seguir su preparación de la mejor manera, pero también pidió respaldo para muchos otros atletas y deportistas nacionales.
Camargo ganó en Medellín entre 18.000 atletas que compitieron a buen nivel, entre ellos muchos atletas africanos.
«Este esfuerzo tiene su premio. Estas carreras nos dan un buen parámetro de que podemos dar pelea a nivel internacional», sostuvo la deportista.
Jhoselyn Camargo muestra la medalla de oro que ganó en Medellín, Colombia. (Roberto Guzmán)
La estrella del fútbol argentino usó estas camisetas durante los primeros tiempos de los partidos de la fase de grupos contra Arabia Saudita y México, así como en partidos de etapas posteriores del torneo contra Australia, Holanda y ...
Liga de Quito sigue en racha después de coronarse campeón de la Copa Sudamericana 2023 y se enfrentará en la final del campeonato ecuatoriano a Independiente del Valle, el ganador del mismo torneo continental el año pasado.
Independiente fue vencedor de la primera etapa del campeonato. Por eso ambos se enfrentarán en una final de ida y vuelta el 10 y 17 de diciembre.
Los «universitarios» vencieron el domingo 2-1 a Cumbayá por la decimocuarta jornada de la segunda etapa del fútbol ecuatoriano, un resultado que mantuvo al club en el primer lugar de la tabla de posiciones con 33 puntos.
Pasa el tiempo, desfilan generaciones y el Tigre sigue rugiendo. Parece que lo tienen cercado, que cae y lo cazan, pero se rehace y da el zarpazo matador.
Ayer, cientos de miles de familias bolivianas, excitadas, nerviosas de los nervios que da la euforia exhumaron del placard la camiseta, la bufanda, la bandera y el gorro para salir a las calles, a las plazas a mostrar su alegría, su orgullo. A tocar bocina en las avenidas. Están de fiesta, cuelgan las banderas oro y negro de las ventanas para exhibir su filiación.
El fútbol es un hecho cultural muy profundo en nuestros pueblos. No mejora el sueldo ni la calidad de vida, pero impacta tan positivamente en el ánimo de millones… Es la máquina de dar felicidad. Y cuando se logra el título sobrevienen inmediatamente cinco minutos en que los ojos brillan y la memoria nos pasa la película de la vida junto al club amado.
El cariño a los colores, la primera vez en la cancha con papá o el tío, aquel clásico que ganamos sobre la hora y después nos fuimos a celebrar con los amigos, las cargadas al rival de siempre, la hazaña de cuando íbamos perdiendo 3 a 0 y ganamos 4 a 3… El fútbol se mama desde niño y va traspasando la piel hasta anidarse en el corazón. De ahí no sale más.
¡Strongest campeón…! Siete años y diez campeonatos le demandó sumar más gloria, pero la insistencia y la ansiedad son las que definen la grandeza de un club. Reincidir y reincidir en el intento hasta coronar de nuevo. Así son los grandes. Siempre vuelven. Y ya era hora.
Es muy difícil ser campeón, y el Tigre celebra su título número 41. Desde el amateurismo al profesionalismo, desde el campeonato paceño hasta el nacional, siempre campeón. Cuarenta y una estrellas, un mérito excepcional. “Hay discusiones sobre ese número”, dicen algunos colegas. Oswaldo Calatayud las sepulta a partir de sus investigaciones: “Estos 41 títulos no son inventados ni son torneos de invierno o amistosos -asegura Oswaldo, director de la Biblioteca Stronguista-.
Son títulos oficiales que han sido organizados, administrados y premiados en su momento por las asociaciones respectivas y hay fotos, textos y libros que lo atestiguan, hubo celebraciones, están los trofeos”.
Hay que saber ser campeón. Strongest supo. Tomó la punta en la primera fecha y no la soltó más hasta dar la vuelta olímpica. En las primera diez fechas, con Ismael Rescalvo en el banco, fue invicto con 8 triunfos y 2 empates. Hizo una considerable fortuna de puntos y luego, ya con Biaggio, Formosinho y Cabanillas, vivió de los ahorros. Impresentable Formosinho, deslizó que quería irse a la semana de llegar. Bien Cabanillas, logró la adhesión del plantel en la recta final del campeonato y mantuvo la moral en alto. Quedará en el recuerdo estadístico que cuatro entrenadores dirigieron al campeón.
Fue un equipo, el Tigre, sustentado en dos grandes figuras, Billy Viscarra en el arco y Quique Triverio en ataque. Las columnas que sostuvieron esta corona. Viscarra paró el viento, salvó goles con reflejos de superhéroe en tantos partidos en que el equipo flaqueó atrás.
Un arquero ganapartidos. Triverio marcó 22 goles, la mayoría, decisivos. Uno de los mejores fichajes de este milenio. Impecable profesional, fuerte, de excelente remate con ambas piernas y de buen cabezazo, se arregló con cualquier pelota que andaba suelta. Una injusticia su expulsión ante Vaca Díez, que le impidió estar en la final y festejar de pantalones cortos. El que más hizo por el título.
El ránkin de méritos. 1) Triverio, 2) Viscarra, 3) Quiroga, 4) Ortega, 5) Sotomayor. Álvaro Quiroga fue el termómetro del medio, de buen quite y pase seguro a favor de una pegada virtuosa. El colombiano Michael Ortega es la luz de este equipo, Sotomayor una confirmación.
Dos líneas para Héctor Montes. Es el presidente campeón. Cuando la Federación y 14 clubes intentaron descabelladamente anular el campeonato por la existencia de una “vasta red de corrupción” de la que nunca se supo nada, Montes impuso su criterio contra todos para que se reanudara. Sin esa gestión no había vuelta olímpica.
Sostiene Bielsa que el halago debilita y el éxito relaja. Que el fracaso te vuelve sólido y te acerca a las convicciones.
The Strongest llevaba fracasando casi siete años seguidos, desde aquella recordada tarde del 24 de diciembre de 2016. Han sido 2.528 días y 500 noches. ¿Demasiadas? Las necesarias para reafirmarse en esa manera particular de estar en el mundo; de agarrarse a esas convicciones sólidas que a uno lo hacen hincha del lado sufridor/stronguista de la vida.
Sostiene Zubizarreta que el mejor equipo surge de los desequilibrios, de las imperfecciones. Que no hay nada peor en el mundo que un equipo que se cree superior, perfecto; son los que se relajan, los que miran por encima del hombro al resto. La perfección distrae.
El Tigre es el perfecto campeón imperfecto. Un grupo de jugadores que ha visto como han pasado cuatro técnicos por el vestuario (Rescalvo, Biaggio, Formosinho y Cabanillas) y dos presidentes por el palco (Montes y Crespo). Un equipo que tenía todo para distraerse.
Un equipo que incluso soportó como se paró el campeonato durante un mes; un equipo perplejo ante la seria amenaza del borrón y cuenta nueva. Un equipo aguerrido que se retroalimentó a base de rabia y bronca contenida. Imperfecto.
El Tigre arrancó deslumbrando con Rescalvo (ganando a River y perdiendo injustamente en el Maracaná, la casa del campeón de la Libertadores). Es un equipo tan imperfecto que muchas veces tuvo que ser salvado por Viscarra.
Que cuando todo el mundo se borró, apareció Ortega, un colombiano tímido. Tan imperfecto como irregular con sus talentosos Chura y Arrascaita.
Tan imperfecto que no tiene ni banca ni lateral derecho (con perdón de Bustos). Tan imperfecto como una “roca”. Tan dependiente de Triverio.
Todos los desequilibrios del Tigre han sido fulminados con carácter/determinación. Unión de corazones/piña de voluntades hacia un objetivo. Cuanto más intensa y confusa era la crisis y la cofradía del santo reproche, más fuertes. Cuanto más duras eran las críticas/caídas y los fantoches de romería, más sólidos.
Este campeón imperfecto/anónimo es tan atípico que ni caudillo tiene. O es un “caudillaje” de siglo XXI, invisible, rotatorio. Ora Jusino, ora los rioplatenses (Castillo, Triverio, Arias), ora el “silencioso” Wayar. Todos mandan obedeciendo. Ni “entrenador” ha hecho falta. La virtud de Cabanillas (tan “imperfecto” como buen stronguista) ha sido entender este secreto/liderazgo oculto.
El Tigre es el perfecto campeón imperfecto; de esos que nunca desisten. Esta noche de domingo los stronguistas hemos vuelto a la perdición de los bares de copas. Para olvidar esos 2.528 días y 500 noches. ¡Warikasaya, kalatakaya!
Fue el el mejor ajedrecista del país en el certamen que terminó el domingo y que entregó una bolsa económica de 5.000 dólares. Hubo 166 participantes de diferentes naciones.
Enrique Triverio: ‘Creo que tengo garra, entrega y sacrificio como el Tigre’
El goleador de The Strongest recordó sus inicios como mediocampista y consideró que el plantel atigrado se repuso a todas las adversidades para salir campeón
Enrique Triverio besa el trofeo en el estadio Hernando Siles
El delantero argentino Enrique Luis Triverio cuenta cómo fue su transición de volante a delantero en Argentinos Juniors. La garra y empuje que lo unen a The Strongest y el compromiso de los futbolistas para sobreponerse a las dificultades para conseguir el campeonato.
Como todas las jornadas de entrenamiento, el argentino Triverio ensaya tiros al arco desde media distancia en la cancha principal del Complejo de Achumani. Es que quiere mantener la puntería para lograr los objetivos.
Después de haber surgido en el ámbito profesional como volante, Triverio se acomodó a la función de delantero, de tal manera que es goleador del actual torneo de fútbol boliviano.
En esta entrevista coincide en que juega con el mismo estilo de garra y empuje del Tigre, y que fue fundamental sobreponerse a los problemas para lograr un título más.
— Iniciaste tu carrera profesional como volante por derecha, en Argentinos Juniors. ¿En qué te ayudó haber pasado por ese sector para consolidarte como delantero?
— Así es, jugaba como volante por derecha, pero tenía mucha llegada, con mucho contacto con el área rival y tenía mucho gol. Era un volante que llegaba mucho y convertía, entonces llegó un técnico (Ricardo Caruso Lombardi) que me vio esa capacidad. Me dijo que por qué no intentábamos que juegue en ese sector. Me dio instrucciones, me ayudó, porque al principio no le encontraba la vuelta, y así fue como empecé como delantero. Me ayudó mucho porque al principio no se daba el gol. Al estar parado no llegaba de sorpresa y me fue ayudando en ese sentido y ahora soy delantero.
—¿Quiénes son tus referentes en el fútbol?
— No tengo un referente, porque de todos me gusta sacar lo bueno. Miro las cosas buenas y su ejemplo. Me gusta la capacidad de superación de Lionel Messi, por ejemplo. A lo mejor hay jugadores que no son conocidos, pero tienen la capacidad de sacar las cosas adelante, y me sirven de ejemplo. Digo, si esta persona lo puede hacer, cuando a mí me toque pasar por un momento malo, me voy a apoyar en ese sentido y voy a tratar de salir adelante.
— ¿De qué manera influyó en tu juego el estilo de The Strongest?
— Siempre se dice que el Tigre tiene garra, entrega y sacrificio. Creo que tengo todos esos elementos, porque me caracterizo por eso, porque me gusta entregarme, me gusta no solamente estar en el sector del área, sino también, si me toca salir, hacer relevos o ayudar a los compañeros a defender; me sale automáticamente y me gusta hacerlo.
Triverio muestra el trofeo a su hinchada. (Rodwy Cazón)
— ¿Qué conocías del fútbol boliviano antes de llegar al club?
— En Argentina se mira mucho la Copa Libertadores y me acuerdo mucho de The Strongest y Bolívar. Ése era el único conocimiento que tenía. Después, al llegar, comencé a conocer un poco más a los demás clubes, pero tenía a estos dos equipos como los más vistos.
— Se perdió un título ante Bolívar a mediados de 2022. A finales de ese año, conflictos sociales impidieron que el Tigre consiguiera el campeonato. La tercera fue la vencida, pero también con muchos problemas.
—Así es; pero destaco las ganas, el compromiso, el amor propio de cada jugador, porque hemos pasado distintos problemas, no solamente en el club, sino también sociales, perder una final, de todo eso el jugador se levantó, el equipo se levantó y siguió peleando, siguió demostrando. Si te pones a revisar, desde principio de año han pasado muchísimas cosas que no son normales si un equipo quiere salir campeón, con muchos problemas, entonces, el valor de este campeonato tiene que ser el doble para todo el grupo y toda la gente bien cercana que realmente quiso que el equipo saliera campeón. La verdad es que ha sido un esfuerzo muy grande.
Triverio celebra uno de sus goles en la temporada.
— ¿Cómo ha manejado el plantel la presión para conseguir el campeonato de este torneo?
— En lo personal nunca he estado enfocado en eso, no le daba importancia. Son situaciones que toca pasar. Si te toca salir primero, obviamente habrá un equipo que saldrá segundo, otro tercero. Hay 17 equipos y sólo uno sale campeón, mientras que los otros 16 quedan lamentándose. Es algo normal en el fútbol y no hay que hacer tanto drama. Hay que disfrutarlo cuando estamos por lograrlo, hay que disfrutar todo el proceso y al lograrlo hay que festejarlo con todo.
— ¿Qué planes tienes con el club? ¿Quieres lograr más objetivos?
— Mi contrato se termina. Estuve muy cómodo aquí, pero no sólo depende de mi parte para que siga, tiene que haber un compromiso de la dirigencia, tengo que tomar las decisiones correctas y espero que sean las mejores para todos.
En los partidos de ida Muriel recibirá a Petrolero y Concepción tendrá la visita de Fantasmas. Ambos partidos se disputarán entre este viernes y sábado
El DT The Strongest, Pablo Cabanillas, contó cómo fue que la carrera de psicología deportiva y la dirección técnica, además de haber trabajado con varios entrenadores, le ayudaron a coronar al plantel de The Strongest como campeón del torneo.
— ¿En qué momento decidió estudiar para ser técnico de fútbol?
— Empecé en la dirección técnica el año 2008, trabajando con categorías menores y de ahí comencé en The Strongest en formación durante muchos años. Tengo una familia de tradición futbolera muy grande. Mi abuelo fue miembro fundador del club Olimpic —equipo paceño en la zona de San Pedro—. Siempre tuve pasión por el fútbol, pero mi familia quería que me dedicara a estudiar otra cosa, entonces saqué la licenciatura en psicología. Paralelamente, hice carrera de preparador físico. Una vez que tuve esas dos profesiones y como no había mucho campo para la psicología deportiva comencé a estudiar dirección técnica, donde encontré mi vocación. Hay un dicho que dice que el fútbol lo busca a uno y no uno al fútbol. Entonces, un poco fue así.
REFERENTES
— ¿Quiénes son sus referentes en la dirección técnica?
— Me encantan mucho Josep Guardiola, Marcelo Bielsa y Jürgen Klopp; me gusta seguir mucho el trabajo de ellos, el modelo de juego, la manera que tienen de trabajar, obviamente, adaptando a lo que uno quiere. Como profesional me ha tocado trabajar cerca de muchos entrenadores, como el profesor Néstor Craviotto, Mauricio Soria y Alberto Illanes, trabajar en el cuerpo técnico con los profesores Eduardo Villegas, Luis Orozco, Pampa Biaggio, Gustavo Florentín y Ricardo Formosinho, y con los profesores del cuerpo técnico de Ismael Rescalvo.
Pablo Cabanillas, en el entrenamiento atigrado (The Strongest).
— ¿En qué circunstancias llegó al club The Strongest?
— Siempre he sido hincha del club. En 2010 hicieron un seguimiento de mi persona, cuando cumplía un trabajo en inferiores. Mi equipo, a pesar de no tener recursos, rendía muy bien, por lo que me contactaron del club para que me formara como entrenador. Como existe la formación de jugadores, aquella dirigencia quería formar un entrenador que trabajara desde las bases. No pasó ni un año y medio y me tocó dirigir a la reserva, me fue bastante bien, y de ahí pasé como asistente, en 2012, en el tricampeonato con el profesor Villegas.
Fue una subida bastante rápida, pero he seguido capacitándome. He vuelto a trabajar en reserva varias veces, he trabajado también como analista táctico, y en los primeros planteles con diferentes funciones, a veces como psicólogo, a veces como asistente, a veces como segundo preparador físico. Es así como fui formando mi carrera. Después estuve en 2019 con el profe Luis Orozco, me tocó asumir varios interinatos, y éste es el año que, de manera definitiva, se me ha nombrado director técnico titular del club.
— ¿Cómo recibió la noticia de que reemplazaría a Formosinho?
— Ha sido un momento muy lindo, porque me fui preparando mucho tiempo para esto. Justamente el día en que estaba por irse el profesor Formosinho, él me dio su apoyo. Tenía una buena amistad con él y fue el primero en decirme que la persona más indicada para asumir este reto era yo. Sabemos que es un club grande y a veces es difícil que den una oportunidad a gente de Bolivia o gente que joven, entonces son muy escasas las oportunidades que se dan, y más aún en este momento en que el club económicamente se está jugando cosas tan importantes y tiene jugadores de mucho peso. Vivimos una situación complicada, el reto era grande y yo lo asumí con el mayor honor. Fue importante para mí saber que dirigía un equipo que tenía cuatro puntos de ventaja en la Liga y el objetivo era el campeonato, y romper ese maleficio de siete años.
— ¿Cómo se maneja una plantilla con jugadores de trayectoria?
— Este factor es clave. Uno puede tener grandes jugadores, entrenar y estar bien físicamente, que entiendan el planteamiento y el modelo de juego y táctico, pero si el jugador no está bien de la cabeza, no podrá manifestar todas sus condiciones y cualidades en el campo. Trabajamos la parte mental, pues sabía que eso es lo que más necesitábamos y lo que iba a ser la diferencia; además, después de haber vivido tantos años de cerca en el club y lo que iba pasando, era lo que un poco nos hacía falta, hacer énfasis en el trabajo mental y tratar de mantener la estabilidad emocional del jugador, enseñarle a controlar la ansiedad y a desarrollar otro tipo de habilidades mentales.
— ¿Cómo manejó el grupo con tantos problemas internos y externos?
—Afectó bastante. El grupo de jugadores siente la inestabilidad, pero siempre es importante disfrutar el día a día, mantenerse concentrados en lo que a uno le toca vivir y trabajar sobre objetivos de rendimiento. Fue importante motivar bastante a los jugadores, porque si nos enfocábamos en todos los problemas que hay en el ámbito dirigencial, a veces la falta de apoyo de la misma hinchada, sumado a eso los problemas familiares que pueden tener, además de los rivales que tienen buenos equipos, si lo evaluamos desde ese punto de vista, creo que es más fácil dejarse y perder, y no dejar que las cosas continúen, o que se vuelva a los otros años, sin poder conseguir un campeonato. Entonces, hay que trabajar mucho. Tenemos un gran grupo de personas y el secreto está en sacar sus cualidades de cada uno de ellos, y dar la oportunidad de que puedan mostrarse y se sientan parte del grupo.
Cabanillas junto con su asistente técnico (The Strongest)
EN INFERIORES
— En un sentido amplio, con usted se cumple el adagio de que técnico que debuta gana, en este caso un campeonato.
— Es lindo, porque este dicho se refiere al primer partido de uno como entrenador, pero en este caso es algo más grande, es un título que la hinchada stronguista esperó y lo logramos.
— ¿Cuál es su relación laboral con la institución?
—Trabajo hace muchos años en el club. He trabajado en dos periodos: de 2010 a 2014 y de 2017 hasta la actualidad, siempre en distintas funciones y ahora con un contrato para este año. Supongo que después de los resultados se evaluará si es posible la renovación o no, pero estaré como entrenador del primer plantel hasta fin de año
‘La negatividad que se vive en Bolivia es como un cáncer’, dijo el presidente académico, que descuenta la clasificación del club a Copa como Bolivia 2.